XI

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Ambos seguían abrazados después de que entrarán a casa. Lentamente se separaron y Kirito la llevo a la sala. Alice tenía su vista perdidas mientras de sentaba en el sillón. Ni siquiera prestaba mucha atención a Kirito quien se sentó frente a ella.

Kirito la observaba pero no había respuesta. Se levantó de dónde estaba y suspiro un poco. Tomó la cabeza de Alice y le dio un beso en la frente para después abrazar a la rubia.

- Te traeré algo caliente. - Dijo Kirito mientras de dirigía a la cocina.

El tiempo pasaba y Alice poco a poco iba recobrando un poco su sentido. Recordaba que había escapado de cada y llegó a casa de Kirito, pero después de eso no recordaba nada. Observaba alrededor y notó que estaba en la sala de Kirito. Se levantó y comenzó a caminar en buscar de alguien así que se acercó a la cocina y ahí estaban todos: los padres de Kirito, Sugu y Kirito.

Ella sintió que era el motivo de la plática y lo entendía. Llegó como si nada en medio de noche buena así que salió apenada, pero detrás de ella salieron los padres de Kirito.

- Alice ¿Cierto? - Dijo el padre de Kirito. - Creo que nosotros no nos hemos presentado aún. Soy Minetaka Kirigaya padre de Sugu y Kirito.

- Mucho gusto. - Dijo Alice.

- ¿Qué es lo que pasó?

Alice entonces contó lo sucedido con su madre y también contó los detalles importantes del pasado para que entendieran mejor el contexto. Las caras de los padres de Kirito cambiaron conforme escuchaban a la rubia y sintieron compasión mientras que el azabache veía hacía el suelo denotando cierta tristeza.

- Este es el único lugar que conozco. Así que por eso vine. - Dijo Alice.

- Ay mi niña. - Dijo Midori. - ¿Qué piensas querido?

- Hm, bueno si no tienes donde regresar por el momento. Puedes quedarte aquí. - Contestó Minetaka.

Alice se emociono por eso. Pensaba que seguramente debería volver a cada pero se le dio otra perspectiva a su mundo. Sugu tomó a Alice y la llevo a su habitación ya que dormiría con ella.

- ¿Estás seguro de esto, papá? - Preguntó Kirito.

- Es mejor así. - Respondió su padre.

Después de unos minutos, Alice estaba en el habitación de Kirito en algunos de los instrumentos mientras esperaba a que Sugu saliera de bañarse. El azabache veía con mucha felicidad a la rubia que disfrutaba tener un poco de libertad.

De pronto, la rubia se colocó en el piano y comenzó a tocarlo. A Kirito le atrajo esa hermosa melodía. Aunque no tenía letra, casi mecánicamente, Kirito dijo unos pequeños cerdos que se acoplaban al tempo de la canción.

"How did I live in a kingdom of thieves?
And people who say, things they don't really mean, really mean.
You're only everything I ever dreamed. Ever dreamed of, ever dreamed of.
You must be kidding me did you really think I could say no".

Pero sin detenerse, Alice agrego unas cuantas cosas formando un coro sumamente hermoso lleno de un mensaje muy directo para el azabache.

"I want you for a lifetime
So if you're gonna think twice, baby
I don't wanna know, baby
I don't wanna know
Everything is just right
But if you're gonna think twice, baby
I don't wanna know, baby
I don't wanna know".

La música se detuvo pues aún no era una pieza completa. Kirito, quien estaba sentado a lado de Alice, no podía creer lo que acababa de suceder. El era alguien que nunca se involucraba en las composiciones de otros usando como excusa que no le gusta intervenir, pero la verdad estaba esperando a alguien con quien poder hacerlo.

Los dos se voltearon a ver. Ninguno decía nada. Ambos habían cruzado su mirada y ninguno se apartó del otro. Poco a poco, se iban acercando. Su aliento pronto chocaba con el otro mientras sus labios se acercaban lentamente y, entonces, ambos lo hicieron. Juntaron sus labios formando un beso.

Aquel beso fue corto pero significativo para ambos. Sonrieron después de esto y Alice se acomodó en el hombro de Kirito tratando de ocultar un poco su sonrojo, pero era imposible ocultar la felicidad que ambos sentían. Sugu miraba desde la puerta tan tierna escena, pero tenía que interrumpir.

- Alice, el agua está lista. - Dijo Sugu.

Alice se retiró hacía la ducha dejando solos a los dos hermanos. Kirito se levantó del piano para pasar a su cama. Sugu paso a sentarse con el. Sugu tomó la mano del azabache y este la volteo a ver.

- Sugu. - Dijo Kirito.

- Dime. - Comentó Sugu.

- Espero ser bueno para ella.

Alice caminaba por la oscura residencia de los Kirigaya mientras bajaba por un vaso de agua. En su regreso, notó que en la habitación de Kirito aún había luz. Abrió la puerta y vió a Kirito guardando algo, pero la rubia entro.

- Kirito. - Dijo Alice.

- ¿Alice? Pensé que estabas dormida. - Dijo Kirito.

- Tenía un poco de sed. No te molesta ¿Verdad?

- No... Pero es un poco incómodo...

Alice, quien vestía solo una playera azul que cubría un poco arriba de sus muslos, se sonrojo pero no había mucho que pudiera hacer, solo tiro un poco hacia abajo la playera.

- No me mires tanto...

- Entendido... ¿Qué necesitas?

- Quería verte.

- Ven, acércate.

La rubia, aún apenada por la vestimenta que usa, se acercó y sentó a lado del chico. Volvió a poner su cabeza sobre el hombro de Kirito y se quedaron un rato así. Kirito tomó su mano y la entrelazo con la suya. Vió el reloj en su repisa, marcaba las tres de la mañana del día 25 de diciembre.

- Bueno, ya es el día. - Dijo Kirito.

Se levantó y se dirigió hacia el clóset para sacar una caja, la cuál se la dio a Alice. La rubia abrió con sumo cuidado la caja y, en ella, estaban unos aretes muy hermosos.

Kirito los tomo y se los puso de inmediato a la rubia. Alice comenzó a llorar, ya que este era el primer regalo que no era dado por alguien de su familia. Kirito tomó el rostro de Alice y lo pego a su frente y dijo:

- Y... Como segundo regalo. Alice Schuberg...

- ¿Si?

- ¿Te gustaría ser mi novia?

Pero Alice no complació al azabache con una respuesta. Ella solamente lo besó dándole a entender su respuesta para después abrazarlo mientras dejaba salir una gran sonrisa en su rostro.

Canción Utilizada:

Hikaru Utada - Don't think twice/Chikai

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