Convivencia Forzada FINALIZADA

Demonios Estoy Enamorada!!

- Así que te has enamorado de Victoria Vega, ¿eh, cachorra? – dijo Shego al verla.

- ¿De qué estás hablando? – Jade no se había dado cuenta de sus sentimientos. Pero para eso estaba su amiga, para sacarlos a la superficie.

- Pues de eso de que te pones nerviosa cuando está ella, y tienes mariposas en el estómago… ya sabes… los síntomas…- dijo Shego con una sonrisa de oreja a oreja. La verdad es que desde que Lauren le había hablado sobre la conversación que había tenido con Jade, se relamía de gusto por el mal rato que le iba a hacer pasar a su amiga de ojos grises.

- Sí, bueno… es que siempre me está diciendo esas cosas… pero yo no estoy enamorada.- Dijo Jade con un gesto de su mano, como minimizando el asunto.

- Mira, cachorra. Todos los síntomas que tienes apuntan a que sientes una atracción amorosa por Tori. – Expuso Shego llanamente.

- ¡Qué va! Es que le gusta bromear mucho, y me saca los colores. – Jade no daba su brazo a torcer.

- Está bien. ¿Cuándo vas a verla? – Parecía que Shego cambiaba un poco de tema, para descanso de Jade.

- Esta noche. Vamos a cenar con su padre en su casa. – Dijo Jade con una sonrisa soñadora. No se dio cuenta de lo estúpida que parecía, aunque su amiga sí. Shego tenía un plan.

Jade se acordaba muy bien de todas las cosas que le había dicho Shego en su conversación hacía unas horas.

- Muy bien. –– Te diré todas las cosas que te pasarán. – Le había dicho Shego con el dedo índice levantado. - Primero, estarás nerviosa antes de verla, y no sabrás qué ponerte para la cena.

- ¡Pues claro que me preocupa qué ponerme! ¡Su padre también estará! ¡No quiero quedar mal! – Dijo Jade muy vehementemente, delante del espejo, mientras no sabía qué ropa llevar. Finalmente se decidió por un pantalón de vestir y una camisa blanca. Lo de los tacones no lo llevaba bien, así que se puso zapatos planos de vestir. Tampoco quería que Tori se diera cuenta de que se había arreglado de una forma especial para ella. No quería dar el mensaje equivocado a la castaña. ¡Por supuesto que no le iba a coquetear!

- Segundo, al verla el estómago te dará como un vuelco, y tendrás como mariposas en él. – Dijo Shego levantando el dedo corazón.

- ¡Psé! Seguro que es el hambre que tengo. – Se decía Jade delante de la puerta de su prometida, recordando lo que le había dicho su amiga la estúpida.

- Hola, Jaydey… - Tori había querido ir expresamente a abrir la puerta a su prometida. La estaba esperando con impaciencia.

- Tercero, - había dicho Shego levantando su dedo anular – te pondrás colorada como un tomate cuando te salude.

- Maldita Shego… – decía Jade por lo bajo, mientras se el rojo se iba intensificando en su cara. Desde luego, Tori tenía toda la culpa, por decir su nombre de forma tan sensual. Además, ¿no parecía hacer calor en casa de los Vega?

- ¿Decías? – Tori no se había enterado de lo que había dicho la ojigris. Jade la miró con una mirada vacía, como no enterándose de lo que había dicho la castaña.

- Cuarto. – Jade recordaba cómo Shego levantaba su dedo meñique. – Te atorarás en la primera cosa que le digas, y tartamudearás.

- H-hola… T-Tori…- entre la forma de mirarla la castaña, y que se acordaba de forma bochornosa de lo que le había dicho Shego, Jade no acertaba a conectar su cerebro a su lengua.

- Pasa, no te quedes en la puerta. – Dijo Tori de forma invitadora.

- Quinto… te tropezarás en algún momento de la noche… - Shego levantaba el dedo pulgar.

Jade se acordaba de lo que le había dicho su amiga mientras seguía a su prometida hacia el comedor, así que miró hacia abajo por si había escalones, hacia arriba por si había alguna puerta baja o alguna lámpara y… se tropezó con Tori cuando ésta se paró en seco para dejarle paso a la entrada del lugar donde iban a comer.

- ¡Ups! ¡Lo… lo siento! – Jade estaba como un tomate. Definitivamente, no sentía nada por Tori … ¿o sí?

- ¿Mi Jadey quiere hacerme esto y aquello? Fufufu… – Jade había tomado a Tori por la cintura desde atrás como acto reflejo. – Pero ahora no podemos. Mi padre nos está esperando. ¿Lo ves? – Dijo Tori señalando a David Vega.

La cara de Jade pasó del rojo intenso al blanco nuclear, mientras el padre de Tori reía a carcajadas.

- ¡Jadelyn! ¡Todavía no, que aún no hemos comido! ¡Luego podrás hacer todo lo que quieras con mi hija! ¡Pero ahora toca cenar conmigo! – Entre frase y frase, David emitía una sonora carcajada. Ni qué decir que Jade estaba más allá de toda mortificación.

- Sexto… con tantos nervios, harás algo vergonzoso delante de su padre… - Shego debería dedicarse a la adivinación. Seguramente ganaría mucho dinero.

- ¡Papi! ¡No avergüences a Jade! ¡No ves que se ha quedado sin habla! – Tori también se reía a carcajadas.

- G-gracias por invitarme, Señor… - dijo Jade cuando pudo reunir algo de valor.

- Nada de señor. Llámame David. Al fin y al cabo, vamos a ser familia. – Dijo el padre de Tori con una sonrisa.

Después de que Jade recobró un poco la compostura, se sentaron a la mesa y se dispusieron a comer.

- Así que tu madre no te dejará ver a tu hermana si no te casas con mi Tori, ¿no es así? – David quería saber de primera mano los motivos de su futura nuera.

- Sí… bueno… mi madre es muy ambiciosa… haría cualquier cosa con tal de obtener dinero y posición social…- Jade se avergonzaba de su madre.

- Supongo que entonces no tengo inconveniente en que te cases con mi hija. Lo que quiero es que sea feliz. No le harás la vida imposible, ¿verdad? – Dijo David muy serio.

- ¡Pues claro que no! – Jade respondió de forma determinada.

- No te preocupes, Papi. Mi Jade y yo llegaremos a un acuerdo. Nos llevaremos bien. ¿Verdad, Ja-dey? – Tori le lanzó una sonrisa a su prometida. Era una sonrisa real, sólo reservada para unos pocos, Jade lo sabía. Se dio cuenta de que la luz hacía que sus cabellos brillaran de manera irreal, sus labios sonrosados…

- Séptimo… te quedarás embobada mirándola…- recordaba a su amiga Shego diciéndole hacía unas horas.

"¡Estoy enamorada de ella!" – Aquella conclusión cayó como una bomba dentro de la cabeza de Jade. Abrió los ojos como platos, y se quedó mirando a la nada.

- hem… ¿Jadey? – Tori pasaba la mano por delante de la ojigris. – Tierra llamando a Jadey…

- P-perdón… - dijo Jade cuando se dio cuenta de que se había ausentado mentalmente de la conversación.

- ¿Estabas pensando en mí? Fufufu…- a Tori le encantaba ponerla colorada, cosa que consiguió enseguida.

- Ejem… no… pensaba en la inauguración del nuevo restaurante…. - Jade no podía decirle que en realidad sí había estado pensando en ella.

- ¡Ah! ¡Sí! ¡Me encantará ir!- Dijo Tori con entusiasmo.

Una vez cambiado el tema de conversación, la cena transcurrió agradablemente con diversos temas triviales, intercalados con bromas esporádicas por parte de Tori y David, sin darse cuenta de que Jade se había ido de este planeta. "Estoy enamorada de Tori", era todo en lo que podía pensar la ojigris.