Parte 5

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Matsuri 5

Gaara me mira y suelta un suspiro antes de hablar, sé que dirá muchas incoherencias, pero... le arranqué el brazo a ese sujeto... no puedo solo ignorar el hecho y fingir que no sucede nada.

—Bueno, creo que descubrí algunas cosas. Parece que en nuestra vida pasada logramos sellar a Sasori, es decir... lo mantuvimos confinado —suspira—, el tipo no puede morir así que fue la única solución que encontramos... con ayuda de los Hyuga y Naruto Uzumaki... debes recordar que él es...

—El séptimo Hokage —susurró y él asiente.

—Bueno, los sellos no duran por siempre, sin alguien que los mantenga vigilados tarde o temprano estos se rompen y bueno... es obvio... él de Sasori se rompió.

—¿Quieres decir que Sasori nos recuerda? —pregunto.

Él asiente —Pero no me explico porqué no puede usar chakra... debe estar muy débil después de todo este tiempo.

—¿Nosotros lo sellamos?

Asiente —Y por eso nos quiere muertos

—¿A qué te refieres con que es inmortal?

—Es una marioneta, funciona así su cuerpo... como segmentos... por eso le volaste el brazo, en realidad le zafaste una pieza.

Asiento, tiene lógica pues no vi ni una gota de sangre. Todo parece muy irreal y por alguna razón también todo encaja

—¿Entonces todo es cierto? —preguntó. Estoy molesta... por que él puede recordar más que ellos y eso claramente... me pone en desventaja.

—Ya te lo he dicho, es verdad, hemos reencarnado —me contesta—. Incluso si parece una locura, es la única verdad.

Lo observo, es tan... algo en él me llama, ojalá pudiera recordarlo. Deseo recordarlo. Él desvía la mirada quizá incómodo por mi insistencia, pero no me importa, me lo debe.

—Gaara... —digo mientras tomo su mentón para obligarlo a verme—. Yo... te creo. Todo esto es realmente una locura, pero yo te creo, porque si no lo hiciera, entonces me estoy volviendo loca.

Sonríe.

—Matsuri... —dice. Lo observo mientras se acerca lentamente, no puedo dejar de verlo, es hipnotizante. Sé que quiere besarme y yo... yo quiero que me bese. Cierro los ojos.

—¡Gaara-kun! —es Sasaki. Abro los ojos de golpe, Gaara tiene el ceño fruncido. Fujiko se acerca a nosotros con pequeños saltitos y sonriendo.

—He estado buscándote por todo el colegio, cariño —dice con voz melosa.

"Cariño" por supuesto ¿Cómo se me ocurrió olvidar ese insignificante detalle? Hasta Temari lo dijo "es un mujeriego". Que estúpida soy, digo alejándome de él.

—¿Para qué me buscabas? Estoy ocupado, Sasaki, vete —dice

—La que se va soy yo —digo sonriendo, miro a Gaara—. Sobre lo que hablamos, Gaara, olvídalo, fue una estupidez, no nos volvamos a ver.

Corro antes de que él se pueda mover. Me arrepiento de decirle eso, pero en este momento no quiero... no quiero hablar con él.

Sin embargo, no voy directo a casa, sé que dije eso... pero no puedo creer del todo que sea una tontería así que me dirijo a la biblioteca.

Una amable señora me recibe y me pide poner el celular en vibración, lo hago y entro a los estantes. Supongo que mucha gente ya no viene a estos lugares pues todo está muy silencioso, pero aquí debe haber información diferente.

Relojes de Arena (Matsuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora