Capítulo 22: El pánico que paraliza al amor

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Nathaniel, Alexy y Lysandro se encontraban en la sala de delegados comenzando el nuevo proyecto de artes. El profesor Patrick había estado tan inspirado por los volantes creados por el grupo A, que decidió adelantarse un par de temas para asignarles un trabajo relacionado con el cartel.

―Esta es una bella iniciativa ―dijo la semana pasada mostrando uno de los flyer, era como si estuviera admirando una obra de arte del Museo de Louvre―. Me enorgullece saber que se empeñan en hacer este tipo de trabajos. Y por supuesto, me han inspirado a mí. La historia del cartel es larga, pero quiero que se concentren en cuatro exponentes del cartel publicitario del siglo XIX: Jules Chéret, Toulouse-Lautrec, Alfons Mucha y Alexandre Steinlen.

Todos estuvieron confundidos por el tema, pero la idea no era que hiciesen trabajos de publicidad, Patrick estaba interesado en que conocieran el arte detrás de aquellos carteles, así que lo complementó con otros tópicos de los que la mayoría de los alumnos huía: los sentimientos y emociones. Con esa famosa dinámica de papelitos que al profesor tanto le gustaba, cada grupo obtuvo un sentimiento o emoción y un cartelista del que debían tomar parte de su estilo para crear una pieza artística.

Lysandro y Nathaniel estaban callados mientras investigaban sobre el cartelista que les tocó, Alexandre Steinlen, y Alexy tarareaba la canción que se reproducía en sus audífonos en tanto leía sobre la diferencia entre sentimientos y emociones; en realidad, debía buscar sobre el miedo, pero se distrajo por la curiosidad de saber lo que distinguía esos términos.

So shine bright... na na na... mmm-mmm... We're beautiful like diamonds in the sky. ―Alexy estaba moviendo la cabeza de un lado a otro al ritmo de la canción―... Shine bright like a diamond, shine bright like a diamond, shine bright like a diamond.

Nathaniel soltó una risita y le tocó el hombro. Alexy se quitó los cascos con rapidez y miró a sus compañeros; Lysandro estaba escondiendo una sonrisa.

―¿Estaba cantando muy alto?

Algo ―dijo Nathaniel, divertido.

―Lo siento, se suponía que no debía desconcentrarlos.

―Al menos no sabes la letra ―habló Lysandro sin detener su tecleo. Alexy se sonrojó de inmediato, sin estar seguro si lo había dicho como una broma, Nathaniel tampoco supo si reírse. Lysandro notó el silencio incómodo y puso una media sonrisa―. No va en serio, sigue cantando.

Alexy se rio con vergüenza.

―No, ya me acordé de que eres cantante. Qué pena.

Lysandro dejó escapar una risa corta, ligera, y Alexy pensó en lo grácil que era todo en él: sus gestos, su forma de hablar, su aspecto, incluso sus movimientos. Era como si fuera un auténtico noble.

―¿Cómo vas con la investigación? ―Nathaniel quiso saber.

―Mmmm... sobre el miedo todavía nada, ¡pero ya sé la diferencia entre sentimiento y emoción!

―Alexy, eso no era... ¿Hay diferencia?

―¿No lo sabías? ―Nathaniel negó con la cabeza―. Pero Sr. Delegado, ¿de verdad hay algo que no sabe?

―Ajá, dime. ―Alexy carraspeó, listo para leer―. Con tus palabras.

―Ay no, ¡sonaste como profesor! ―exclamó con un horror exagerado―. Bien, en resumen: las emociones son como respuestas rápidas de nuestro cerebro y se reflejan en nuestro físico.

―¿Como cuando te sonrojaste hace un momento?

Ja-ja. Sí, eso. Y los sentimientos son como, más duraderos, cuando procesamos las emociones y se quedan en nuestro pensamiento. Algo así.

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