Capítulo 13: Earned it

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2017

Narra Carlos;

Cuando accedí a esta fiesta jamás me imaginé que terminaría así. Todo estaba tranquilo, una "cena" con amigos. Y de hecho, la cena fue normal, pero poco a poco el alcohol empezó a hacer efecto, lo que empezó como un karaoke común y corriente se convirtió en una pista de baile, nos olvidamos de cantar disfrutando solo de la música.

La música, un arma poderosa, más teniendo a la mujer que tengo bailando conmigo. Cyn, mi Cyn. Se mueve al ritmo de la música, su cuerpo se mantiene pegado al mío. Aunque no quisiera la letra de las canciones hace volar mi imaginación, el roce del cuerpo de Cyn con el mío envía escalofríos por todo mi cuerpo. Tantas cosas que quisiera hacerle, pero me limito a tomar sus caderas para acompañar el movimiento impidiendo que se aleje de mi, de mi cuerpo. La necesito, a toda ella. Es como una droga a la que soy adicto.

Ella, Cyn. Cynthia, es una Diosa. Mi Diosa, a quien no me canso de venerar, la mujer que con una mirada me tiene de rodillas, rendido ante ella. Dispuesto a cumplir todas y cada una de sus órdenes.

Cyn gira en mis brazos quedando a centímetros de mi rostro, me provoca rozando sus labios a los míos, intento morder uno de sus labios y fallo. La canción que empieza solo me genera más ganas de llevarla contra una pared y olvidarme que hay más gente aquí.

Estás, toda buena, toda sexy

Tus labios me dicen tantas cosas de ti

Escucho todo lo que dices, cuando no dices nada

Cuando estoy contigo no me importa que hora sea en la madrugada

Esta vez es ella quien se acerca, muerde mis labios tentadoramente, antes de que se pueda separar enredo mis manos en su pelo inclinando su cabeza hacia mí, mis labios se presionan con los de ella, siento, ambos los movemos con destreza, pronto siento su lengua inmiscuirse en mi boca y es jodidamente excitante. Tiro un poco de su pelo provocando un jadeo en su boca.

Con mis manos desciendo, recorro su espalda, pero la canción me incita a seguir, pronto mis manos están apretando su culo, nuestros pasos son coordinados hasta que Cyn choca con una pared, ahí recargada recorro su cuello con mis labios. Ella tira de mi corbata, en parte para quitármela y en parte para atraerme a ella.

- Vámonos,- susurra en mi oído, dejando una leve mordida en mi lóbulo.

- No sabes como esperaba que dijeras eso.

Nos despedimos de nuestros amigos un tanto apenados, pues las ropas desaliñadas, el pelo desordenado y los labios hinchados nos delatan. Sin embargo, todo deja de importar desde que subimos al carro. Al estar estacionado en un lugar oscuro, saco de la guantera  un vibrador con control bluetooth. Vuelvo a besarla mientras recorro con una de mis manos sus piernas, subiendo un poco cada vez.

- Bájate las bragas,- ordeno con la voz más ronca de lo esperado.- Déjame ver tu coño, húmedo por mi.

- ¿Aquí?- pregunta nerviosa.

- ¿Quieres que te las quite yo?

- Carlos, nos van a ver...

- Está oscuro, además no hay nadie cerca.

- Me las vas a pagar...- pego mis labios a los suyos para silenciarla.

Observo con deseo como baja sus bragas con sensualidad, toda la que se puede tener dentro de un carro. Estiro mi mano para recibirlas y ella las coloca sin chistar. Subo su falda con mi mano para por fin ver lo que tanto esperaba, Cyn se encuentra expectante observando con detalle cada uno de mis movimientos, por lo que no es una sorpresa cuando introduzco dos de mis dedos en ella. Cyn pone su mano derecha en mi antebrazo y conforme mis movimientos se hacen más rápidos ella lo aprieta más. Separa sus labios para dejar salir un leve gemido.

Mi salvaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora