Capítulo 13: Reencuentro

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—Vaya mierda de sitio —Hayami vio de nuevo el techo de la habitación a la que había sido llevada —Me gustaba más cuando no podía ver la ciudad a punto de destruirse.

Evitó la ventana que daba entrada a la luz natural y se acomodó mejor en la cama —Tal vez debería dejar de ser tan fácil de raptar... Creo que solo me hace sentir peor.

Su mente estaba hecha un lío. No quería dejar que su hermana ni sus amigos en la organización sufrieran más de lo que sufren día a día.

—Tal vez solo debí huir de casa cuando mamá murió... Irlanda sigue pareciendo una buena opción para vivir —Un bufido escapó de sus labios —Supongo que mi vida solo se tratará de vivir a costa de mis secuestradores desde ahora; puede que sea interesante.

—¿Qué se supone que estás diciendo? —La chica con delantal y trapo de mucama apareció entre las rejillas que poseía la única puerta del lugar —¿Vas a quedarte ahí acostada o piensas salir de aquí?

—¡Amiga, volviste! —Hayami se acercó a ella —Sabía que sí te había caído bien.

—No es por mí que estoy aquí, es por él —La pelirroja señaló al peligris detrás de ella.

—Awww, sabía que el chico tigre era un excelente partido —La encarcelada le lanzó un beso al varón en cuanto sus miradas se encontraron —Un gusto lindo, soy Kurosawa Hayami.

—Y-Yo Nakajima Atsushi —A pesar de la situación, el chico aún así hizo una pequeña reverencia.

—No hay tiempo para esto ahora —De un segundo para otro, luego de que Lucy abriera la puerta de aquella habitación, los tres se encontraron en un cuarto totalmente diferente a las instalaciones de Guild.

—¿Q-Qué? —Hayami alzó su cara, divisando el color rosado del cielo —¿Dónde estamos?

—Es lo que crea mi poder, y deberíamos quedarnos aquí. Ya es demasiado tarde para hacer algo, está todo destruido —comentó la pelirroja.

—No —dijo el chico —Si Dazai usa sus poderes en ese muñeco, la maldición desaparecerá.

—¿Dazai? ¿Muñeco...? —La ojimorada había estado tan distraída viendo el lugar en el que ahora yacía que no había notado que el muñeco desgarrado era sostenido por Lucy —Entonces aún hay oportunidad...

—Aquí hay un paracaídas... Lo había guardado por si tenía que huir —La ojijade miró a la morena —¿Te quedarás Hayami?

—No tienes una idea de cuanto deseo quedarme —La pelimorada suspiró —Pero hay gente que quiero proteger; necesito bajar y saber que están bien.

—Entonces vayan... —Lucy los empujó a ambos a la puerta, abriéndole paso a la salida de Moby-dick —Vivan, y luego vengan por mí.

—Eso puedes asegurarlo, linda —Hayami le guiñó un ojo —¡Ahora vamos, Atsushi!

Sin dejar al chico hablar, los empujó a ambos afuera de aquel extraño sitio, dejándolos ahora a su suerte.

—¡YA ME CAGUÉ! ¡¿AÚN HAY TIEMPO DE REGRESAR?! —gritó la fémina al ver como Yokohama se hacía cada vez más visible a medida que seguían cayendo.

—¡YA NO!

No pasó mucho tiempo antes de que una gran bala pasara justo al lado de sus narices.

—¡¿QUÉ MIERDA FUE ESO?! —Hayami se apegó más al varón con miedo.

—¡NO TENGO IDEA!

Apurado y ansioso, Atsushi colocó el paracaídas en la espalda de la chica y lo abrió.

—¡No tenías que ponérmelo a —Las palabras de agradecimiento fueron calladas al sentir como algo atravesaba el paracaídas y los dejaba a ambos completamente solos en la caída —¡NO PUEDE SER! ¡¿Y AHORA QUÉ?!

Su vista se posó en el varón, notando su nuevo estado.

—¡¿AH?! ¡ATSUSHI! —El peligris tenía sus ojos cerrados, y su cabeza caía hacia adelante sin fuerza —¡¿CÓMO COÑO SE TE OCURRE MORIR EN ESTE MOMENTO?!

Como pudo, tomó el muñeco desfigurado que caía con ellos entre sus brazos y zarandeó al chico; pero no obtuvo ninguna respuesta.

—Maldita sea, voy a morir aplastada como un panqueque. Un panqueque bien plano —Pequeñas lágrimas empezaron a salir de la comisura de sus ojos sin poder evitarlo —Ni siquiera pude besar al sexi de Chuuya, ni ponerme los implantes que quería, ni decirle adiós a Sute.

Entre sollozos y balbuceos miró como cada vez más rápido el suelo de Yokohama se acercaba más ella.

—Juro que te ahogaré en las llamas del infierno estúpido tigre —Hayami lo abrazó con más fuerza y antes de tocar el suelo, una luz azul salió del cuerpo masculino; evitando que ambos quedaran aplastados y desfigurados en el asfalto.

—¡Atsushi, yo sabía que nos salvarías! ¡Yo nunca perdí mi fe en ti! —La morena restregó su mejilla contra la ajena.

—¿Hayami...?

—¡Si no estuviera comprometida te haría cuatro hijos en este momento!

—¡¿C-Cuatro hijos? —El varón no tuvo tiempo de seguir preguntando ya que varios proyectiles fueron disparados en su dirección.

—¡CORRE!

Todo pasó muy rápido desde ahí. Ambos jóvenes tomaron caminos diferentes, notando demasiado tarde que la fémina aún poseía al muñeco de felpa entre sus brazos.

—¡No, no, no, no! —La morena detuvo su huida y buscó desesperadamente a Atsushi —Okay, no hay problema. Solo tengo que llevarle este mucho a Dazuno y todo se arreglará; solo debo entregar este muñeco para salvar la ciudad, es una tarea fácil... —Respiró hondo —Bien, ahora solo debo saber ¡¿QUIÉN MIERDAS ES DAZUNO?!

Estaba harta. Se derrumbó en el suelo mientras veía borrosamente al asqueroso muñeco, no quería seguir intentando parecer un héroe; ni siquiera sabía freír un huevo, no podía salvar a nadie.

No sabía nada de Chuuya ni de Sute, y ya estaba sola en el piso llorando como una niña.

—Tal vez sólo debería desaparecer —La chica miró el espacio afuera del pequeño techo que había conseguido, solo debía salir, correr un poco y morir humildemente.

Sorbió sus mocos y buscó recostarse en la pared detrás suya, chocando en el proceso con un objeto bastante blando.

—¿Qué es-

—¡HAYAMI!

Uniones Oscuras [Bungou Stray Dogs X OC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora