Dime "Te Amo".

IX

- Alice... Eso es amor.

Los ojos de la rubia se abrieron de una manera que denotaba asombro. La rubia, la que nunca había utilizado la palabra "amor" fuera de los libros estaba experimentando aquel sentimiento por primera vez. No sabía cómo reaccionar así que comenzó a llorar pues algo dentro de ella seguía doliendo.

Eydis puso su mano en su espalda mientras veía a las chicas que denotaban preocupación. Ronye abrazaba a la rubia que no daba indicios de que fuera a calmarse.

- ¿Qué es el amor, chicas? Nunca lo había sentido. ¿Qué se hace?¿Qué hago?. - Preguntaba entre lágrimas la rubia quien buscaba consuelo y consejo de sus amigas.

Del otro lado de la plaza, vemos a tres chicos saliendo de una tienda de manga y libros. Kirito, Eugeo y Eiji se paseaban por todo local hasta terminar en uno de videojuegos. Después, pasaron a comer a un local de ramen.

- Entonces ¿Yuna regresará para navidad? - Preguntó Eugeo.

- Si y de hecho me alegra. - Respondió Eiji. - Esto de relación a distancia no es muy buena que digamos.

- Bueno al menos falta poco para que termine el intercambio. - Dijo Kirito.

- Sabes, empiezo a creer que Kirito necesita una novia. - Comentó Eiji.

- ¿Qué dices? Eugeo la necesita más. - Añadió Kirito.

- Lamento informarte Kirito, pero la verdad es que Tieze y yo comenzamos a salir hace unos días. - Dijo Eugeo.

- ¿Eh? No sabía que te gustaban menores. - Dijo Kirito burlándose.

- Vamos, no quieras evitarlo. - Comentó Eiji.

- Chicos, ¿Quién querría a alguien como yo? Lo único en que soy bueno es en la música. - Dijo Kirito.

- Te daré un consejo, amigo. Cuando estés con Alice, observa como te ve. - Menciono Eugeo.

Esto dejo pensando un poco al azabache pero después continuaron lo que estaban haciendo. Por otro lado, Alice estaba ya en casa viendo el techo con una luz tenue en su habitación. Su madre abrió la puerta.

- Alice, debes estar estudiando. - Dijo su madre.

Pero la rubia no contestó. Pareciera como si nisoquera hubiera escuchado, su madre solo soltó un suspiro y cerró la puerta. La rubia, para no levantar sospechas, salió por su ventana con sumo cuidado para dirigirse al pequeño parque donde estuvo el día anterior con Kirito.

Se sentó en el columpio. El invierno ya se sentía y la rubia veía salir su aliento en la noche que caía. Se columpiaba lentamente mientras poco a poco se hundía en sus pensamientos.

Amor ¿Qué es realmente el amor? Ella no sabía ni la definición de diccionario. Solo sabía su existencia por los libros que ha leído, pero no eso la ayudaba. Ella no era ninguna princesa, ni Kirito un príncipe. La ficción en este momento no era algo que la rubia necesitará.

Todo lo que pensaba era en qué hacer con ese amor que sentía.
¿Qué sería lo más eficiente? Sea como sea, ese amor le duele. "¿Por qué?" Se pregunta ella. Los recuerdos de los primeros momentos que pasó con Kirito venían a su mente. Ella no podía evitar sonreír, pero no sé fijaba en recuerdos donde estuvieran ambos. Solo habían imágenes del chico en su mente haciendo que el corazón de la rubia latiera y latiera más rápido.

Al día siguiente, Kirito había bajado por unas bebidas mientras recordaba las palabras que Eugeo y Eiji le dijeron el día anterior. Se dio unas palmadas en sus cachetes para volver en si y volver con Alice.

- "Observa como te mira" ¿En qué estaban pensando esos dos? - Se preguntaba Kirito.

Abrió la puerta y vió a Alice como volteo hacía la puerta. No era una típica mirada suya, era ciertamente distinta a como la primera vez que se conocieron. Alice ni siquiera disimulaba esto. Cada que tenía la oportunidad, lo volteaba a ver y estoo notaba el azabache ya no sabía que hacer, pero no tuvo más que aceptar que Eiji y Eugeo tenían razón. Alice dió un ligero sonido de dolor por lo que el azabache volteó a ver qué pasó.