Jade en Riesgo??

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El tipo iba tranquilamente en su todoterreno, mientras Jade hacía todo lo posible por pasar desapercibida mientras le perseguía. Iban por una carretera bastante solitaria, entre árboles, muy bonita, por la que quizás llevara a Tori alguna vez. Pero ahora no podía pensar en eso, sino en el asesino a sueldo al que seguía.

De pronto, el todoterreno se desvió por un camino, que llevaba hasta una cabaña perdida en el bosque. El coche se paró delante de la puerta. Jade, por su parte, dejó su motocicleta aparcada entre los árboles.

Al parecer, el tipo no se había dado cuenta de que le había seguido

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Al parecer, el tipo no se había dado cuenta de que le había seguido. Por lo menos, eso es lo que Jade pensaba. Había sido muy cuidadosa.

Descendió de la moto, sigilosamente, y se escondió entre unos arbustos. No se veía a nadie, y las ventanas estaban cerradas. No podía ver lo que ocurría dentro de la cabaña. Estaba impaciente, así que buscó algún otro sitio por el que entrar. Dando una vuelta por el jardín, vio una ventana que estaba a medio abrir. Se iba escondiendo entre las sombras, y llegó hasta justo debajo de la ventana. Se oía una televisión de fondo. Asomó la cabeza, y no vio a nadie, así que decidió colarse por la rendija de la ventana. Menos mal que toda la mayonesa que ingería no la había hecho engordar nada, porque si no hubiera tenido un problema. Se deslizó hasta detrás de un sofá. El tipo parecía estar en la otra habitación.

Mientras tanto, Jojo acababa de hablar con el señor Vega. No había sido fácil conseguirlo. El empresario recibía muchas llamadas a lo largo del día, y sólo unas pocas eran de importancia. Cuando Jojo le comunicó lo que había averiguado, y el peligro en el que se encontraba Jade, mandó a su jefe de seguridad junto con varios guardaespaldas al lugar donde se encontraba Jojo. Éste había conseguido seguir al otro individuo hasta su casa, situada en las afueras, en una zona poco recomendable.

- ¿Tú eres Jojo? – Dijo un tipo vestido de negro con gafas de sol la amiga de Jade.

- Sí. ¿Venís de parte de Vega? – Quiso saber Jojo.

 ¿Venís de parte de Vega? – Quiso saber Jojo

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- Efectivamente. ¿Dónde está el sujeto? – Quiso saber el guardaespaldas.

- En esa casa. – Respondió Jojo, señalando una de las casas bajas que poblaban la zona.

El tipo se dirigió a la puerta, no sin antes ser cubierto por dos de sus hombres. Llamó una vez, y por una rendija se pudo ver un ojo del asesino a sueldo.

- ¿Quién es? ¿Qué quere? – Dijo con sospecha en el tono.

- Venimos para hacer negocios. – Dijo todo cauteloso el guardaespaldas de el señor Vega.

- ¿Qué clase de negocios? - Aunque no era muy frecuente, a veces llamaban a su puerta para hacer "encargos". De todos modos, tenía en una mano una pistola dispuesta a disparar, si la cosa se ponía fea.

- La clase de negocios que no se hacen con la puerta en las narices. – Respondió el guardaespaldas todo diplomático.

El tipo abrió la puerta, y entonces un torbellino de manos le quitó la pistola que sostenía, y fue aplastado contra la pared más próxima.

- Muy bien… quiero saber todo sobre el asunto Vega… - y comenzó el interrogatorio.

- ¿Qué quieres saber? – Dijo el tipo todo asustado. Ya había recibido un golpe en la mejilla, y había empezado a echar sangre por la comisura del labio.

- ¿Cuántos son? ¿Quiénos ha contratado? ¿Dónde está el tipo que has dejado hace poco en el bar? – Cada signo de interrogación estaba marcado por un golpe.

- So-somos tres… no sé el nombre del que nos ha contratado… Jim ha ido a la ca-cabaña de-del bosque… ¡por favor, no me maten! – Aunque un asesino a sueldo, era bastante cobarde. Cantó más que Caruso en sus buenos tiempos.

