Nuevo amanecer

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Era la mañana del 31 de Diciembre, la familia Kousaka desayunaba casi al medio día, muy cansada después de haberse desvelado para terminar un pedido especial que recibieron el día anterior y que afortunadamente ya entregaron

Masumi: Aún tengo sueño.

Yukiho: Y yo... Estoy muy cansada, fue un trabajo muy duro.

Masumi picoteó la mejilla de la pelijengibre con su dedo índice

Masumi: Es culpa de Honoka por no poder ayudarnos.

Honoka agachó la cabeza con cierta culpabilidad

Honoka: Lo siento, aún no puedo usar bien las manos.

Masumi rió, besando después la frente de Honoka

Masumi: Solo bromeo, hija.

Ambas se sonrieron, después la familia continuó comiendo

La voz de Honoka ya era más audible, aunque con un tono un poco ronco, así que no debía hablar demasiado y mucho menos elevar mucho la voz, aún podría lastimarse

Yukiho: Tenemos que despejarnos bien, no tardan en llegar, dijeron que llegarían como a la una de la tarde.

Masumi suspiró con cansancio

Masumi: Es cierto.

En ese momento sonó la puerta de la casa

Masumi: Rayos, llegaron antes de lo acordado, estoy toda despeinada y malvestida.

Honoka: No te preocupes, mamá, aún así eres la mujer más hermosa de todas.

Masumi: Aww... Beso.

Yukiho se cubrió los ojos y dio una ligera risa mientras Honoka y Masumi compartían un tierno beso

Yukiho: Dejen de hacer eso... Y más vale que se controlen con ellas aquí, no querrán asustar a Misaki y Shizuku.

Honoka y Masumi rieron

Masumi: Tienes razón, contrólate, Honoka.

Honoka: Pero si fuiste tú la que quiso que nos besáramos.

Masumi: Es que no puedo evitarlo, pero me controlaré, lo juro.

Ambas volvieron a reír, en ese momento volvió a sonar la puerta

Yukiho: Wah! Olvidamos que llamaban a la puerta.

Las tres dieron una ligera risa, después la pelirrojiza se levantó para ir a abrir

Yukiho: Hola...

Yukiho se sorprendió un poco ante la persona que estaba en la puerta

Erena: Hola, Yukiho.

Yukiho: Erena, que sorpresa, ¿cómo estás?.

Erena: Bien, gracias, ¿y tú?.

Yukiho: También muy bien, gracias, ¿qué te trae por aquí?.

Erena: Pues... Vine a ver a Honoka, ¿está ella en casa?.

Yukiho: Sí, por favor pasa.

Erena: Gracias, con permiso.

La pelirrojiza se hizo a un lado para permitir la entrada de la pelivioleta, una vez adentro, Yukiho le dijo que esperara, yendo rápidamente a la cocina

Yukiho: Onee-chan, Erena está aquí.

Honoka: En serio?.

Yukiho asintió

Masumi: Bueno, no te había visto ni mandado un mensaje desde que intentaste suicidarte, verdad?.

Honoka: No, tal vez necesitaba tiempo...

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