Parte 6

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Matsuri 6

¿Cómo lo detengo? Miro a mi alrededor y solo encuentro unos cubiertos, y para colmo una cuchara y un tenedor... ojalá fuera un cuchillo.

Tomo el tenedor y con toda mi energía lo lanzó al brazo de Sasori. Sasori se aleja de Gaara y Gaara me mira.

Sasori viene hacia mí y sin entender muy bien como lo hago lo detengo con una mano y le doy un puñetazo con la otra. Gaara se acerca y patea a Sasori con tanta fuerza que le zafa una pierna.

Gaara me toma de la mano y salimos corriendo de la cafetería.

—Maldito —grita Sasori. Ojalá pudiéramos correr más rápido porque Sasori se vuelve a colocar la pierna y corre detrás de nosotros.

—¡Gaara, ahí viene! —grito—. Déjame golpearlo —agrego, con la esperanza de que eso nos de tiempo.

—¡No! —responde Gaara y corre aún más rápido.

Que terco.

Me detengo y libero mi mano. Sé que puedo golpearlo y si le desarmó algo podremos huir.

Sasori se lanza contra mí y concentro mi chakra pero... no funciona, el kunai me rasga el brazo y la sangre comienza a salir.

A mi lado, Gaara se enfurece, y mira a Sasori de una forma que no pensé que fuera capaz. Está terriblemente enojado.

Un cúmulo de arena rodea a Gaara... aunque no me explico de donde sale. Gaara extiende el brazo y la Arena se abalanza sobre Sasori hasta cubrirlo, cierra el puño y murmura "ataúd de arena", con una voz que no parece la suya "funeral del desierto". La arena se contrae encerrando a Sasori y lo rompe en varios pedazos.

Miro a Gaara... es... ¿increíble?

Pero no hay tiempo de pensar en eso, los pedazos de Sasori comienzan a moverse y a buscarse entre sí para volver a unirse.

—Sí tienes poderes —dice la cabeza de Sasori, que aún no está conectada al resto de su cuerpo.

Gaara toma mi mano, y agradezco que lo haga porque creo que me voy a desmayar.

—Tendré que usar mi plan B —dice Sasori cuando su cabeza ya está sobre su cuerpo. El pelirrojo desaparece de un salto y por un momento Gaara y yo nos quedamos inmóviles.

—¡Gaara! —grito para llamar su atención y para cuando el voltea a verme yo lo abrazo con fuerza, escondo mi rostro en su pecho intentando estar lo más cerca posible de él. Gaara me abraza—. Gaara, Gaara —repito, incapaz de contener las lágrimas, él acaricia mi cabello, pero no puedo calmarme—. ¿Qué rayos es ese monstruo? Lo destruiste y sólo se volvió a armar...

—Tranquila —me susurra, pero no puedo estar tranquila—. No importa lo que pase, Matsuri, yo te protegeré.

¿Puede protegernos? Miro la calle, cubierta de arena, lo que hizo es increíble pero... Sasori solo volvió a armarse.

—Gaara —susurró mientras contemplo la calle.

—Estás sangrando —dice, ya había olvidado mi herida, no es un corte profundo, pero es afilado y sangra—. Vamos a que te curen —dice sosteniendo mi mano pero no le dejo avanzar—. ¿Qué sucede? —pregunta, confundido.

Me estiro hacia él pues es varios centímetros más alto que yo —Por favor...—digo con un poco de vergüenza mientras me acerco—, no quiero que te pase nada.

Gaara me mira confundido o ¿impresionado? Quizá por reflejo de nuestra otra vida o porque me ha salvado, pero yo solo quiero...

Él se cansa de esperar y extingue la distancia entre nosotros y me besa.

Relojes de Arena (Matsuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora