Betrayed | CANCELADA

Capítulo 25

Todos estaban ocupados en la ravin.

Iban de un lado a otro, empacando comida, ropa, herramientas, entre otras cosas.

Después del ataque de pánico que tuvo el miembro más joven del grupo, Philza había decidido que era hora de que se alejaran por unos días de Pogtopia. Hasta él tenía que admitirlo: el ambiente ahí abajo era aprehensivo, sofocante y frío. Simplemente bastante incómodo como para quedarse demasiado tiempo sin tomar un respiro de aire fresco de vez en cuando.

Por eso es que el hombre mayor decidió mostrarles el pasadizo que él y Dream habían descubierto no mucho tiempo atrás, el que daba a Novaland.

Ambos habían pisado esa tierra antes, y sabían que algo de brisa marina sería buena para la salud mental de todos (especialmente la de Wilbur).

Tommy había terminado de empacar apenas hace unos cinco minutos, más o menos, ahora matando su tiempo frente al empañado, sucio y agrietado espejo que había en la antesala a Pogtopia. Donde su cama se encontraba.

Creía recordar que el espejo lo habían conseguido hace meses, entre la basura de Manberg, pero eso no le parecía particularmente importante como para recordarlo. Tenían un espejo y se conformaba con ello.

Su reflejo era distinto al de la última vez que se observó.

Su cabello había crecido, llegándole con facilidad a la mandíbula y cubriendo sus dos orejas. La piel, antes bronceada por pasar los días corriendo por ahí con Tubbo, se había tornado pálida por los meses que llevaba en su tortuosa vida subterranea. Incluso su pesadilla de dos noches atrás había dejado una marca; dos bolsas de un tono morado claro bajo sus ojos que, asimismo, por el sueño, estaban inyectados en sangre.

También era más delgado pero estaba seguro de que, gracias a Phil, no estaba desnutrido. Podía confirmar eso fácilmente al observar su cuerpo con atención. Su caja torácica era apenas visible, a pesar de que era delgado y su cadera sobresalía en consecuencia. Sus muslos, aunque parecían palos, se tocaban a la altura de la entrepierna sin problemas cuando juntaba las piernas, indicando que su masa corporal era adecuada. Y, como cereza al pastel, los músculos de sus brazos que adquirió durante la Revolución y entrenamiento con los Elfos seguían ahí.

...

No quería imaginar lo que habría pasado si el adulto responsable del grupo no estuviera con ellos ahora. No quería imaginar cuál sería, no solo su estado físico, sino también el de Wilbur, siendo que nadie ahí, a excepción de Phil, sabía cocinar.

Sabía que Techno podía sobrevivir con una dieta basada en papas. Después de todo era un híbrido de cerdo, y esa hortaliza le daba los carbohidratos necesarios. Y de quedarse sin comida, podía hibernar hasta que la siguiente cosecha estuviera lista. Pero Tommy y Wilbur eran humanos. Humanos delgados, y Tommy era un muchacho de casi 17 años que necesitaba comida para que su presión sanguínea no fuera masacrada de golpe.

El solo pensamiento de la posibilidad de estar pasando hambre en ese momento, en caso de que las circunstancias fueran distintas, le causó un escalofrío desagradable por la espalda. Incluso le hizo sentir el estómago vacío, casi como si su piel estuviera ahora estirada sobre sus costillas.

Sabía que ese no era el caso.

Tommy estuvo a punto de apartarse del cristal cuando vio algo brillar con la luz de la antorcha que colgaba de la pared, sobre el marco del espejo. Volvió a mirarse con atención.

Ah, lo había olvidado.

Sus frenos seguían ahí.

El rubio acercó su cara a su reflejo, mostrando los dientes y toqueteando los pequeños objetos de metal pegados a ellos.