No había estado particularmente interesado en la fiesta y sin embargo ahí estaba disfrutando, a su manera, con una cerveza en la mano y con la otra desabotonándose la camisa, los cuerpos bailando subían la temperatura del lugar.
Les habían dado una mesa grande bien ubicada, frente a la pista del baile y cerca de la barra del bar.
Del otro lado de la pista, notó que un grupo de chicas los observaban intensamente, desvió la mirada, no quería ser él quien diera pie a la interacción entre ambos grupos.
A su lado el chico de pelo verde se encontraba ya cómodamente sentado y con un tarro de cerveza en la mano, haciendo barullo en la mesa junto a los demás, era un grupo de alegrías fáciles, así que mientras hubiese bebida, comida y música no la pasarían mal.
–Nos hacen falta dos sillas– observó Sanji, levantándose inmediatamente a conseguirlas–ya deben de estar por llegar, no podemos recibirlas así.– Vagamente recordó que siempre había un par de chicas con ellos, y hablando de chicas, las del otro lado hablaban entre sí dedicándoles miradas de vez en vez, supuso que querrían invitarlos a bailar, la pista no estaba del todo llena y la música no sonaba mal. Empezó como ellas, a especular cuantas posibilidades tendrían de sacarlos a la pista de baile, por supuesto que no se contó, pero seguramente Franky con su tupé y su chamarra de cuero negra, movía el esqueleto y hablando de esqueletos, Brook con su traje victoriano sí que se movería para bailar con chicas guapas, y por chicas guapas Sanji, con su traje a rayas blanco y negro haría lo que fuera, y lo que fuera es lo que harían Ussopp, Chopper y Luffy por divertirse, como lo hacían con sus atuendo de cazador de vampiros. así que si jugaban bien sus cartas aquel grupo de chicas tendrían su oportunidad. En cambio, supuso que Zoro por divertirse entendía beber, diversión que se asemejaba más a su propia idea. De repente lo tomó por el cuello, lo jaló hacia el grupo para que conviviera y sin decirle nada pero sonriéndole ampliamente lo estaba integrando al grupo, después de todo, tal vez también bailaba, pensó. Tenso como era, le costaba reaccionar a los actos espontáneos.
El cocinero regresó justo a tiempo, mientras colocaba las dos sillas, un par de siluetas curvas se acercaban ligeras, tranquilas. Distraído posó la mirada en ellas, y no la pudo quitar de encima.
Eran dos chicas despampanantes, venían tomadas de la mano, mirando de un lado a otro divertidas, una venía con el pantalón de cuero más ajustado que viera jamás y un bra, con con picos y estoperoles, la otra con una faldita roja que se balanceaba de un lado a otro con cada paso que daban, caminaban con soltura y con firmeza, lo que les daba un aire intrépido, seguro, más de uno volteaba a verlas, no solo por los atuendos sino por todo el encanto que derrochaban, tenían los ojos brillantes y las sonrisas sinceras: la pelirroja con una sonrisa abierta, la morena con una sonrisa seductora.
Se ha de haber quedado boquiabierto y con una clara sorpresa en la cara, porque Zoro como rompiendo el hechizo, lo interrumpió carraspeándose la garganta, sonriendo burlonamente agregó:
– A Nami le gustan las chicas.
Ligeramente apenado y tratando de recordar cuál de las dos era Nami desvió por un momento la mirada para volver a posarla en la pareja de chicas que seguían tomadas de la mano.
–¿Son pareja?– preguntó tratando de sonar lo menos decepcionado posible.
–¿Tú qué crees?– le dijo maliciosamente tomando un sorbo de cerveza.
La respuesta de su interlocutor no lo satisfacía del todo, no podía dar por sentado si lo eran o no, él no era prejuicioso y tampoco era entrometido, así que decidió no insistir, Zoro lo vigilaba con la mirada, como esperando que hiciera o dijera algo, incómodo desvió completamente la mirada.
