Comida china

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Entré en mi frío apartamento y fui directamente a mi habitacion a empacar mis cosas. -Puedes usar la cocina, no hay mucho, pero si puedes encortrar algo, es tuyo -grité. Agarré las ropas que necesitaba  del closet y las doblé prolijamente en mi maleta. Alcé la vista y vi  a Colton parado en la puerta con los brazos cruzados.

-¿Por qué le mentiste a  ese doctor y le dijieste que habías tropezado con algo en el pasillo?

Oh mierda, no lo iba  a dejar pasar. Miré hacia abajo y continué empacando. -No lo sé, no le iba a decir que me desmayé, luego haría un gran problema de eso y querría hacerme un montón de exámenes, eso es lo que hacen los doctores.

-Dijiste que tomaste un baño demasiado caliente.

Me detuve y lo miré, ahora estaba irritada seriamente. -Lo hice Colton. Ahora déjame en paz de una jodida vez. Hablas de mí haciendo un montón de preguntas, es diferente cuando se trata de tí ¿cierto?. -mi voz se alzó.

Caminó hacia mí y puso sus manos en mis hombros . -Lo siento, no quería hacerte enojar .

Mi primer error fue mirar sus hermosos ojos verdes, porque antes de darme cuenta, estaba acunando su rostro en mi mano y quería besarlo desesperadamente. Estaba vulnerable en ese momento, y por un segundo, no me importó; todo lo que sabía era que lo necesitaba en todos los sentidos en que una mujer necesita a un hombre. Entonces la realidada me golpeó. -Siento haber alzado la voz, estoy cansada.

Dejé su rostro y giré para cerrar mi maleta. Atrapó mi brazo, me volteó hacia él y me envolvió en sus brazos, en un cálido abrazo. Era el primer abrazo real que compartíamos. Sus brazos eran fuertes  y me hacían sentir a salvo. Cerré los ojos mientras inspiraba su esencia que me debilitaba y exitaba. No dijo una palabra, y se sintió como una eternidad al estar el uno en brazos del otro. Él rompió el abrazo y se dio media vuelta  como si hubiera hecho algo mal. -Debemos irnos.

De pronto me dí cuenta de algo; nunca llegué a mi trabajo para avisar. Sacudí la cabeza y suspiré.

-¿Qué pasa?

-Estaba de camino a la disquera para avisar y me di cuenta de que nunca llegué.

-Avisa, ¿por qué estás renunciando?. -Colton tomó la maleta y salimos a la sala. Mi rostro se encendió cuando estuve a punto de darle las buenas noticias .

-Olvidé decírtelo por completo, mis pinturas se vendieron, las tres. -dije feliz -Ahora el dueño quiere contratarme a mí y a mis pinturas y eso es un trabajo de tiempo completo.

Me sonrió. -Eso es genial, Gemma, felicidades.

Mientras agarraba las últimas cosas, mi teléfono sonó; era mi prima Debbie. Le pedí a Colton que tomara algo en qué apuntar de mi escritorio para poder anotar la dirección y el nombre de la funraria. Tomé la información y colgué. Volteé justo cuando Colton miraba la lista de cosas que guardaba en el escritorio.

-¿Qué es esto? -preguntó casualmente.

Caminé hacia él y la tomé. -Sólo una lista de cosas que me gustaría hacer en mi vida. La escribí después de que Mike se mudara, algo así como un nuevo comienzo de vida.

Me miró del modo en que solo él podía hacerlo y dijo: -De acuerdo, ¿lista para irte?

Cerré la puerta y me dirigí a la lumusina. Llamé a mi jefe y le expliqué que ya no trabajaría para él, porque mis pinturas se combertían en mi trabajo de tiempo completo. Me felicitó y me dijo que si algún día necesitara trabajo me aceptaría de nuevo.

Cuando llegamos al penthouse de Colton, él llevó mis maletas arriba. Lo seguí y me dejé caer en un gran y confortable cama.

Me miró. -¿Te gusta esta cama?

Contigo hasta el final.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora