Ella vino a mí como una sinfonía, escuché su música y suspiré de agonía.
Ella cantó mi anhelo y mi alegría, sostuvo mi mano y me llevó hacia el fondo de aquel día.
La mismas aguas profundas de melancolía, la oía pero no la veía.Una sirena vino a mi y cantó mi agonía, sostuvo mi mano y me torturó aquel día.
Las cicatrices permanecerán toda la vida mientras mis lágrimas construyen mares de ilusiones vacías.Las corrientes de la sinfonía me trajeron el recuerdo de ese día.
La sirena hizo de mi vida una eterna agonía.
Siempre la escuchaba pero no la veía.
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Utopía (Pensamientos Perpetuos III)
PoesíaTal vez sea un lugar donde no quiero estar. Un lugar donde los infelices duermen con miles de dudas en su sistema, siendo tratados como ficción. Probablemente se trate de un sitio dudoso de poder pero alivia cada espacio de mi mente, me completa sin...