Sola. parte 2

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No había estado durmiendo mucho tiempo cuando un golpe en la puerta me sorprendió. Me senté y miré alrededor, mis ojos hinchados y rojos.

_Gem, ¿estás ahí?_ Escuché decir una vos familiar mientras ella seguía golpeando la puerta. Me levanté del sofa y abri la puerta. Peyton siempre parecía saber cuándo la necesitaba más. levantó sus manos al aire.

_Gem, ya era hora, pensé que iba a tener que derribar la puerta. Puso sus brazos a mi alrrededor y me abrazó con fuerza. le hice señas para que entrara y puso una bolsa café en la mesa.

_Vengo con comida_ Sonrió mientras buscaba en la bolsa. _ Traje ensalada de papas con mucha mayonesa, como a ti te gusta, arroz con pollo frito, gelatina y el mejor de todos, helado de chocolate.

Su sonrisa fue de oreja a oreja, pero rápidamente cayó mientras dejé caer mi cabeza  y acurrucarme de nuevo en mi sofá. Peyton suspiró profundamente cuando se acercó y se sentó junto a mí.

_Mike me envió un mensaje y me dijo que se iba. Quería que viniera a revisarte y asegurarme de que estubieras bien.

levante la cabeza de entre mis brazos. ¿Quién demonios se creía mandando a mi mejor amiga para ver si estaba bien? Pensé mientras la rabia quemaba dentro de mí.

_Dijo que se fue por diferencias irreconciliables.

_¿Qué, acaso estamos casados?_Gruñí.

Peyton me dio una sonrisa simpática y fue a la cocina a tomar platos y cubiertos para la comida. No podía dejar de pensar de pensar en Mike y en como solo se marchó. Nunca nos avíamos alejado por más de un par de días, y ahora estaríamos separados para siempre y yo estaría sola de nuevo. Sé por que decidió irse, y por esa razón lo odiaba. Le di cada oportunidad para que me dijiera la verdad, pero ni siquiera pudo mirarme a los ojos y hacerlo. Aunque me sentía mal de estómago, me levanté y me dirigí a la mesa mientras Peyton ponía algo de comida en mi plato.

_Escucha, Gemma, Mike es un idiota y lamento que perdiste los últimos cuatro años de tu vida con él. Necesitas enfocarte en otras cosas. Por ejemplo tienes que terminar tus pinturas y llevarlas a la galería  para que la gente pueda descrubrir quién es verdaderamente Gemma Anderson, o también quien sabe y conoses a un chico guapo como ese tal Jonathan el modelo que está en Brasil que tanto te gusta._dijo agitando su ternedor. Sonreí levemente porque sabía que tenía razón; si había una manera de escapar del dolor y de la soledad, era mediante mis pinturas. Se acercó  y puso su brazo a mí alrededor y me dio un apretón_ No te preocupes, estaré aquí para ti.

Conocí a Peyton en la galería de arte el día que me detube a hablar con el dueño sobre mostrar mis pinturas. En el momento que ella dijo: "Tal vez yo pueda ayudarte" congeniamos y hemos sido mejores amigas desde entonces. Una cosa sobre peyton es su personalidad, es mucho más grande que su 1.54 de estatura. Siempre luce perfecta con su cabello largo negro y liso y maquillaje perfectamente colocado que realza el brillo de sus ojos marrones oscuros. No hay déficit de hombres cuando Peyton está cerca. Siempre están coqueteándole, pero ella aún busca al hombre perfecto para darle su corazón.

No tenía ganas de comer, pero sabía que tenía que apaciguar a Peyton o no me dejaría en paz.

_¿Quieres que me quede contigo esta noche?

Dejé el ternedor en mi plato. _Nop, sólo quiero estar sola. Creo que iré a tomar un baño.

Me levanté de la mesa y me dirigí al baño. Abrí el grifo del agua y vertí una tapita de un producto para un baño de burbujas que me lo había regalado Peyton, ojalá y no me cause alergia.

Recogí mi cabello castaño en una coleta alta para evitar que se mojara. Entré en la bañera llera de burbujas y me deslicé hasta que mi cabeza estubo descanzando en la almohada de baño detrás de mi.

Para el momente en que salí de la bañera, Peyton había limpiado todo. Me había dejado un mensaje de texto diciendo: "Gem, descansa un poco y llámame si necesitas algo. Te llamaré mañana, te quiero".

Sonreí porque ella era la única familia que me quedaba. Mi madre murió de cancer cuando yo tenía seis años y mi padre murió justo antes de mi décimo octavo cumpleaños. Tenía un tío y una tía en Michigan, pero no había visto u oído de ellos desde que mi padre murió. Siempre consideré  a los padres de Mike como mi familia, pero ahora que habíamos roto, sería más que extraño hablar con ellos.

Me aseguré de que la puerta estuviera cerrada con llave. Apagué las luces y me acurruqué en la cama, enterrando mi cabeza bajo las sábanas para escapar de la realidad de mi vida, al menos por esta noche.

Contigo hasta el final.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora