Recuerdo.

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Salgo de la cama a la mañana siguiente y voy hasta la cocina por café ya preparado. Colton estaba sentado en el sofá con su taza escribiendo algo en su teléfono.

-Hola nena, espero no haberte despertado. -dice

-Nop, para nada, ¿qué estás haciendo?

-Necesitamos hablar, ven, siéntate.

Entre en pánico, su tono era serio. Me siento a su lado y le doy un beso en la mejilla. Me sonríe y deja su teléfono sobre la mesa.

-Hoy tengo que regresar a Nueva York para una reunión con una venta de una compañía en la que he estado interesado. Quiero que vengas conmigo.

Lo miro fijamente. -¿Puedo?

-¿Por qué no? No recibes tu próxima dosis de inyecciones hasta el mes que viene. Vamos hoy, nos quedamos por Acción de Gracias y regresamos antes de tu próximo tratamiento.

Una sonrisa apareció en mi rostro. -Podré ver a Peyton, estará tan emocionada, y mi apartamento.

Colton frunció el seño. -No te vas a quedar en esa caja que llamas apartamento; vas a vivir conmigo.

Lo miré haciendo un puchero. -¿Tengo que quedarme en la habitación de invitados?

Rió y me tocó la mejilla. -No hay manera de que te quedes ahí; te quiero en mi cama.

***

Tomamos su jet privado hasta Nueva York. Corrí hacia Denny en cuanto lo vi recostado en la limusina negra. Lacé mis brazos a su cuello.

-Denny, te extrañé, ¿cómo has estado?

Me sonrió, dándome volteretas. -Mírate Gem, luces genial.

Vi a Colton sonreír mientras ponía las maletas en la cajuela. -Lo siento señor Donovan, yo me ocupo de esas.

-No Denny, está bien, estaba desesperada por verte, te extrañó.

Denny me miró y me abrazó. -También te extrañé, y es agradable ver tu rostro brillante y sonriente.

Me deslicé en la parte trasera de la limusina y Colton me siguió, entrelazando nuestros dedos.

-Llame a Peyton y le dije que estaba de vuelta en la ciudad, que necesitaba su ayuda con algo para ti. Vendrá al penthouse alrededor de la siete de la noche.

-¿No le dijiste que yo estaba aquí?

Tensó su agarre en mi mano. -No, iba a dejar que la sorprendieras. -descanse la cabeza en su hombro. -Te amo.

Llegamos al penthouse alrededor de las cinco. Colton llevó nuestras maletas al dormitorio mientras yo me dirigía a la cocina a tomar agua. Subí las escaleras y fui directo a su habitación. Sólo había estado allí una vez, cuando lo traje del club. La puerta estaba abierta, así que entré; respingué ante lo que vi. Colton dio media vuelta me miró.

-Oh, olvidé que no habías estado aquí.

Miré hacia la derecha, luego sobre la cama y luego hacia la izquierda de la habitación. En cada una de las paredes estaban mis pinturas de la galería de arte.

-¿Trajiste mis pinturas?

Alzó las manos. -Por favor, dime que no estás enojada.

Miré hacia la pintura que colgaba sobre su cama, la que tenía al hombre y a la mujer bailando sobre las estrellas.

Contigo hasta el final.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora