𝐈𝐍𝐒𝐈𝐃𝐄 𝐎𝐅 𝐓𝐇𝐄 𝐁𝐎𝐎𝐊 🎭 | ❛𝒟ℯ𝓁𝒾𝒶 𝒢𝒶𝓁𝒾𝓂ℴℴ𝓇 es una de esas personas que amaban la fantasía, amaba leer acerca de todo aquello anormal, también amaba un peculiar libro llamado Crepúsculo, un libro donde siempre, cada vez que lo...
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❝Imprimación❞
Era el primer día de Delia en la Reserva Quileute.
En lo que llevaba del día no había hecho absolutamente nada, sólo estar acostada en el sofá de la sala y disponer de mirar al techo como si fuera la cosa más interesante del mundo.
Estaba sumamente aburrida. Los chicos habían ido a desayunar en la mañana, después de eso se fueron junto a Sam, por lo que la adolescente se quedaba sola junto a Emily, mientras que la mayor hacía los deberes de la casa y cuidar de la menor.
La castaña tenía en mente salir a pasear al bosque y despejar su mente. Era lo único que podía hacer mientras esperaba a los chicos, por lo que decidió hacerlo, no quería morir como de aburrimiento.
- ¡Emily, iré al bosque a pasear! - grito para que Emily, quien estaba en el segundo piso de la casa, escuchará.
- ¡Esta bien! - respondió la morena.
Se colocó de pie y salió de aquella casa de madera. Cuando estuvo en frente de una de las entradas del bosque comenzó a correr para adentrarse en el. Corría con gran velocidad, haciendo volar con brusquedad cada hoja que estaba en las ramas de los árboles. Su largo cabello se movía al compás de la brisa.
Comenzó a apreciar todo a su alrededor. El olor de las flores, los pequeños animales que salían corriendo al ver algo desconocido pasar frente a sus ojos, los rayos del sol que se adentraban a través de las grandes ramas de los árboles que estaban arriba de su cabeza.
Amaba la naturaleza. En su realidad siempre, todos los días, iba afuera, al patio, para apreciar el bosque que había atrás de su casa. Apreciar la naturaleza.
Su familia le decía que era rara por el simple hecho de agradecer a la naturaleza y al universo por existir. Que puedo decir, la castaña tenía pensamientos diferentes a la asquerosa sociedad que el mundo albergaba.
Tsk.
Tsk.
Tsk.
Sus músculos se tensaron al escuchar un extraño ruido que provenía de algunos metros detrás de los árboles. La castaña paró su caminata para voltear.
- ¿Quién anda ahí? - preguntó pero nadie respondio.
Tal vez es un animal, pensaba.
Hijo de su puta madre, exclamó mentalmente.
Era un animal, un lobo increíblemente gigante, exactamente como los chicos cuando estaban en fase. Pero algo no encajaba, aquel lobo de pelaje marrón estaba dispuesto a atacarla.
El lobo estaba gruñendo mientras enseñaba los dientes, furioso de la presencia de un vampiro en sus territorios.