Al terminar con el asesino, el guardaespaldas ya tenía todos los datos que necesitaba. Así pues, lo cogieron y lo llevaron a comisaría. Allí se harían cargo de ese espécimen, y lo pondrían a buen recaudo. Ahora lo más importante era ver si Jade estaba en peligro. Así que siguieron las indicaciones del criminal y se dispusieron a ir hasta la cabaña.

Mientras tanto, en la cabaña, Jade despertaba de un fuerte golpe, y se encontró maniatada en lo que parecía un garaje. Después de todo, el tipo al que había seguido se había dado cuenta, y la había estado vigilando todo el rato. Sólo esperó el momento perfecto para darle un golpe en la cabeza, sorprendiéndola y dejándola inconsciente.

- Bueno, bueno, bueno… mira qué tenemos aquí… - el llamado Jim levantó la cabeza de Jade y la hizo que le mirara a los ojos.

- Como te atrevas a hacerme algo, no vivirás ni un segundo… - dijo Jade toda amenazadora.

- Creo que al final no vas a casarte. Una lástima. Hacéis tan buena pareja… - dijo Jim como con pena.

- Si me matas no cobrarás nada… - intentó razonar Jade. Lo que tenía que hacer era ganar tiempo, hasta que Jojo llegara hasta ella. No sabía cómo lo haría, pero la esperanza es lo último que se pierde, ¿no dicen eso?

- Ya… pero creo que si te suelto tampoco cobraré nada. Algo me dice que el plan ya se ha ido al traste… - dijo el asesino todo pensativo.

- Quizás puedas pedir un rescate… - Jade quería tiempo, era lo que le faltaba. El tal Jim no parecía tener muchos escrúpulos. Seguramente ya estaría pensando dónde esconder su cadáver. Ni qué decir tiene, la forma de matarla ya la había decidido.

- Mmmm, puede ser… pero tendría que irme a algún otro lado… este lugar ya no es seguro…

Jade vio cómo el asesino sopesaba las posibilidades. Se dio cuenta de que tenía un gran instinto de supervivencia. ¡Pero ella también! Al parecer era mejor con la pistola que con los nudos, así que, poco a poco, estaba desmadejando la cuerda con la que la había atado. Sólo necesitaba unos segundos más antes de que pudiera liberarse.

- Mi futuro suegro es un gran magnate. Seguramente obtendrías una buena recompensa… - ante todo había que distraerlo de los pensamientos asesinos.

- Mmmm… - el tipo estaba mirando hacia el techo, como estudiando las opciones, pero con la pistola apuntando hacia Jade. – Creo que mejor no corro riesgos…

Ya casi estaba… en unos segundos se liberaría, pero ya oía el chasquido del seguro de la pistola…

- Podrías ser inmensamente rico… - Jade estaba toda sudorosa, maniobrando a todo correr, pero con precisión, entre las cuerdas.

- Podría… - hizo ademán de bajar la pistola. – ¡Pero no!

¡Bang! Al final se había decidido por el camino del menor riesgo.

Jade y los guardaespaldas acababan de llegar. Desde fuera de la casa se había oído un disparo que parecía proceder del garaje. Se bajaron deprisa y corriendo del coche, sin ni siquiera apagar el motor, y se dirigieron hacia el lugar de donde procedía el disparo. Jojo estaba fuera de sí. En cuanto cogiera a ese asesino, lo iba a despedazar con sus propias manos.

Mientras, en la mansión Vega, David estaba muy nervioso. Lo que le había contado el guardaespaldas sobre toda la trama para matarlo le había preocupado mucho. Se aseguró de que su hija estuviera sana y salva en su casa. No había querido alarmarla con todo lo que ocurría, y Tori estaba en un agraciado estado de ignorancia. Gracias a la confesión del primer asesino, habían podido descubrir el paradero del tercero. La policía lo había arrestado sin más problemas. Sin embargo, lo urgente era ver si Jade estaba sana y salva. Desde luego, su futura nuera era bastante imprudente. Además, quedaba el misterio de quién podría haber contratado a esa escoria.

Convivencia Forzada FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora