El salto de Amaralina

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Guadalupe.

Después de veinte minutos llegamos a un espacio verde iluminado con algunos viejos faroles.
Era de noche y sin embargo, la vista de ese pequeño bosquecito era inmejorable. Bajamos del auto, y respiré una gran bocanada del aire mas puro que sentí en mi vida. Solo eso hizo falta para que me enamorara completamente del lugar. Ya estaba por descalzarme para tocar el pasto, cuando Salvador me detuvo.


-Todavía no llegamos, espera un poco ansiosa.- Me lo dijo riendo divertido.

Me tomó de la mano guiándome hacia un sendero angosto en bajada. Hacia donde íbamos no tenía idea, pero ir de la mano con él de seguro me daba la confianza que necesitaba para tirarme de un acantilado si fuera preciso. No lo digo en forma literal, ya esos días oscuros habían terminado para mi, y todo gracias a quien estaba delante mio cuidando que no cayera en cada paso que dábamos hacia ese lugar misterioso.


Tengo que reconocerlo, ya mi corazón no soporta la negación de mi cerebro, me enamoré de quien no tendría que haberme enamorado. Era obvio que él no sentía lo mismo, y tampoco quería complicar nuestra amistad tan particular, menos en este momento doloroso para él.


¿Desde hace cuanto lo sé?, creo que desde el primer día en que lo conocí, pero descarte la idea porque era bastante probable.que me sintiera atraída por alguien que había sido una especie de "héroe" rescatando a la "princesa" en apuros. Pero afronté la realidad cuando comencé a sentir su dolor como mio. No hacía ni hago otra cosa que esperar salir del trabajo para verlo y saber como.se encuentra.


Trato de todas las maneras posibles ayudarlo para que deje de sentir el vacío que yo sé que siente.
Desde estos últimos días amo las noches largas en su compañia, a veces llena de remembranzas, a veces llenas de silencios y gritos ahogados.


Ha cambiado mi visión del mundo en 180 grados, y si no fuera por él no podría haber disfrutado hoy de todo lo que me hace bien. Literalmente le debo mi vida.


Después de varios tropiezos de mi parte, y risotadas de su parte, llegamos a un llaño donde se divisaba una preciosa cascada. Debajo un pequeño estanque que se convertía en un río cristalino, armonizaba la vista del paisaje.


-ahora si.- me dijo con una sonrisa y me indicó que podí sentarme y descalzarme.


Apoyamos nuestras espaldas en una gran roca, siempre mirando hacia la cascada.


-Es maravilloso. Este lugar es lo mas hermoso que he visto.- le dije casi gritando de la emosion. Amo los espacios verdes, pero adoro mas el arrullo del agua correr libremente hacia quien sabe donde.


-te sorprendí, a que no te lo esperabas.-


- me sorprendiste y mucho. No se lo ve un lugar muy concurrido ¿no?.-


-ciertamente no lo es. Desde hace mucho tiempo la gente se centró en los atractivos de la ciudad, y con los malos recuerdos que les trae a algunas familias fundadoras del pueblo, se volvió un lugar casi prohibido.-


- ¿por que?, no lo entiendo, este lugar es una joya. Aunque de algún modo esta bueno que no sea un lugar popular porque seguramente no estarí tan bien conservado como ahora.-


-Te voy a contar. Resulta que hace muchos años una mujer llamada Amaralina Santos fué encontrada muerta en este lugar, mas precisamente en el estanque que estamos observando. Sus padres habín decidido, como era costumbre, que se casaría con un hombre de alcurnia a quien ella, como todos sabían, no amaba. Dos días antes de la boda, al ver que sus padres no cedían a sus súplicas, citó a su amor secreto en este lugar. Él la esperaba aquí mismo dispuesto a fugarse con ella y ser felices lejos de todo el.mundo. Cuando la vió en la.punta de la cascada palideció. Sus padres venían detrás de ella y no tuvo otra alternativa que saltar. Dicen que una sonrisa se poso en su rostro y le lanzó un "te amo" silencioso a su amado antes de caer al agua y morir a causa de las rocas del fondo.
Sus padres nombraron este lugar a su memoria, y no volvieron a obligar en casamiento a ninguna de sus cinco hijas. Dos años mas tarde, loco de amor por Amaralina, su amante se sumergió en estas aguas para reencontrarse con ella. Y ya con dos muertes en el publo, nadia volvió a pisar este lugar.


-por dios, que triste.- Nos quedamos un rato callados, pensando en esa historia.


-Necesito pedirte un favor Guadalupe. De verdad es algo necesario, que va a terminar con el sufrimiento de los dos. Yo no puedo seguir así como estoy, muerto en vida, es imposible, mi cuerpo no lo resiste mas.-


De pronto mi corazón se paró, la sangre se me congeló y todo mi cuerpo se estremeció.
Lo miré fijamente, y en esos ojos verdes en lo que siempre encontraba claridad y alegría, vi una sombra que se anclaba en ellos. No podía ser posible, si me pedía lo que me imaginaba ¿que le diría?, ¿cómo le explicaría que él estaba equivocado?, ¿qué argumentos le daría para que confiara en lo que le diría?.
No podía estar pasándome esto. Yo no era la fuerte, al contrario siempre contaba con que él estuviera ahí para calmar mis locuras.


Seguí mirándolo tratando de encontrar cordura en él, pero yo sabía que estaba lejos de eso, ya no pensaba con la cabeza sino con el corazón destrozado.
Tenía que saber que era lo que iba a pedirme. No quería asustarlo. Quizás yo me adelantaba a los hechos que jamás ocurrirían, yo siempre me adelantaba y siempre me sorprendía de lo que encontraba después. Quizás mi mente me estaba jugando una mala pasada. No todos enfrentan el dolor como yo. Él era diferente.


Mi cuerpo seguía temblando hasta que logré articular las palabras adecuadas, tenía miedo de lo que iba a oír a continuación.


-Salvador, ¿en que cosa queres que te ayude?, creo que sabes de sobra que no soy muy buena en ese aspecto.- le dije en tono de broma para ver si lograba distenderlo y disipar esa niebla de dolor  que sus ojos dejaban ver.


-Guada, corazón, te aseguro que sos muy buena y sos la indicada en ayudarme. Y quizás quien te dice, nos terminamos ayudando los dos a terminar esta agonía de una maldita vez.- Lo dijo tan serio que me asustó. Esto no encerraba nada bueno, de eso estaba segura.
¿Corazón?, ¿lo dijo en forma irónica, o está tratando de endulzarme con palabras para que no me pueda negar?. Me encontraba más confundida ante su accionar, mas que nunca.


-bueno basta de misterios.-le dije con mi tono de exasperación, esta situación me estaba enojando mas de lo que quería demostrar.


Me tomó de las manos y me miró a los ojos, firme, con una determinación que solo le conocí cuando me sermoneó en el hospital.
Ante su tacto mi corazón comenzó a latir mas rápido y mas fuerte, lo que agradecí porque por un segundo pensé que se me había parado el corazón y ya no volvería a latir nunca mas.
Exagerada eh. Si, así soy, exagerada y extremista. Algo que tengo que cambiar pero todavía no se como. A veces es divertido, no lo voy a negar, las ocurrencias de mi cabeza son tan alocadas a veces, que cuando  las reflexiono me dan risa.


En fin, ahí estaba yo, rodeada de altos árboles y de una preciosa cascada, tomada de la mano con el hombre que había salvado mi vida y del cual estaba enamorada sin remedio.

Conociendo a SalvadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora