Mundo de sombras

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Todavía sigo creyendo que estoy precipitándome al futuro. Es difícil imaginarte como un manojo lleno de dudas y temor, el pequeño niño que tengo a mi lado sólo me hace pensar que se convertirá en un chico feliz y al final de todo podría ser que ahora mismo te sientas así, es probable que vuelvas a abrir estas hojas en un par de años más, en un par de meses más o incluso en un par de semanas más. Tendré que hacer frente a la realidad, porque al menos por una vez en la vida todos nos convertimos en ese manojo de cuestionamientos que no sabe qué dirección tomar o cuál es la indicada.

Las palabras siempre estarán aquí aún cuando yo me marche cariño, pueden ser tus compañeras en los momentos de soledad cuando necesites algún motivo para seguir adelante.
Antes de que la pluma vaya tomando rapidez sobre la hoja, quiero decirte que nunca estarás solo, porque aunque no lo parezca, la soledad siempre te podrá traer una compañía.

Nuestro mundo puede tornarse oscuro, sí, la niebla puede cubrir nuestra vista haciéndola cada vez más borrosa, nuestros músculos pueden llegar a experimentar un cansancio que no nos permite dar un paso fuera de la cama, nuestros huesos pueden doler y nuestra alma se puede sentir arrinconada en una pequeña parte de nosotros mismos. Las hojas verdes que caen de los árboles pueden tomar un color gris y nuestra vida puede transformarse en un episodio incierto en donde nosotros somos los personajes principales que están en la orilla de un profundo abismo. Parece una verdad tortuosa, puede parecer el final, sin embargo, hay luces que nos acompañan durante esos caminos enrevesados, unas titilan queriendo desistir, otras se mantienen fuertes para ti y otras pocas se debilitan reprimiendo el brillo que emana de todas ellas.

Siempre brillarás para mí, la luz que crece en ti nunca se extinguirá y me conducirá por mi camino, ¿Puedes ver las luces que hay a tu alrededor? ¿Puedes verte como una de ellas? En medio de las cuatro paredes que se alzan a tus lados, en medio de la cuidad que sopla su brisa desde todas las direcciones, en medio del paisaje que te podría ser semejante a un escenario lúgubre, existe una pizca de esperanza que te permite divisar sitios seguros y tendrás que recorrer un gran sendero si es que has decidido alcanzarlos.

¿Dónde podríamos encontrar un lugar seguro?... Evans, sé que tú puedes construirlo, moldearlo y adaptarlo sólo para ti, ¿Recuerdas los refugios que hacías con las sábanas? Sé que eres capaz de crear un refugio en tu corazón y abrir su cerradura originando una conexión con todo lo que te compone.

Nunca estarás solo porque siempre te encontrarás contigo. Los silencios que abordarán los segundos en los que te encuentres con los ojos cerrados mirando las imágenes producidas por tu mente, escuchando tu respiración volverse inestable por las rebeldes ganas de llorar llenándote de sentimientos revueltos... te enseñarán a descubrirte y a descubrir los recuerdos en tu corazón, tómalos como tu vuelta a la realidad. Combina los colores para conocerte, responder a tus preguntas y volverte un lugar en el que te sientas protegido. Podemos mejorar y aprender, retrocede si te sientes inseguro en una cuestión que te causa ruido y no te deja libre y cuando te sientas listo, vuelve a dar el paso más grande de tu vida. El sentir miedo a la hora de avanzar no te hace débil, te hace humano.

Nada es por siempre; los vacíos pueden disminuir su volumen y resultar menos aterradores, los corazones rotos pueden sanar y curara sus heridas, la soledad puede enseñarte más sobre ti mismo... los demás pueden ofrecerte la mano en la que a veces necesitas apoyarte y mi hombro estará por si quieres llorar hasta sentirte mejor. La llave que te permitirá admirar el brillo en las pequeñas cosas está dentro de ti y cuando puedas encontrarla en todo el desorden que atrae los momentos complejos, podrías contemplar los atardeceres con media sonrisa tatuada en los labios, inhalar la fresca ráfaga de viento que provoca ligeros escalofríos, despertar con una nueva oportunidad delante de tu mirada y aprender que siempre vas a estar ahí, más que nadie... y entonces sabrás si eso te supone una fortaleza o una debilidad.

Imagina que mis brazos estarán de por vida para atraparte en un abrazo, imagina que mi voz llenará los espacios en los que no puedas hablar, imagina que habrá días mejores y que ya eres valiente por pasar uno de los peores.

Cartas de mamá [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora