Capitulo 1: El adiós.

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—Soy un Amo estricto, Mike también lo es, decidí aceptarte por esa razón pero ¿Serás capaz de soportar mi ritmo?

—Señor, soy una sumisa obediente y disciplinada, puedo soportar al más exigente de los Amos y estoy lista para servirle a usted.

—Firmemos entonces….

2 semanas antes:

Erika:

Mi respiración era agitada y el sudor recorría cada centímetro de mi cuerpo, me encontraba atada a la cruz de madera, mis ojos estaban vendados y tenía prohibido emitir cualquier sonido.

—Muy bien preciosa, me encanta cuando te portas así, como premio podrás correrte en cualquier momento de la noche.

Mi Amo sabía la forma precisa para hacerme estremecer, nos conocíamos desde hace seis meses, sin embargo todo estaba a punto de terminar y debía disfrutar la última sesión, tanto como él me lo permitiera.

—Voy a extrañar tu hermoso cuerpo, extrañaré también la forma en la que tu cuerpo vibra ante mis caricias, tus jadeos y sollozos, el aroma de tu cuello y la dulzura de tus labios, te echaré de menos pequeña.

Mike acariciaba mi cabello mientras depositaba suaves besos en mi frente, esta era una despedida y aunque ese hecho era triste para mí, sabía que podría superarlo y seguir adelante.

Después de jugar por más de dos horas, Mike por fin decidió soltar mis ataduras, me cargó en sus brazos dirigiéndose al sofá y depositándome en el, delicadamente.

—Ya puedes hablar linda, el juego ha terminado y es momento de aclarar el tema que tenemos pendiente.

Sabía a lo que se refería, era momento de decir adiós y saber el nombre del que podría ser mi nuevo Amo.

—Sí señor, estoy preparada para escucharlo.

—Bueno, como sabes en tres semanas me voy a Londres y no puedo irme pensando  que no quedarás en buenas manos, he decidido hablar con mi mejor amigo y antiguo mentor, él aceptó darte un fin de semana de prueba, después decidirá si desea aceptarte.

—Yo confiaré en la persona que usted me indique, sé que si ha elegido a su mentor es porque sabe que estaré segura con él.

—Claro que sí, no dudes nunca que tu Amo solo buscará tu bienestar, y si Armando decide aceptarte, se encargará de cuidarte y protegerte como lo hubiera hecho yo.

—¿Armando?

—Armando Fricman, ha estado con nosotros en el club algunas ocasiones pero es probable que no lo recuerdes pues no te lo he presentado formalmente. 

—¿Y qué día lo conoceré?

—El viernes, he agendado una cita en su café para presentarlos.

—¿Usted  piensa que él decida aceptarme?

—Eres una sumisa excelente pero todo depende de la química que se forme entre los dos, Armando tiene más experiencia que yo pero también es más exigente y no tolera la desobediencia, si quieres que te acepte deberás dar tu mejor impresión.

—Pero ¿si hago todo por impresionarlo y después lo decepciono?

—No fingirás ser otra persona, solo mostrarás lo mejor de ti, si después cometes errores, él se encargará de corregirte, es normal que al principio existan muchos castigos hasta que te acostumbres a su ritmo.

—Eso sucedió con usted.

—Exacto, lo importante es le demuestres que estás dispuesta a entregarte completamente y mejorar siempre para complacerlo, así como él hará lo imposible para cuidarte y  ver lo mejor para ti.

—Gracias, usaré todo lo que usted me enseñó, siempre voy a recordarlo y si voy a Londres, me gustaría visitarlo.

—Estaré encantado de que lo hagas, siempre y cuando tu Amo te lo permita.

—Creo que primero tiene que aceptarme.

—Estoy seguro de que lo hará, eres increíble.

—Gracias señor.

Mi Amo acercó mi cabeza a su pecho y besó mi frente, poco a poco cerré mis ojos y me quedé dormida.

—Descansa preciosa, gracias por entregarme tu cuerpo, tu alma y tu mente, gracias por darme los mejores seis meses de mi vida, siempre te llevaré en mi corazón, me hubiera gustado que vinieras conmigo pero comprendo que aún no estas lista para eso, te deseo lo mejor Erika.

Cuando abrí mis ojos, ya no estaba en el sillón si no en la habitación de Mike, percibí una sensación de vacío en mi cuello y comprobé con mi mano que ya no estaba ahí, el collar que me entregó mi Amo ya no lo portaba, mi esclava y tobillera también habían desaparecido, era oficial, Mike Johnson ya no era mi Amo.

—Buenos días linda ¿Cómo dormiste anoche?

—Amo, perdón, Mike, cuando me desperté mi collar, mi esclava y mi…

—Lo sé, ya no están, quise hacerlo mientras dormías para que fuera menos doloroso.

—Gracias Mike, gracias por —Lágrimas corrían en mi rostro y era incapaz de pronunciar otra palabra.

—Tranquila preciosa, no digas nada más, yo quiero agradecerte a ti por haberte entregado a mí y haber sido completamente mía.

—Completamente suya, hasta el día de hoy.

La mañana transcurrió rápido, desayuné con Mike y estuvimos platicando todo el día, él se fue a trabajar, tenía que arreglar algunos papeles antes de irse a Londres, me preparé para salir a correr como todos los días, me vestí con ropa deportiva y coloqué los audífonos al reproductor de música.

La tarde estaba hermosa, todos estos días había estado nublado o con lluvia y hoy no era la excepción, habían transcurrido aproximadamente 2 horas desde que salí a correr alrededor del mismo parque que se encontraba en frente de un lujoso gimnasio que yo no podría pagar, a pesar de que mis piernas me comenzaron a doler, no podía parar pues mi mente aún no estaba despejada, la despedida de Mike había sido muy difícil pero  pensar en conocer a otro hombre que podría ser mi Amo, esa idea me estaba volviendo loca, estaba tan distraída que no vi a un perrito que se cruzó en mi camino,  di la vuelta para esquivarlo pero giré tan rápido que no pude mantener el equilibrio cuando mi tobillo se dobló y caí al suelo, debido al frío había muy pocas personas en el parque y ninguna de ellas estaba cerca, intenté incorporarme por varios segundos pero fue inútil hasta que sentí unas fuertes manos que se acercaban a mí.

—¡Señorita! ¿Se encuentra usted bien?

—Si gracias, me caí por evitar atropellar a un perrito pero perdí el equilibrio y no me puedo levantar.

—Permítame ayudarla, llamaré a un doctor—El hombre me cargó en sus brazos y se dirigió al gimnasio, pude ver su rostro el cual era sin duda muy atractivo y parecía ser un hombre muy fuerte, pues me levantó como si yo no pesara nada.

—No es necesario, puedo llamar a-

—He dicho que vendrá un doctor y eso es lo que se hará.

No pude evitar sentirme intimidada ante su orden, por lo que solo me limité a asentir y sonreír dulcemente, él se adentró a una oficina y me depositó con suavidad en lo que parecía ser una camilla.

—Luis, llama al doctor Johnson, rápido.

—Si señor en seguida. —Luis salió de la oficina a realizar la llamada.

—No, Mike Johnson no, si se entera que me lastimé corriendo él me va a, bueno en realidad ya no es mi Amo así que-

—¿Tú Amo?

—¡Demonios! Creo que lo dije en voz alta.

—Cuida más tus palabras Erika.

—¿Acaso nos conocemos?¿Cómo sabe mi nombre?

—Es un placer conocerte, lástima que en estas circunstancias—El hombre me extendió su mano en modo de presentación— Armando Fricman, Mike me ha hablado mucho de ti, nos hemos visto algunas veces en el club Erika, Erika…

—Erika Wood —¡Maldición! Estaba enfrente del hombre que podría ser mi futuro Amo y no le había dado la mejor impresión.—El placer es mío Señor.

Sin dudar. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora