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Taehyung el era chico mas guapo de Órzola, tenia el cabello sedoso del color del azabache y unos ojos tan profundos que daba vértigo asomarse a ellos, su sonrisa era especial, tan dulce que parecía de caramelo y cuando andaba, su cuerpo rezumaba sensualidad por todas partes. Su pecho era perfecto, su abdomen fornido pero no tanto, y sus nalgas firmes y duras se ajustaban deliciosamente a todos los pantalones vaqueros. Pero a pesar de todo esos atributos lo que mas destacaba de él era su piel, que era un lujo imposible de imaginar, suave como el terciopelo y con un bronceado natural que no necesitaba del sol para brillar y tener el mejor aspecto.

Taehyung sabía que todos los hombres de Órzola la deseaban, era hermoso y pertenecía a la familia más acaudalada del pueblo, todo lo que ansiaba caía en su manos, no había nada ni nadie que se le resistiese, la joven caprichosa se divertía coqueteando con todos los chicos que estaban al su alrededor y cuando se rendían a sus pies los apartaba de un puntapié como si ya no le interesasen.

Taehyung era el rey de corazones, estaba acostumbrado a ser el centro de atención, jugaba con maestría al arte de la seducción y su caída de pestañas era famosa en toda la isla, podía conseguir a cualquier hombre que se le antojase, daba igual que tuviese novia, estuviera soltero o casado, Taehyung los miraba y ellos se olvidaban de sus obligaciones familiares, cían presa de su embrujo como si la testosterona les hiciese perder la razón, todos lo adoraban, todos lo ansiaban, todos estaban obsesionados con él... todos menos uno. Uno que no se giraba a mirarle en culo cuando pasaban por la calle, uno que no la observaba, que no la piropeaba, uno que la ignoraba y que parecía ajeno a ese halo de magia que transmitía su presencia, uno que hizo que se volviera loco y se convirtió en su perdición.

-¿De verde te gusta Jungkook? -le preguntaban sus amigas sorprendidas-. ¿Te lo has pensado bien Tae? Ya se que es guapo y que está muy bueno ¡Pero todo el mundo dice que es muy rarito! Siempre está solo, no habla con nadie ¿De verdad quieres liarte con él?

Jungkook era un joven retraído que estaba encerrado en su propio mundo, había dejado el instituto hacía un par de años y desde entonces se dedicaba a hacer chapuzas con su furgoneta, muchas tardes Taehyung lo veía llegar al pueblo después de hacer algún servicio, le gustaba observar como se bajaba del choche y descargaba las herramientas con las manos llenas de grasa. Era guapo, endiablamente guapo, quizás demasiado, tenía unos ojos castellanos llenos de misterios que atraían irremediablemente, pero que jamás se fijaban en él.

-Yo creo que es hetero -le había dicho una amiga intentando consolarlo, pero Taehyung sabía que no se trataba de eso, Jungkook era distinto, diferente a todos los hombres que había conocido y por eso se resistía a sus encantos.

Taehyung empezó a acechar a Jungkook a mediados de Abril, sabía que todas las tardes iba a Caletón Blanco a darse un baño y él lo perseguía montada en su Vespa. Siempre estacionaba carca de él en el aparcamiento y cuando salía de su furgoneta, el joven, distraído, ponía su toalla lo más cerca posible de él, pero el hombre se limitaba a saludarlo con indiferencia y después se zambullía en el mar para nadar durante horas.

El joven lo esperaba pacientemente, se quedaba en silencio observando como el chico se sumergía n las aguas cristalinas y braceaba incansablemente. Le gustaba mirarlo, fantasear como sería acariciar su piel y su torso vigoroso, besar su labios, lamer su ser, pero Jungkook parecía que no tenía las mismas ilusiones que él y cuando regresaba a la orilla recogía su toalla y se marchaba sin hacerle el más mínimo caso.

Taehyung no sabía como llamar su atención, daba igual que tosiera, que se quitara la camisa o que le pidiera fuego para encender un cigarro, Jungkook nunca entablaba conversación, por eso una tarde, cuando lo vio salir del agua, decidió que lo mejor era iniciarla él, se acerco a Jungkook con decisión y le sugirió directamente que fuesen al bar del muelle para tomarse una copa juntos.

El hombre sin nombre -KOOKMIN-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora