Capítulo 13

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Ambos chicos siguieron caminando hasta llegar a la casa del ojimorado, para su no tan sorpresa estaba acomodando la puerta y parte de la muralla mientras maldecía en voz baja.

—Buenos días Señor Vegetta— saluda Alex.

—¿Qué tienen de buenos tontito?— murmura.

—Pero macho, uno que viene a saludar— se queja el menor.

—¿Necesitas ayuda Vegettita?—.

—Necesito que dejen de destrozar mi puerta y que vuelva mi wi...— niega con la cabeza —que no vuelvan a causarme problemas—.

—Así que sí quieres que vuelva el chino ¿eh?— se burla el policía.

—Cállate— ordena el pelinegro.

—¿Por qué no simplemente le hablas y ya?— pregunta ayudándole aplanar la tierra.

—Porque me oculta cosas Luzu— suspira —no quiere contarme sus cosas, llega en medio de la noche después de no verlo durante todo el día y sobre todo viene todo lastimado... ¿Y qué es lo primero qué hace? Me dice "ni ti pricipis", ¡Pues claro que me preocupo chaval! Es que es tonto— exclama.

—¿Y después lo echaste de casa?—.

—Claro que no, primero le curé los rasguños en su cara y después se fue porque "necesitaba calmarme"— repite volviendo acomodar la puerta.

—Creo que fue lo más sabio, tienes un genio horrible— susurra Alex ayudando con la puerta.

Vegetta lo mira con una expresión de pocos amigos y le pide que se corra para poder acomodar la puerta él solo, el policía decide apartarse porque no quiere que se enoje más, Luzu deja salir un suspiro para después proceder a abrazar a su amigo obligando que este baje la mirada hasta ocultarse en su hombro y agarre los costados de la sudadera negra con fuerza.

—No confía en mi Luzu... ¿Qué tal si después de tantos años él ya no quiere casarse... conmigo?— admite una de sus dudas.

El castaño aprieta más a su amigo entre sus brazos, Alexby acaricia la espalda del más alto para ayudar a tranquilizarlo, Vegetta y Willy se parecían en el aspecto que aunque fueran los más maduros y supieran llevar esa vara de liderazgo también eran sensibles cuando se trataba de sus inseguridades, pocas eran estas y talvez por eso les afectaban más.

—Tranquilo Vegettita, estoy seguro que Willy te ama tanto como el primer día— asegura Luzu.

—Incluso más— agrega Alex rodando los ojos con diversión.

—Ya no estoy seguro—.

—A ver Vegettita— lo separa para verlo a los ojos —¿En serio dejarás que una pelea cómo esta los separe?— cuestiona.

El pelinegro se la piensa unos segundos, no, esa era la respuesta, negó con la cabeza.

—Entonces deja de arreglar la puerta que cada semana sufre una explosión y ve por tu hombre— anima el de ojos rojos con una sonrisa.

—Y hagan las cosas picantonas que les gusta— los observa con una sonrisa sugerente.

—Tontito—.

Los dos amigos ríen por el sonrojo de Vegetta, no saben si es por vergüenza o coraje pero cualquiera de las dos razones cumple con el objetivo del comentario. El chico se va directo a la casa árbol. Alexby abraza a su mejo amigo y lo jala al pueblo a revisar las tiendas, había decidido que esa tarde la pasarían con compras y Luzu no se negó al plan.

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Perxita lo abrazó, la verdad es que no se quería ir pero sabía que si no regresaba se quedaría sin trabajo y por el momento quería seguir siendo policía en los santos. Después de separarse le tranquilizó la sonrisa que le dedicó el castaño de sudadera negra.

"Your eyes don't lie" (Luzuborn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora