Seis treinta de la mañana, esa era la hora exacta cuando el pequeño omega ahora con la cabellera gris, se despertó con alguien rodeándole con sus brazos sus cintura. Dio un brinco acompañado de un chillido, despertando a el alfa que dormía muy pacíficamente junto a el.
—Agh..... No ocurrió nada aquí ¿okey? -dijo dominante el alfa levantándose de la cama y dirigiéndose a la ducha, el omega peligris no respondió y solo soltó un diminuto y poco audible sollozó.
Ambos se prepararon para su primer día en este internado, aunque como era de esperarse, el alfa le izo la vida imposible a el pobre omega, aunque.......
El alfa ya no lo molestaba por el placer de verlo sufrir, al contrario, en horas de clase que les tocaba en el mismo salón, el observaba de reojo cada movimiento por mas diminuto que fuese de el omega, no le desagradaba, al contrario, ahora el alfa pelinegro sentía un gran deseo de proteger a el indefenso omega, como si fuese mas frágil de lo que en realidad es, esto no estaba bien, para el alfa, el no podía creer que tal vez, solo tal vez ese estúpido omega fuese su otra mitad, aunque nunca a olido su aroma, su lobo se inquieta cada que se acerca a el omega, no entendía porque pasaba, el no lo sabia, estaba mas que confundido, tenia que hablar de esto con alguien ¿pero quien?.... Y entonces un nombre se paso por la cabeza de el azabache.
“Solar...” pensó y sonrió ante que su mejor amiga lo escuchase, tal vez el no se fie tanto de sus amigos, ya que si les contaba seguro se burlarían.
Salieron de clase de francés, cuando pudo notar como el omega peligris se acercaba a un chico de cabello negro y tez pálida, mucho para su parecer. No lo soporto, se detuvo en seco haciendo que sus amigos mirasen a donde el lo hacia, y pudieron ver cuan era la razón por la cual el alfa estaba que mataba a alguien.
—Changbin..... -llamo el alfa de cabellera larga y rubia, pero el alfa pelinegro no le escuchaba, el solo se concentraba en una persona que estaba riendo con la otra.
De un momento a otro, el alfa se encontraba con su puño en el pómulo izquierdo de el chico de tez pálida, haciendo chillar a el omega peligris.
—¡FRED! -chillo el omega peligris agachándose para ver si estaba bien —¿Que te pasa? -fue lo único que logro decir antes que el alfa pelinegro se lo llevara a rastras mientras el omega estaba llorando por estar tan cerca de el.
Llegaron a un lugar a donde no había ni una persona, el alfa bajo al omega con mucho cuidado y lo arrinconó ante la pared, el omega estaba nervioso.
—Yo........ ¿Me dejas ir? -pregunto en un hilo de voz el omega con la cabeza gacha. El azabache gruño y el omega se sobresalto.
—Mira, Félix, no se que diablos me pasa pero.... -se quedo en silencio un par de segundos —¡MIERDA!...... No se que me pasa, pero no soporte verte con ese inútil alfa que la a de tener pequeña -insulto muy infantilmente el alfa pelinegro y el omega sorbió su nariz con impotencia —¿Ese estúpido que es tuyo? -pregunto y Félix contuvo la respiración.
—Es mi.............. Primo -dijo el omega después de unos minutos de silenció y entonces apareció un puño en el pómulo derecho de el alfa pelinegro.
—¡¿PORQUE CARAJOS LE PEGASTE A FRED?! -grito el alfa peligris tomando de la muñeca a su hermano menor. —¿Te izo algo bebu? -pregunto con ese tono que hacia que Félix se relajara, el omega asintió. —Te vuelves a acercar a mi hermano o a mis primos, te juro que sera la ultima vez que veas algo ¿Quedo claro? -dijo mientras Changbin se levantaba aun aturdido de el fuerte golpe de el alfa.
El alfa y el omega peligrises se alejaron de aquel sitio tan solitario para encontrar la cafetería, estaban en un silencio sepulcral, nadie hablaba, de vez en cuando el alfa le pregunto a su hermano menor si estaba bien y si no le había echó daño el estúpido alfa que estaba con el, Félix solo asentía con su mirada fija en el suelo, el no podía borrar las palabras de aquel alfa pelinegro, en una parte su lobo le pedía a gritos no alejarse, que se quedase con el alfa, pero su miedo a que el pudiera hacerle algo era mas grande a el deseo de su lobo, el no podía soportar que el alfa le hiciese algo malo, no lo soportaría, y mucho peor por la reputación de el alfa, Félix no podía creer que le aya dicho cosas tan lindas, a su manera pero lindas, “No soporte verte con ese inútil alfa” al recordar las palabras de dicho pelinegro se ruborizó y su hermano lo noto casi que enseguida.
—¿Acaso te gusta ese idiota, Lix? -pregunto el alfa peligris con una ceja arqueada y con el semblante serio. —¿Te gusta ese idiota? -volvió a preguntar ante que el omega no le respondía.
—Yo..... Alexandru...... -dijo usando el segundo nombre de su hermano, lo que hizo que el alfa confirmara sus sospechas.
—¿Cuantos olores tiene, he? -pregunto ya un poco relajado pero siempre mantenía su cara seria —¿Cuantos olores tiene ese imbécil? ¿Cuantos olores persives de el? -pregunto de nuevo ya que su hermano mantenía la cabeza gacha.
—Son....... -dijo el omega pero callo de enseguida, no podía responder si su hermano lo miraba tan retadora mente, el omega estaba asustado.
—¡MIERDA! ¡¿CUANTOS MALDITOS OLORES TIENE?! -grito al fin su hermano parando en seco haciendo chillar a el omega. —¡¿CUANTOS TIENE YONGBOK?! ¡¿CUANTOS?! -el alfa ya estaba perdiendo la paciencia y el omega lo notaba.
—Changbin....... Tiene tres olores...........