Las chicas del otro lado observaban con absoluto descaro e intenso interés.
Atrapado, optó por hacer caso de los llamados del chico del sombrero de paja sobre los bocadillos que les habían traído.
El cocinero, que ya había acomodado las sillas, ayudó a sentarlas, les sirvió bocadillos y les llevó un cóctel, las atendía mimosamente y ellas se dejaban consentir.
–afhgm...Ba...bmi...gmfc...Bo...gbin– decía Luffy con la boca llena– Nami, Robin, no se si recuerden a Torao.–
–Por supuesto.– dijo Nami, asintiendo con la cabeza– Hace dos años, en Sabaody.
–Cómo olvidarlo– agregó Robin, recargando su codo en la mesa y la cara en su mano, gesto que se le antojó de lo más seductor.–Salvó a nuestro Luffy.
Aquella conversación fue interrumpida por Perona, que arrastró a Zoro hacia algún lugar, las chicas del otro lado de la pista aprovechando la intromisión, finalmente se acercaron, invitando a bailar a los chicos, eran seis, Luffy decidió que si bailaba podría comer más después, entonces aceptó junto con los otros, pero faltaba una pareja para una chica, y esta vez fue Sanji quien lo jaló al grupo.
–¡Law, no seas idiota no dejes esperando a una dama!
No tenía planes de bailar, sin esperar ni un segundo a su respuesta, el sombrero de paja acepto por él, empujándolo hacia la pista. Las chicas se pararon a bailar también entre ellas.
Sería efecto de la música, pero todos parecían moverse con cierta sensualidad.
Él ciertamente siempre lo hacía al principio más por inercia que por interés.
La chica con la que bailaba era atractiva, con su elaborado peinado y sus medias rotas, en el transcurso de las canciones, cortas y de cambios rápidos se acompañaron un par de canciones; de vez en vez desviaba su atención al par de chicas que venían con ellos, la duda lo carcomía, no parecían pareja, aunque bailaban juntas nunca rozaban sus cuerpos ni notaba complicidad erótica en sus movimientos.
Ya no ponía la menor atención ni el baile ni en la chica que tenía enfrente, se excusó secamente con ella y regresó a la mesa donde tomó su tarro y una servilleta para limpiarse el sudor, se dirigió a la barra del bar para pedir otra cerveza, se quedó ahí observándolas otro poco, era cierto que Nami era guapa, pero la que realmente le atraía era la alta de pelo negro.
Sanji llegó a su lado a pedir dos bebidas.
–Son muy guapas ¿no?– sabiendo exactamente donde tenía puesta la mirada, él asintió.– Alguna vez intenté conquistarlas, a Nami no le gustan los chicos y a Robin parece que no el gustan los cocineros, ahora son como mis hermanas, las adoro.
–¿Qué dijiste?
–Que son como mis hermanas.
–No, lo otro, lo de los cocineros.
–Ah... que a Robin parece que no le gustan los cocineros.– se encogió de hombros– No sé muy bien que clase de chico le atraiga.
–¿No son pareja?
–¿Pareja?–soltó una risita mientras se quitaba el cigarro de la boca– nooo, solo son roomies.
Law se quedó estupefacto, no era lo que Zoro le había dado a entender, por otro lado Sanji no tenía motivos para mentirle. ¿Qué ganaba Zoro dándole información falseada? ¿También las consideraba como hermanas y era del tipo hermano celoso? Las observó por otro momento, parecían divertirse; la nueva información lo intrigó aún más, quería acercarse, la pregunta era cómo.
Estaría atento a cualquier oportunidad, no la dejaría pasar.
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Abrir con Bisturí una Flor
Fiksi PenggemarUna fiesta: él llega de improviso, ella baila para quitarse recuerdos. Se encuentran. Este es un fanfic de One Piece los personajes no me pertenecen, le pertenece Echiiro Oda. Es mi primer fanfic. La imagen de portada no me pertenece, encuentran a...