Capítulo 10: Contra Reloj

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Me quedé un poco más atrás de los demás, mientras mi mente procesaba el caos a mi alrededor. Viendo a los estudiantes correr, respiré hondo y creé una pértiga con mi sangre, imitando lo que mi madre me había enseñado en aquellos entrenamientos intensos.

Con un rápido movimiento, corrí y la clavé en el suelo, impulsándome por encima de las cabezas de los demás. El viento golpeaba mi rostro mientras giraba en el aire y aterrizaba con gracia, sintiendo la vibración de mi sangre solidificándose en torno a mi cuerpo mientras continuaba corriendo.

El sonido metálico de un robot gigante atrapó mi atención, y levanté la vista justo a tiempo para ver cómo uno caía, congelado por Todoroki.

—¡Ah, mierda!— exclamé, sin tiempo para evitarlo.

Mi reacción fue instantánea. Cubrí mi cuerpo con una coraza de oro, mi sangre envolviéndome y protegiéndome del impacto. Sentí el peso de los escombros golpear mi escudo dorado, pero logré salir indemne.

—Gracias, mamá... —murmuré, mientras seguía corriendo hacia el segundo obstáculo.

La adrenalina fluía por mis venas, y por un momento, me olvidé de la carga de mis padres. Aquí, solo era Sorano, una competidora más buscando la cima.

Mientras me aproximaba al barranco, lo vi claro: el vacío que separaba los extremos, con cuerdas cruzando el espacio.

—Muy bien, Sorano... Esto es pan comido, —me dije, recordando las palabras de mi madre.

Retrocedí, tomé impulso y me lancé, envolviendo una cuerda con mi sangre dorada, balanceándome como una verdadera heroína.

—¡Yagi Sorano se lanza!— anunció Present Mic— ¡Increíble técnica que recuerda a su madre, Golden Storm! ¡Definitivamente, el legado continúa!

Una sonrisa se asomó en mi rostro al escuchar eso. Pero no me distraje. Me balanceé y logré llegar al otro lado sin problema. No era el legado lo que pesaba, era la expectativa, la mía propia. Mi padre, mi madre... ¿Qué más daba? Hoy era yo.

El tercer obstáculo: minas. Caminaba con cuidado, midiendo cada paso, hasta que una explosión me hizo saltar. Izuku usó las minas para impulsarse y, en un abrir y cerrar de ojos, lo vi volando hacia la salida.

—Ese brócoli...— murmuré con una mezcla de admiración y sorpresa.

Llegué en décimo lugar, mucho más atrás de lo que esperaba, pero sabía que el verdadero reto estaba por venir.

Al acercarme a Midoriya, lo encontré hablando con Uraraka.

—Eso fue increíble, Brócoli-kun— le dije, sin aliento.

—¿Estás bien, Sorano-chan?— preguntó, con preocupación en sus ojos, inspeccionándome con cuidado.

—Yo debería preguntarte eso a ti. Aún no entiendo cómo sigues entero, —le respondí, cruzando los brazos y sonriendo.

El sorteo de la segunda ronda fue anunciado: la Batalla de Caballería. Me crucé de brazos, observando a los demás formar sus equipos, pero mi mente estaba concentrada. Sabía que todos iban a ir por Midoriya por esos 10 millones de puntos. Suena cruel, pero... ¡qué suerte la mía! La estrategia sería clave aquí.

—Sorano-chan, kero, ¿ya tienes equipo?— preguntó Tsuyu, acercándose.

—No aún, pero tengo un plan... —respondí con una sonrisa.

Junté a Shoji, Mineta y Tsuyu. Era el equipo perfecto para lo que tenía en mente.

—Vamos a usar la distracción de los demás a nuestro favor. Mientras todos van por Midoriya, nosotros quitaremos puntos a otros equipos. Shoji será el escudo, Mineta ralentizará a los enemigos, Tsuyu, distrae con tu lengua, y yo me encargaré de tomar las bandas con mis hilos de oro. ¿Estamos?

Save me// Boku no Hero Academia// (Izuku x Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora