6. La Roca Calavera

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ADARA

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ADARA

   🇲​e consideraba a mí misma cómo una chica de armas tomar, y pretender que no lo era frente a Pan era un gran y violento golpe a mi orgullo y ego. Me irritaba seguir sus órdenes, aunque no podía odiar al niño por el simple hecho de ser su peón en un macabro juego, él no tenía la culpa de nada.

—Sí, soy yo, ¿Y tú quién eres?—pregunta a la defensiva, su rostro enrojeció, bajó la mirada a sus zapatos, volvió a alzarla—. Lo siento, nadie ha sido particularmente amable conmigo aquí.

Me ve con cierta desconfianza, analizándome más de la cuenta. Suelto una disimulada risa al verlo completamente alerta hasta en el más insignificante de mis movimientos. Me agacho a su altura y sonriéndole amablemente, mientras extiendo mi mano en su dirección.

—Soy Adara—trato de sonar lo más simpática posible, no era muy buena haciendo amigos y necesitaba que confiara plenamente en mí—. Seré tu guía, y talvez con el tiempo tu nueva mejor amiga.

—Está bien—asiente apretando mi mano, causándome entera satisfacción, era un buen comienzo—. ¿Eres la única chica del lugar?¿Desde cuándo estás aquí?¿Cuántos años tienes?

Me sentí un tanto desorientada ante su bombardeo de preguntas, pero significaba que el niño se sentía cómodo con mi compañía.

—Uigh, demasiadas preguntas—bromeo, ambos soltamos una carcajada al mismo tiempo—. Contestaré todas y cada una de tus dudas, y al anochecer, si no deseas estar rodeado de éstos energúmenos, puedes dormir conmigo en la playa.

—Creo que preferiría ésa segunda opción, claro que si no te molesta mi presencia. 

Contesta luego de meditar los pros y contras de mi propuesta.

—Por supuesto que no, eres bienvenido.

No conocía la isla a la perfección, sin embargo, le he enseñado los sitios que suelo recurrir y también cada una de las costumbres de aquí, sin excepción de las tontas reglas de Pan y todo su circo.

Debía confesar que la compañía de Henry resultó más favorable para mí, no había mantenido una conversación coherente, sin que termine en una discusión, con una persona desde hace mucho tiempo. Aún necesitaba saber la razón por la cuál está aquí y cómo ha llegado a la isla.

—Espero que te haya gustado el recorrido.

Comento al recostarnos en la arena, la oscuridad nos rodea y las estrellas resplandecen mucho más ésa noche en particular.

—Así es, gracias—sonríe feliz—. Pero aún no has contestado a mis preguntas.

Maldigo mentalmente al creer que había olvidado el asunto, pero me equivoqué.

—Tengo diecisiete años—comienzo—soy la única chica de la isla, al menos durante mi estadía aquí lo he sido.

Omití hablar sobre Wendy Darling, ya que no lo creía prudente en éste preciso momento.

—¿Cómo has llegado aquí? No pareces una de ellos.

Trago saliva tan siquiera de pensarlo, no lo era. Todos aquí me tratan cómo un estorbo, una malagradecida e insolente, pero no tienen idea por lo que he pasado, y no recibiría tal falta de respeto si conocieran la verdad, soy una princesa huérfana y heredera al trono.

—Es una larga historia, en realidad—hago una mueca—. La verdad es que no me gusta hablar sobre el tema. ¿Y qué me dices de tí?¿Cómo llegaste?

—Pan me secuestró—lo miro horrorizada por sus palabras–. Al principio parecía una pesadilla, pero me explicó la razón, dice que soy el verdadero creyente y que puedo salvar la magia de Nunca Jamás.

Frunzo el ceño luego de su explicación, no sabía que Neverland peligraba. Pero requería muchas explicaciones por parte de Pan, si quería que siguiera con el plan, debía saber toda la verdad.

—¿Y tus padres, Henry?

En sueño no llegaba a mi sistema, podía emplear el tiempo en averiguar lo más posible sobre él.

—Tengo a mi madre adoptiva, Regina, y a mis verdaderos padres, Emma y Neal.

Sonríe con tristeza al mencionarlos.
Para mejorar su humor, hago preguntas sobre ellos y sus mágicas aventuras, las cuales cuenta con demasiado entusiasmo.
Luego de sus relatos, nos quedamos mirando hacia el estrellado cielo nocturno. Una lágrima cae por mi mejilla al recordar a mi madre, quien dió su vida por su reino y por mí valientemente.

—Soy una princesa—suelto de golpe, rompiendo el silencio, seco las lágrimas que amenazaban con caer de mis ojos—. Algo terrible amenaza a mi nación, y mi madre me ha mandado aquí para protegerme de éso, dando su vida en el proceso. No pude despedirme adecuadamente de ella, todo pasó tan rápido.

A éste punto era un mar de lágrimas. Henry se reincorpora para abrazarme.

—Tampoco me despedí de mi familia, y talvez no los vuelva a ver jamás.

Me separo preocupada por sus pensamientos, niego lentamente con la cabeza.

—Los verás de nuevo, Henry, lo prometo.

Y de algún modo intuía que así sería.

[•••]

—Me dirás todo acerca de Henry y su visita, o puedes olvidarte completamente de que cumpliré mi castigo, Adonis.

Me cruzo de brazos desafiante. Corrí hasta aquí hechando humos, dejando a Henry aún durmiendo, ya que el sol apenas estaba saliendo.
No he podido pegar un ojo durante toda la noche, dándole vueltas al asunto.

—¿Quién te crees que eres para dirigirte a mí de ésa manera, Mocosa?

«Una princesa, pronto reina», pensé para mis adentros.

—Soy la que no parará hasta averiguar toda la sucia verdad, sé que te traes algo entre manos, puedes engañar a ése inocente niño, pero a mí no.

Mira a su alrededor, mientras aprieta su mandíbula fuertemente. Luego suspira sonoramente, sonrío satisfecha al verlo hacerme una señal de que lo siga.

—¿A dónde me llevas, Pan?¿A dónde nadie pueda oír mis gritos cuando me mates?

Digo sarcástica, rodando los ojos.

—Lo haré si no te callas de una vez.

Caminamos unos minutos hasta posarnos frente a un pequeño bote de madera, más allá del mar podía distinguir la figura de una gran roca. Navegamos en silencio hasta allí, y la extraña roca resultó ser una calavera. Un escalofríos me recorrió el cuerpo al ver el tenebroso sitio.

—Es la Roca Calavera–sus palabras me sacan de mis pensamientos, lucía más calmado.

–¿Por qué me has traído aquí, Peter?

El haberlo llamada Peter y no Pan cómo suelo hacerlo, reflejaba el miedo y la incertidumbre que me carcomían por dentro.

—Sígueme y no te separes, no quiero andar salvándote a cada rato.

Entramos por una abertura, subimos por una escalera hacia una piso más arriba, dónde se encontraba un gran reloj de arena en el centro del espacio. Lo observo embobada, lo cual logra sacarle una risa socarrona.

—¿Qué significa ésto, Pan?

Señalo en lugar, incluyendo el enorme reloj de arena, que parecía funcionar, y la arena comenzaba a acoplarse en la parte inferior.

—Significa que no tengo mucho tiempo—se acerca al objeto, dándole tres suaves golpes con la mano–. Muy pronto moriré, querida Adara.

Me quedo helada.

Darkness Between Us-Peter Pan [Completa ✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora