Capítulo 6

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Si había algo que me irritaba en demasía de Chloe Bourgeios era que estuviera consciente de su belleza. La muy maldita sabía lo sexy que era y estaba más que seguro que ella estaba más que enterada del efecto que su sensualidad causaba, y eso me irritaba tremendamente.

Habían pasado unos días desde el cumpleaños de Adrien.

Me decía a mí mismo que no debía darle tanta importancia a lo ocurrido esa noche.
Chloe estaba ebria y no sabía lo que hacía.

Pero la sensanción de sus labios rozando con los míos aún estaba presente, el sólo recordarlo hacía que una corriente eléctrica recorriera todo mi ser.

¡Maldita sea!

Para mi suerte y desgracia, no la había visto desde aquella noche y esperaba seguir así. Después de todo estaba seguro de que ella ni si quiera se acordaría de todo lo ocurrido. Bufé ante eso.

Se suponía que para mí era mucho mejor que ella no se acordara de nada.

Entonces... ¿por qué me invadía una sensación extraña al pensar en eso? ¿por qué sentía mi pecho oprimirse?

¡aaaaaahggg! ¡maldita, Bourgeios!

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Adrien saldría hoy con sus amigos, como siempre me había invitado a ir. Como no podía negarme, le dije que primero me daría una ducha y luego los alcanzaría.

Me demoré lo más que pude en el baño, mientras más retrasara mi encuentro con Chloe sería mejor para mi salud mental.

Mientras el agua recorría cada parte de mi ser intentaba no pensar en esa berrinchuda, pero me era imposible.

¡Incluso estando ebria era malditamente sexy! ¡¿cómo carajo podía ser eso posible?!

Cerré la llave de la ducha y deshumedecí un poco mi cuerpo para luego envolver una toalla en mi cintura y salir del baño para vestirme, pero al abrir la puerta quedé paralizado.

¡¿Qué demonios hacía Chloe lamalditaberrinchudamimadaegocénticairritanteymalditamentesensual Bourgeios sentada en mi cama?!

Ella sonrió de medio lado y mi vista instantáneamente fue a parar a esos carnosos labios que estaban cubiertos por un gloss ¡que los hacía ver jodidamente tentadores!
Mis mejillas comenzaron a arder e instintivamente cubrí mi cuerpo en un gesto que la hizo soltar una carcajada.

¡Una jodida sexy carcajada!
¡¿Qué acaso no había un jodido momento donde no fuera tan malditamente sensual?!

- ¿qué estás haciendo aquí? - espeté lo más frío que pude

- asegurándome de que no me sigas evadiendo - dijo ella cruzándose de brazos

- ¿qué? ¿yo? ¿evadirte a tí? - pregunté con indiferencia - tan egocéntrica como siempre, el mundo no gira a tu alrededor Bourgeios

Lo dije intentando convencerme de mis propias palabras. Ella abrió la boca para protestar pero no le dí oportunidad de hablar.

Torbellino Bourgeois (Feliloe) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora