Funeral.

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Me desperté la mañana siguiente acurrucada en los brazos de Colton. Me sostenía firmemente mientras mi cabeza descanzaba en su pecho. Abrí los ojos, y por primera vez en mi vida, sentí paz y serenidad. Él me hacía sentir entera y segura como jamás me había sentido. 

Finalmente tuvimos nuestro momento y ahora me enfrentaba a un nuevo problema. Tenía un secreto que podría destruir a este hombre que finalmente se había entregado a mí.

-Buen día, nena. -dijo Colton mientras me besaba la cabeza.

Levanté la vista y sonreí.

-Buen día, ¿dormiste bien?

-Dormí genial, ¿que tal tú? -preguntó.

Pase mi dedo suavemente por su musculoso pecho.

-Sí, también; alguién me dejó exhausta. -Sonrió mientras yo me movía más cerca de su rostro, cubriendo mi boca con la mano. -Tengo mal aliento en la mañana.

Rió, y antes de saberlo, estaba acostada de espaldas con él encima de mí.

-No me importa, no me molesta ni un poco.

Le eché un vistazo al reloj.

-Mira la hora; tenemos que salir de aquí, salió de la cama, y sostuvo su mano hacia mí.

-Parece que tenemos que ducharnos juntos para ahorrar tiempo.

Me mordí el labio inferior mientras tomaba su mano y caminamos al baño.

Habría preferido el agua un poco más caliente , pero con lo que estábamos haciendo , ya estaba lo suficiente cálida.

Una vez que fuimos capaces de salir de la ducha, vos vestimos, y me senté en la cama un momento mientras comenzaba a sentirme un poco débil y cansada.

-¿Qué va mal, nena? -preguntó Colton mientras se paraba a mi lado.

Sonreí para esconderle lo que sentía en realidad.

-Nada, solo estoy sentada mirando alrededor y deseando que pudiéramos pasar otra noche aquí; es tan hermoso.

Tomó mi mano y me ayudó a levantarme.

-Habrá cientos de hoteles en nuestro futuro, no te preocupes.  -Sonreí cuando uso la palabra futuro, lo que significaba una relación.

¿Qué he hecho? necesito decirle algo, pero no puedo, no ahora. Una vez que volvamos a Nueva York, le diré todo,  y observaré su perfecto corazón roto. Las lágrimas empezaron a llenar mis ojos mientras me miraba.

-¿Gemma, qué pasa contigo? ¿Por qué luces como si fueras a llorar?  -envolvió sus brazos alrededor mío.

-Simplemente estoy tan feliz, eso es todo; me has hecho tan feliz.

-Tú también me has hecho  feliz; ni siquiera puedo decirte cuánto.

Me besó y agarró nuestros equipajes mientras nos dirijíamos de vuelta por la carretera hacia Michigan. Lo seguí por detrás intentando luchar contra las lágrimas.

Estábamos manejando y decidiendo la música de quién escucharíamos. A mí me gustaban dos bandas que eran muy conocidas, One Direction y 5 Seconds of Summer, así que íbamos escuchando sus canciones, y también un poco de rock clásico, ya que le gustaba a Colton. Eventualmente iba a lograr que pasara a mi lado de la música, pero eso iba a necesitar un poco más de trabajo.

Su teléfono estaba entre nosotros en la consola, y sonó. Le eché un vistazo y vi aparecer el nombre de Ashlyn . De repente, mi estómago se contrajo en puños; me sentía enferma y comencé a sudar. De ninguna manera en el jodido infierno él iba a seguir hablándole o viendole. Presiono ignorar y mantuvo la cabeza observando firme hacia el frente en el camino. Ella era alguien de quien necesitaba saber, e iba a ser doloroso, pero Colton ahora es mío y me a a tener que decir la verdad.

Contigo hasta el final.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora