17.Mi cumpleaños.

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Narra Ruth.

Era lunes, y quedaban cinco días para mi cumple y ya lo tenía todo planeado. Les comenté a todos lo que teníamos que hacer, para el día de mi cumple, alquilé un local en el centro para que nos viniera bien a todos.

En el segundo recreo:

-Chicos-dije a los tres-, a las seis en el local y me ayudáis a prepararlo todo.

-¿Saben los demás donde es?-preguntó Ainhoa.

-Se me olvidó comentárselo a los demás-dije poniéndome una mano en la frente.

-Tranquila-dijo Amy-, nosotros nos encargamos de llevarles.

-Vale-dije y a continuación pensé en voz alta-, es increíble, hacía mucho tiempo que no le veía y justo aparece.

-¿Quién?-preguntaron los tres a la vez.

-Maikel.

-Joder, que pesado es-exclamó Lip.

-Y que lo digas-afirmó Ainhoa.

-Olvidate de él-dijo Amy.

-Sí,si le tengo más que olvidado, pero me parece extraño el habérmelo encontrado.

-No pienses y anda-dijo Ainhoa-, vámonos a clase.

Era miércoles por la noche, y necesitaba hablar a Álvaro, saber cómo estaba, saber de él, así que desbloqueé el móvil y no dudé en hablarle.

-Hola...-le dije.

-Hola...-respondió enseguida.

-...¿Qué tal estás?

-Echando de menos tus besos...Abrazos...etc. ¿y tú?

-Bien...Te he hablado por si querías venir a mi cumpleaños...Si quieres...

-¿Quieres que valla?

-Sí. Porque quiero que estés el día más importante para mí...

-Allí estaré.

-Bueno...No te molesto más...Un beso...

-Ruth, no molestas...Te amo.

-...Buenas noches...

No estaba bien, estaba llorando mientras hablaba con él, no me gustaba verle mal, quería verle bien, me partía el alma...Lo único que quería era sentir sus brazos abrazándome, sus labios...En definitiva...Le necesitaba a él.

La semana se me pasó muy lenta, porque quería que llegase el sábado, porque quería verle, quería estar con él.

Estaba el viernes por la noche haciendo los deberes, cuando de repente, me llama Álvaro al móvil.

-¿Sí?

-Mañana a las dos de la tarde te voy a buscar para ir a comer y no acepto un no por respuesta.

-No sé...

-Venga, por favor...Necesito verte...Además, invito yo.

-Álvaro...No es por la razón de que me invites o no, es...Por todo...No sé.

-No acepto un no por respuesta.

-Esta bien, pero la cuenta a medias.

Le colgué y de repente, empecé a saltar por toda mi habitación como una loca. Le iba a ver, estaba eufórica.

Ruth, relájate, le vas a ver, pero eso no significa nada-no hacía más que pensar en esas palabras. Bloquee el móvil, recogí los libros y el archivador y me quedé dormida profundamente.

Vidas cruzadas (Alvaro Auryn) (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora