Digitalizados | El virus de la muerte |

Episodio 31

— ¡Mira! ¡Mira! Esta se llama margarita ¿verdad que es bonita?

— Es muy bonita… Creo que te quedaría bien.

— Ayudame a ponerla en mi cabello,por favor Set.

El peliceleste tomó aire y se acomodó en la roca donde estaba sentando, apretando los ojos y tratando de conservar ese vívido recuerdo el mayor tiempo posible en su cabeza.

Sonrió de lado.

Lamentaba lo que de avecinaba, pero tendría que ponerse un poco violento.

Tiempo desconocido

— ¡Oye! — Madeline sonrió de lado al recibir un golpe por parte de Nikoru. — ¡Ese estuvo bueno!

— ¿Tú crees? — preguntó la pelinegra viendo sus puños — Yo pensé que solo sería útil con mi arma, pero realmente se puede hacer mucho sabiendo pelear mano a mano.

— ¡Claro que si! Es muy importante saber defenderse — asintió la mayor.

Madeline se había acoplado a la perfección al equipo en esa última semana que habían estado en esa ciudad, y a pesar de que al principio Gabe y ella podían parecer extraños, con el tiempo, y como pasó con todos, encontraron su lugar.

La peliplateada se pasó una mano por el cabello, que en su war mode, era tan corto como el de los chicos y sus ojos pasaban a ser rosados, tan brillantes como dos lucecitas, pero no dejaba de verse igual de bonita, como una muñeca, simétrica y perfecta.

— ¿Dónde aprendiste a defenderte? — preguntó curiosa Nikoru, ya que días antes había tenido pena de preguntarle lo mismo.

— Viviendo una Zona tan peligrosa como la 12, es casi obligatorio aprender a pelear. — contestó la de ojos rosa, tomando agua de la cantimplora que le regaló Akira.

— Ya... Veo...— Nikoru no dijo más, le sonrió con amabilidad y continuaron entrenando.

Dos meses, tres semanas y seis días desde La llegada.