Capítulo 8: ¡Otra vez no!

931 121 14
                                    

Ambos emprendieron camino hacia el sótano del lugar, mientras Hayami miraba detalladamente las nuevas partes de la guarida que desconocía.

—Siempre imaginé que habían más instalaciones de las que me habías mostrado, pero parece que es más grande de lo que pensé.

—Sí, bueno. A pesar de que llevas unos días aquí no nos fiamos completamente de ti, estás un poco loca.

—¿Puedes creer que no es la primera vez que me lo dicen? —dijo Hayami inocentemente. —Oh, cuidado aquí, Wil. Hay un escalón.

—Sí, sí te creo —murmuró el pelirrojo sin detenerse hasta llegar al frente de una bajada de escaleras. —Yo bajaré primero, espera un poco antes de hacerlo tú.

—Está... ¿Bien? —La fémina aceptó sin más, extrañada por tanto misterio. —¿Qué tanto debo esperar para ver a un vagabundo? En primer lugar, ¿por qué tendrían atrapado a un vagabundo?

La chica se volteó hacia su bebé. —¿Crees que deberíamos bajar ya? Siento que han pasado horas.

El chico a su lado asintió. —Bueno, ya que insistes. ¡Andando!

Bajó los escalones rápidamente, sorprendiéndose al ver a Chuuya pelear con un chico que vestía una gabardina.

—¿Ese es el vagabundo? —Sin atreverse a entrar totalmente en el lugar, escaneó los alrededores desde el último escalón de la bajada. —Bueno no hay nadie más aquí... un momento, a él creo haberlo visto antes.

La fémina cerró los ojos, intentando recordar donde había visto aquella cara.

—¡El tipo que puede detenerlo todo! —recordó que él había estado cuando fueron a perseguir al chico tigre. —Él era un miembro de esto antes, ¿cierto?

Espero unos minutos más, intentando prestarle atención a lo que decían.

—Esto es muy aburrido, y es obvio que Chuuya no lo va a matar... ¿Deberíamos ir? ¿Qué me dices Wil?, ¿quieres pelear un rato? —El chico al lado de Hayami levantó ambos puños en forma de pelea. —Debería lograr pronto que alguno de ustedes hable...

Terminó de bajar las escaleras, acercándose poco a poco a la pareja que discutía.

—¡Santo Cristo, este hombre vendas es muy hermoso! —La pelimorada se detuvo en seco al enfocar bien al supuesto vagabundo, gritando sus pensamientos sin pudor.

—Oh, ¿quién es esta hermosa flor de loto? —olvidando las palabras que antes mantenía con Chuuya, el pelimarrón se acercó a la chica. —Un placer conocerte, soy Osamu Dazai... ¿Quieres cometer suicidio doble conmigo?

—¡¿De verdad quieres morir?! —Hayami dejó que Dazai besara su mano, emocionándose al oírlo. —¡Podría hacer muchísimas cosas con tu cuerpo! ¡Me emociono de solo pensarlo! —Su cuerpo se estremeció. —¿Puedes quitarte la ropa para-

—¡No! —Chuuya detuvo las palabras de la ojimorada, apartándola del suicida. —No te acerques a ella.

—Pero me acabas de decir que me traerías una compañera suicida —Dazai hizo un puchero, intentando acercarse de nuevo a Hayami.

—No —Pero el cuerpo de Chuuya la tapó aún más. —No puedo dejar que te juntes con alguien como ella, podrías influenciarla.

—Que me haga todo lo que quiera —Hayami se puso de puntillas, viendo directamente al pelimarrón. —Mientras esté dispuesto morir y entregarme su cuerpo.

—Oh, no. Quiero que nos suicidemos juntos —repitió Dazai aguantando las carcajadas en su garganta al ver como la chica solo necesitaba ponerse de puntillas para pasar a su ex compañero.

—¿Yo? ¿Morir también? Umm... —La fémina pareció pensarlo. —Me gusta más cuando otros mueren, no tengo planes de morir por ahora.

—Ves, te lo dije. Ahora nos vamos —Chuuya tomó la mano de la pelimorada y empezó a caminar hacia las escaleras.

—¡No! ¡Espera! ¡Tal vez él quiera morir de una vez! ¡Y Wilberto aún no ha sido probado! —Hayami forcejeó. —¡Wilberto, ve! ¡Yo te elijo!

Luego de esas palabras, el cuerpo que se había mantenido inmóvil a un lado de todos, empezó a correr en dirección a Dazai.

—¿Y este quién es? —Dazai lo miró curioso antes de evitar fácilmente el puño que lanzó contra él. —¿Eres un subordinado de ella o algo así?

La pelea siguió, ya que Chuuya por fin había dejado de jalar a la chica para ver como se desarrollaba la batalla.

—¡Vamos, Wil! ¡Puño, puño, patada! —Hayami saltaba con desesperación, viendo como todos los golpes dados eran esquivados.

—Eres rápido, pero no tanto como Chuuya —murmuró el chico de vendas antes de asestar un fuerte puño en la cara de Wilberto.

—¡No! ¡¿Cómo se te ocurre?! —La fémina siguió gritando y apoyando a su creación, pero cuando otro y otro golpe fueron a parar al muerto viviente, decidió ponerse sería. —No puedo dejar que lo descosas —Se soltó del agarre que aún mantenía el pelirrojo y estiró sus brazos. —Hacía mucho que no hacía esto.

Antes de que Dazai continuara lastimando a su creación, Hayami se agachó y pateó el aire al frente de ella, haciendo que su bebé imitara sus movimientos.

—Veamos que tan fácil será derrotarme ahora —La chica se levantó y corrió unos poco metros, lo suficiente como para que su marioneta quedara frente a frente con el de vendas. —Arriba, abajo, puño, puño.

Cada vez que golpeaba al pelimarrón, Hayami golpeaba el aire y exclamaba sus movimientos en alto.

—Esto es divertido, pero aún tengo cosas que hacer —Y como si no fuera nada, Dazai destrozó a su contrincante en un segundo.

—¡NO OTRA VEZ! ¡WILFREDO!

—¿No era Wilberto?

Uniones Oscuras [Bungou Stray Dogs X OC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora