5.

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Princesa.

[...]

P.O.V; Starfire

—Chicos ¿dónde está Chico Bestia?—Levante la cabeza hacia Robin, quien miraba en todas direcciones.

—¿El marciano enano?—Orn preguntó, Cyborg acintio.—Se fue apenas se presentaron.

Raven soltó un suspiro y golpeó su frente, yo solté una leve risa.

Era divertido, bueno...también un poco fastidioso al saber que le habia dicho que no se separaran.

—Me gustaría quedarme un rato más, pero necesitamos encontrar a nuestro amigo.—Hable, apretado levemente la rodilla de K'tten de forma amistosa.

—Esta bien, Depalo preparara la nave ¿verdad?—Ella sonrió, respondiendo al agarre.

—Seria un placer devolverte la nave.—Nege con la cabeza.

—La Starfire ahora es tuya Depalo.—Me sincere tomando su hombro.

—Todos sabemos que solo la estaba calentando, Princesa.—El tomo mi mano y sonrió, yo intente hacer lo mismo.

Princesa...ese puesto me había traído muchos problemas y ha decir verdad, el hecho de que todo el mundo me llamase así, lograba que el nombre fuera usado para causar daño, mejor dicho, causarme daño.

—Llevaremos la nave a la puerta principal.—Comento Orn, comenzado a levantarse.

—Dejala cerca de la pequeña nave a anaranjada, por favor.—Pedí amablemente.—Ahora si.

—Busquemos a Chico Bestia.—Dijo decidido Robin.

Me despedí con la mano, haberlos encontrado fue como si la presión de estos últimos días hubiese desparecido, al menos un poco. En realidad, pensaba que por pura suerte ellos se encontraban aquí, y que por casualidad, nosotros llegamos en el momento indicado. Teniendo en cuenta las mil millones de personas que se encontraban en el espacio, más los miles de planetas y sistemas solares...sin duda alguna, la suerte estaba de nuestro lado, deseaba que así fuese durante todo nuestro viaje.

—Esperó y sea así de facil encontrarlo.—Deseó Raven, yo compartía ese pensamiento.

El lugar de por sí era enorme, estaba muy bien decorado y la cantidad de gente disimulaba las estructuras que ocultaban la maldad en el que pase gran parte de mi vida. Por más luces o fiestas que se hicieran aquí, jamás olvidaré para lo que fue hecho realmente este lugar.

—¿Donde comenzamos?—Pregunto Cyborg, mirando distraídamente entre las multitudes.

—No podemos separarnos, por eso buscaremos en los lugares más obvios, como la barra o el camerino de las bailarinas.—Sugirio Robin.

Todos acentimos de acuerdo con el plan. Quizás hubiera sido mejor que Cyborg hubiese colocado chips para rastrearnos en los trajes para estos tipos de casos.

—Hay que encontrarlo rápido, no podemos quedarnos mucho tiempo.

No iba a mentir, estaba nerviosa, si bien antes me parecía divertido por lo irónico de la situación, temía por la vida de mi amigo, porque, siendo sincera, y aunque no lo dijiera en voz alta, todos fácilmente podríamos ser presa de alguien para convertirnos en sus nuevos esclavos o en conejillos de indias.

Viaje Interestelar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora