Dime "Te Amo".

XIX

5 años después.

- Llegaremos tarde. - Dijo una pelirroja.

- Tranquilas. Estamos a tiempo. - Dijo una rubia.

- Siempre tan tranquila, Alice. - Dijo una castaña.

- Vamos Eydis, es nuestra firma de autógrafos. - Dijo una azabache.

- ¡Estoy ansiosa! - Exclamó una castaña.

La tarde era fresca mientras cinco chicas de dirigían al centro comercial de Tokio. En varios locales y espectaculares promocionaban en primer disco del grupo "Undine" y, después de tanto, nos encontramos con nuestra amiga Alice ahora con 21 años y en su tercer año de universidad. Al llegar a la plaza, fueron recibidas entre saludos y gritos.

La firma de autógrafos duró poco más de dos horas para después pasar a una serie de preguntas. La tarde era agradable pues tanto la audiencia como las chicas, reían en el que fue un evento inolvidable. Después de eso, dos chicas se despidieron mientras otras tres entraban a un bar.

- ¡Salud! - Exclamaron tres amigas al unísono.

- Felicidades por la mayoría de edad, Ronye. - Dijo Alice.

- Gracias chicas. - Comentó Ronye. - Hubiera querido que Premiere y Eydis vinieran.

- Bueno, ellas están en carreras distintas. - Agregó Tieze.

Las chicas comían, bebían y reían. Era muy distinto que hace unos años y no por que hubiera alcohol de por medio, sino por que han sido amigas por mucho tiempo ya y sus lazos han sido fortalecidos.

La melancolía poco a poco se hacía presente entre las chicas pues de pronto Tieze comenzó a recordar su primer año en la preparatoria trayendo recuerdos de su amor.

- Es solo que extrañó verlo. - Dijo Tieze un poco triste. - A pesar de que seguimos hablando. No es igual. Quiero verlo.

- Al menos Alice está bien. - Comentó Ronye.

- Te equivocas. - Mencionó Alice. - Estoy igual que Tieze pero no pienso mucho en eso, ni tú deberías tampoco Tieze. Ese collar que traes es igual que el mío. Simbolizan una promesa. No importa cuánto tiempo espere, se que el va a volver...

Alice llegó a su departamento y se puso cómoda. Bebió un poco de  agua para bajar los efectos del alcohol. Se volteo y tomo su guitarra acústica, la misma que su padre le dió. Pensaba en el, en la persona que la libero.

- Kirito... Espero está canción llegué a ti.

Eran acordes simples pero hermosos. Ella quería decir algo. Expresar algo tratando de alcanzar a una persona mientras veía el cielo.

Era algo innegable ocultar el hecho de que era una canción de amor. Hablando de las personas que están lejos pero que deberían estar juntosm

La voz de Alice parecía que estaba a punto de quebrarse por la tristeza, pero eso solo le daba más fuerza a la misma. Cantaba sus sentimientos, no le importaba nada pues ella quería transmitir algo.

Un día nuevo había llegado y fue uno lleno de muchas actividades para la rubia en la universidad con algunos exámenes y una visita al estudio con las chicas mientras planean su segundo disco. La rubia caminaba por la noche por las calles de Tokio, subió un puente donde había una persona la cuál ignoro.

- Señorita. - Dijo la persona.

Alice se detuvo pues esa voz le sonó familiar. Volteó lentamente y aquella persona removió su capucha revelando su Identidad.

- Busco a una chica llamada Alice Schuberg. Estatura media, hermosa y ojos azules.

- Kirito...

- Te he extrañado Alice.

Los chicos se abrazaron bajo la luz de la luna. Alice derramaba lágrimas de alegría mientras se aferraba a el como si tuviera miedo de que fuera a irse de nuevo, pero Kirito la beso para que entendiera que no se iría de nuevo.

- No me iré, Alice.

- ¿De verdad?

- Si. Por qué he venido a cumplir mi promesa.

- Quieres decir...

- Casemonos.

- Si...

Y, una vez más, bajo la luz de la luna los dos chicos se besaron. El hilo rojo se achicó y el destino los unió de nuevo. Bajo la luz de la luna prometieron tener una vida juntos y aquella promesa ya había sido cumplida. Y, a partir de ahora...

Caminarán un solo camino juntos.