XVI

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Alice se encuentra con Tieze y Ronye mientras que Kirito está con Eugeo. Prestemos atención en las chicas. Alice necesitaba de su ayuda pues no sabía que lo que sentía o que tenía.

Tieze y Ronye no sabían como decirlo, pero claramente había algo con la rubia.

- Chicas, tengo miedo. - Dijo Alice.

Alice no levantaba su rostro. Varias imágenes pasaban por su cabeza pero todas eran de Kirito. Desde el momento en que lo conoció hasta el día de hoy pero el solo pensarlo era suficiente para que su pecho doliera.

Tieze y Ronye se miraban pero solo la pelirroja sabía de qué se trataba. Ese algo eres referente al futuro.

- Alice ¿Piensas que pasará cuando llegue el fin del año escolar? - Preguntó Tieze.

- Si, pero... - Contestó Alice.

- ¿Pero?

- Más concretamente, En Kirito y yo.

- Cuéntanos.

Alice tomo aire mientras pensaba en las palabras exactas que deseaba decir. Para ella era difícil pues pensar en el hecho de que en algún momento no puedan estar juntos, dolía. Después de todo, es su primer amor y posiblemente, el amor verdadero.

- Si Kirito consigue su contrato y nosotras también, es posible que no nos veamos más. Se que suena egoísta pero no quiero eso. Kirito es mi razón de estar viva. El me enseño un mundo distinto y el solo pensar que ya no estaremos juntos, hace que me destroce por dentro.

Alice sintió una mano en la suya. Era Tieze. Sus ojos, por raro que parezca, eran los mismos que los de la rubia. Llenos de tristeza. Pero a diferencia, también llenos de esperanza.

- ¿Tieze?

- Eugeo y yo pasaremos lo mismo, pero... El y yo ya hemos hablado. No importa como será el futuro, pero estoy segura que nos encontraremos de nuevo. Tienes que hablar con el. Decirle que es lo que quieres. No te guardes nada. Estoy segura que el está igual que tú.

Ahora con Kirito y Eugeo, tal como dijo Tieze, estaban en la misma posición con un azabache cabizbajo. Eugeo pensaba en que decir, pero recordaba que el ya ha pasado por lo mismo.

- ¿Qué es lo que quieres? - Preguntó Eugeo.

- No quiero perderla. - Fue la contestación.

- Entonces díselo. No guardes nada de lo que puedas arrepentirte después. Tienes que decirle que pase lo que pase, se volverán a encontrar. Que a pesar de lo que la vida traiga, volverán a verse. Dale esa esperanza.

La noche había caído. Kirito seguía despierto sentado en su cama hasta que alguien entro por la puerta: era Alice. La rubia se sentó a lado del azabache recostandose en su hombro. Ambos sostenían sus manos, hasta que Alice se incorporó para estar frente a él.

- Debemos hablar. - Dijo Alice.

- Pensaba lo mismo. - Comentó Kirito.

- No puedo evitar imaginarme que vendrá un futuro sin ti. Mi yo egoísta no quiere perderte. No quiero que te vayas. Pero yo, Alice Schuberg, sabe que tengo que dejarte ir. Vamos por lo mismo, no puedo interferir en tu sueño peor algo dentro de mí siente que tal vez no vuelva a verte y por dentro me estoy destrozando.

Alice comenzó a llorar pero también Kirito mientras abrazaba a su novia. Kirito veía las estrellas pero solo quedaba decir todo. Sin guardar nada. Entonces, Alice Preguntó:

- ¿Tu qué quieres, Kirito?

- Yo... Yo quiero... ¡Quiero estar contigo!

Los dos novios lloraban a mares mientras seguían abrazados. Detrás de la puerta de Kirito, estaban sus padres tristes por está escena y Sugu que lloraba descontrolada mente por esto.

Kirito y Alice cayeron dormidos por el cansancio. Sugu los cubrió con las cobijas mientras aún derramaba algunas lágrimas. Veía como la pareja tenía sus manos entrelazadas solo para que llorará más. Volteo con sus padres y dijo:

- Vendrán conmigo mañana.

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