Capítulo 14: Final

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Una voz resonó en el lugar, junto con varios disparos y pisadas bastante rápidas.

—Él me está buscando... debo hacer algo, no puedo solo quedarme aquí.

—¡HAYAMI, ¡¿DÓNDE ESTÁS?! —El chico tigre siguió corriendo, levantando una gran nube de polvo a su paso; lastimosamente no era suficiente como para despistar a su atacante —¡¿PUEDES ESCUCHARME?!

—Debo hacerlo —miró a su alrededor, y respiró profundamente —Voy a hacerlo.

Varios disparos volvieron a escucharse en el lugar, y mientras los gritos de un peligris seguían escuchándose por los alrededores, una figura femenina salió de entre unos escombros.

—¡HAYAMI!

—¡ATSUSHI!

Cuando el chico la divisó, corrió hacia su encuentro, pero todo pasó demasiado rápido.

Aquella nube de polvo los envolvió a ambos, impidiendo su vista, pocos segundos después se oyeron disparos, gritos y luego... El inconfundible olor metalizado de la sangre.

Cuando el chico logró al fin caer en cuenta, solo sintió como el peluche de felpa era entregado en sus brazos y luego como el sonido de algo cayendo al piso resonaba cerca de él, seguido a la vista de un cuerpo cubierto por agujeros ensangrentados con varios retazos de tela amarrada a su cuerpo en forma de torniquetes.

—¡NO! —Poco pudo hacer antes de volver a oír los disparos caer del cielo, y aunque miró tanto como pudo al cuerpo y sus formas de salir con ella de ese lugar, tuvo que dejarlo todo allí.

No tenía tiempo ni fuerzas suficientes para sacarla de aquel claro, necesitaba poder llegar donde Dazai para anular el poder del muñeco, pero sabía que no podía dejarla ahí, aún había una forma de salvarla

—¡Atsushi-kun! —La inconfundible voz de Dazai lo distrajo, y solo unos segundos después ya estaba volando por los aires debido a una explosión.

Cuando su cuerpo chocó contra la tierra de nuevo, no divisó el cuerpo ajeno por ningún lado, y sus fuerzas fueron tan escasas que ni siquiera fue capaz de levantar su brazo para recoger aquel muñeco destructor de la ciudad.

—Lo hiciste bien, Atsushi-kun... —La misma voz de antes apareció ante él, tomando el oso de peluche en su mano y anulando su poder.

—Pero ella... ella está...

—Vamos, te sacaré de aquí.

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Había pasado un día desde aquel acontecimiento. Muchas personas aún no podían creer todo lo ocurrido en tan poco tiempo... hubo muchas muertes, muchas familias fueron separadas y reducidas; y la Port Mafia no era la excepción.

—Por lo menos sólo fue un día de atentado... Si esto se hubiese extendido por más tiempo tendríamos una perdida más grande que esta.

—Lo sé, señor... —Un pelirrojo agachó la mirada en señal de respeto a todas las urnas que en el lugar se encontraban —Debemos hacer algo.

—Ya lo creo... —El mayor de la Port Mafia detuvo sus palabras al ver a uno de sus más grandes líderes, que había sido secuestrado, entrando al lugar en el que se encontraban —Kouyou, que alegría me da verte

—Igualmente, señor —La mujer bajó su cabeza en señal de respeto —La agencia me dejó libre. Dazai dijo que era un prisionera inútil que solo traía gastos. Pero traigo un mensaje para usted, señor.

—Kouyou —Una vez la mujer le entregó el sobre al jefe, Chuuya se acercó a ella —¿Hayami no vino contigo?

—¿Ah? ¿La niña morada? No, ella nunca estuvo conmigo.

Uniones Oscuras [Bungou Stray Dogs X OC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora