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1 hora antes de media noche.

La televisión encendida alumbraba la habitación oscura.

Casi medianoche, de un 29 de diciembre, donde ambos cuerpos yacían recostados en la cama, después de un día de no hacer nada.

Y de una noche muy calurosa.

Las pequeñas manos de la chica, no abandonan el sedoso y largo cabello de la otra. El calor que emanaba el cuerpo de su mayor, le hacía quedar fascinada y con ganas de acoplarse totalmente a su cuerpo, tal como ayer. No pensaba de una forma perversa, si no, con sus nuevos sentimientos.

Ayer había sido especial.

No solo fue sexo.

O eso quería creer ella.

Aquel sentimiento nuevo que empezó a surgir de su interior, era algo que no le molestaba pero si asustaba. No quería ser lastimada, ser rechazada. Aún recordaba con exactitud, cómo ambas, jamás acordaron una relación seria. Se gustaban y se atraían, pero...

¿Solo ella comenzó a amarla?

Hyejoo era un cúmulo de pensamientos e ideas, tantas buenas como malas. Y en cada una, estaba relacionada la chica entre sus brazos, Hyunjin, su linda Unnie.

— ¿Estás bien?

La suave voz de Hyunjin, algo adormilada por las caricias, atrapó su atención. Quitando su atención del anuncio de helados, giró a su derecha para verla. Se quedó en total silencio. Observó cada detalle de su rostro, mejillas algo regordetas y de un color rosado, por la calefacción, su nariz perfilada, labios delgados y un poco resecos de tanto lamer, ni qué decir de sus bellas pestañas, que eran la que la volvían loca. Porque cada vez que sonreía, estas le daban un hermoso arco en sus ojos almendrados.

Todo en su mayor era hermoso.

— Yo...

No pudo evitarlo y liberó las primeras lágrimas. Se sentía tan abrumada, tan llena de preguntas que quería vociferar, saber la verdad. Ya no quería sentirse así.

— Oh no, hey... ¿Qué sucede?

El sueño se fue a segundo plano, Hyunjin se sentó de inmediato y tomó entre sus manos el rostro de su menor; quien se escondía entre su largo cabello, y con delicadeza levantar lo, observando como sus mejillas ya se encontraban mojadas.

— ¿Qué es lo que te preocupa tanto?

A pesar de sus ganas de abrazarla y darle cariño para calmarla, siendo esta la primera vez viéndo la llorar, sabía que si lo hacía, Hyejoo no hablaría. Por lo que, con todo el dolor de su corazón, se mantuvo firme ante sus movimientos y su voz. Pero no podía negar que algo en su interior se arrugaba por verla de esa forma, tan débil y con miedo.

No siendo la salvaje y ruda chica que amaba.

— Yo s-solo quiero que sea especial.

En ese punto fue que Hyejoo decidió subir su mirada cristalizada, con sus mejillas sonrojadas y labios entreabiertos, viendo directamente a los ojos de Hyunjin, transmitiendo todo lo que sentía por ellos.

— Hye...

Tomando la mano de su mayor entre las suyas, la posó en su mejilla, y cerrando los ojos mientras se restregaba sobre ella, pronuncio: — ¿Puedes ser solamente mía?

Mi novia.

12:00 | HyunHye.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora