LA PURGA • BTS

c i n c o

Algunos se miraban asustados y otros se mantenían serios, quizá estaban analizando la situación.

Suspiré y comencé a servir la comida, Jin reaccionó y me ayudó. Hoseok junto a Namjoon pusieron la mesa y Taehyung se encargó de servir las bebidas.

Minutos después nos sentamos a comer en silencio, todos estaban hundidos en sus pensamientos, hasta que unos disparos nos alertaron a todos. Me levanté de la mesa y revisé la pantalla que mostraba directamente la entrada de la casa. Afuera había un tiroteo, nada que pudiese afectarnos.

Caminé nuevamente hasta el comedor y volví a comer. Ellos comenzaron a hablar, pero no entendí lo que decían ya que hablaban en coreano, bufé y regresé a comer.

J I M I N

—¿Qué haremos? —pregunté—. Si nos están buscando, no podemos quedarnos aquí toda la noche.

—Jimin tiene razón —respondió Hoseok.

—¿Y si vamos a un refugio? —propuso Yoongi.

—Estaríamos arriesgando la vida de inocentes —intervino Jungkook.

—¿Entonces qué? —volvió a hablar Yoongi—. ¿Nos vamos allá afuera a esperar que algún loco nos mate a uno por uno? —preguntó con notable molestia en su voz.

—Yoongi tranquilo —habló Namjoon.

Él iba a decir algo más pero la voz de Lu nos interrumpió.

—¿Podrían hablar en un idioma que yo entienda? —preguntó—. Si su vida corre peligro... entonces la mía también.

—Lo sentimos por ponerte en tal situación —habló Namjoon—. Prometemos compensarte cualquier daño.

—Eso es lo de menos —respondió Lu—. Primero deben preocuparse por sobrevivir, ya que no creo que conozcan el lugar... ¿o sí?

—La verdad no —habló Jin—. Siempre tenemos a alguien que vele por nosotros y no nos molestamos en aprender eso... pero ahora me arrepiento.

—¿Nos ayudarás? —preguntó esperanzado Taehyung.

—Lo intentaré —respondió Lu—. Al menos aquí estamos seguros... por un rato.

10:00 pm

L U

Junto a Namjoon estábamos recargando algunas armas que tenía, solo eran tres sin incluir la mía, pero podrían servirnos mucho.

—¿Quiénes tienen mejor puntería? —pregunté.

—Hoseok, Yoongi y Jin —respondió.

—¿Los mayores? —pregunté.

—Ellos recibieron un curso para el servicio militar, pero luego fuimos vetados de este... y ahora pienso que la práctica no fue en vano.

Yo asentí y seguí recargando la pistola. Luego llegó Taehyung a la habitación acompañado de los demás chicos.

—¿Cuál es el plan? —preguntó.

—No morir —respondí y noté como todos se ponían nerviosos—. Lo siento... mal chiste —aclaré mi garganta—. Si comienzan a atacarnos saldremos por la puerta trasera... y nos mantendremos todos juntos, Jin y yo iremos al frente, Yoongi y Hoseok atrás... los demás también deberán ir pendientes con sus cuchillos y también tengo un bate —lo levanté y Jungkook lo tomó—. No olviden que estamos propensos a cualquier ataque, ¿entendido? —ellos asintieron.

—¿Y si alguien es herido? —preguntó Taehyung.

—Intenten que eso no suceda... pero si algo les ocurre, ocupen todas sus fuerzas y luchen hasta el final.

Salimos de la habitación y regresamos a la sala. Busque la pequeña maleta que había hecho en caso de emergencia y se la entregué a Namjoon. Luego tomamos asiento en la sala y comenzamos a conversar, hasta que el sistema de protección comenzó a desactivarse.
Corrí asustada hacia la pantalla, y afuera habían cinco hombres intentando entrar.

—¡Debemos irnos! —exclamé y todos se levantaron y me miraron—. Ustedes salgan por la puerta trasera... yo los distraeré.

—Permitenos ayudarte —habló Jimin—. También es nuestra lucha.

Los miré dudosa y ellos se veían seguros, yo bufé y luego asentí.

—Nuevo plan... nos escondemos y cuando entren disparamos hacia las piernas... y los matamos —susurré.

Asintieron y comenzaron a desplazarse en los alrededores del lugar, suspiré y anule el sistema de seguridad. Los hombres entraron rápidamente y junto a los chicos comenzamos a atacarlos, cayeron al suelo y los demás se acercaron a acuchillarlos, y Jungkook los golpeó repetidas veces en la cabeza con el bate que tenía un alambre de púas enrollado en la parte superior.

Me levanté estupefacta y Jimin, Taehyung, Jungkook y Namjoon estaban agitados.

—Yo... —susurré—, no pensé que cargaran con tanto.

—Debíamos estar seguros —habló Jimin un poco nervioso.

—Hay que irnos antes de que vengan más —hablé.

Tomamos algunas de sus armas y municiones, luego salimos por la puerta trasera y comenzamos a correr nuevamente por las calles.