Suficiente para una noche

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En el muelle los discípulos parecían relajados y más animados. Tenían más ganas en entrenar y eso se debía a la felicidad de su líder quien por una semana entera a estado retenido por una mujer. Los dos parecían ser cercanos y alegres. Lo lamentable era que la dama tenía que cubrirse el rostro para que nadie viera su maldición, aún así, ella comenzó ayudar a los discípulos que se dedicaban a la medicina mostrándose con gran talento. 

Recibió alabanzas y la gente comenzaban hacerse la idea de que su líder encontró quien lo soportaría. 

Fue una linda semana. Oh, una semana llena de sonrisas, juegos, momentos de vulnerabilidad por parte de la dama y del líder. Tras ellos un anciano muy divertido apoyaba las interacciones de la quizás pareja.

El señor Fa hablo en la mañana expresando la gratitud hacia Jiang Cheng por tratarlos bien en su estadía. Luego planeó acercarlos más, dijo querer ver una cacería nocturna en el muelle. Cheng lo pensó mucho, se negó, aún así el viejo hombre sugirió que si no podía ir él puede ir su hija adoptiva. 

El Jiang le pareció una buena idea, le insistió a la Wen hasta que la escucho aceptar. 

Fue así como en la cacería nocturna fueron rodeados en una emboscada. Alguien siempre estuvo vigilando tras ellos y aprovechando la oportunidad atacaron.Qing apenas lograba usar sus armas espirituales ya que la lastimaron. Era un efecto rebote. Aún así,  se defendió a ella y a los discípulos. 

En el bosque, dos látigos feroces atacaban abriendo pasó a sus portadores. Pero la maldición de la mujer la volvía un poco menos útil y más una carga. Al rodearlos un cultivador casí le corta el cuello a Qing, pero por suerte quien ganó ese destino fue su collar que se soltó de su cuello.

Cheng no tuvo más que sujetar a Qing y correr para luego lanzarse a un río que creció por la lluvia del día anterior. Ambos apenas lograban ir contra la corriente, pero era tan difícil, el Jiang fue un buen nadador desde joven, pero la Wen no. 

Qing se ahogó. Por suerte llegaron a la esquina y después de primeros auxilios ella reaccionó y su maldición incluso creció, ahora quizás rodeada más de un tercio de su cuerpo.

Los dos estaban mojados en medio de la noche, con pocas esperanzas de salir con vida.

Cheng uso a Xin Sui para hacer una fogata y mantenerse secos. Toco las manos de ella y la encontró fría. 

—¡¿Qué haces?! —se volvió rojo al verla quitar sus prendas o hacer el intentó —No---no---no te desvistas aquí. 

—Es para que la topa se seque más rápido.

—¿Aún tienes frío?— La vío  asentar en silencio. Pronto se giró a otro lado para no verla —disculpa, no estoy pensando bien.

—No te preocupes —estrujo la ropa dejando que el agua caiga —ya tampoco pensé que llegaríamos estar así.

—Podemos descansar un poco y luego volver, quizás en la luz del día podamos guiarnos mejor.

Ella se quejó de dolor. Cheng, giró instintivamente para ayudarle y tan rápido como giro para ayudar volvió a girar para no verla. Se disculpó enseguida mientras la imagen mental donde vío por suerte solo la bata interior. 

—¡No vi nada, lo juro! —la escucho reír —no te rías, no es para nada divertido. 

—Lo fue para mí —se volvió a quejar y él la volvió a ver. Acto seguido volvió a no verla —no me molesta si eres tú quien me ve en mi bata interior. Sería muy diferente si yo estuviera desnuda en su totalidad.

—No digas eso por favor —a este paso mejor no necesitará el fuego para secarse o no sentir frío. Era suficiente con el calor de la vergüenza que recorrió su cuerpo — suficiente,  voy hacer un refugio para descansar está noche. Tú lo necesitas.

MEMORIA MUSCULAR WEN QING Y JIANG CHENGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora