3 días antes.

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- No lo entiendes. - Nathan se adelanta un poco y se gira hacia mí. Veo una mancha naranja pasar por delante mío a toda prisa. Los sollozos de la chica se oyen aun cuando ella ya está lejos. Ignorándola abro la puerta y entro en el edificio del instituto. Una mano me coge de la cintura y me atrae hacia el cuerpo de su poseedor. Ian me sonríe y me besa mientras Augustus se mueve nervioso a nuestro lado.

- Hm, Ian... - Nathan le mira con cara de asco y se gira hacia mí decepcionado. - Te veo en clase. - Sube las escaleras despacio probablemente intentando escuchar lo que pasa con la escena que deja atrás.

- ¿Qué crees que haces? - Me separo del chico y le miro con seriedad. Augustus parece tranquilizarse e incluso creo ver una pequeña sonrisa dibujarse en su rostro. Sé bien lo que está a punto de decirme Ian así que me adelanto. - Fue una noche, a mí no me va esto. - Le digo y me giro andando hacia el baño de las chicas.

- ¿Qué miras, Gus? Vámonos ya. - Oigo la voz molesta de Ian a mi espalda mientras la puerta se cierra.

Me meto en una de las cabinas, cierro la puerta y abro mi mochila. Si estoy obligada a estar aquí por lo menos me lo voy a pasar bien. Saco una bolsita y la abro. El olor me invade.

- ¿Tienes papel? Aquí se ha acabado. - Una voz temblorosa me devuelve a la realidad. Me resulta extrañamente familiar. Cierro la bolsita y la guardo rápidamente. Cojo un poco de papel higiénico y me agacho introduciendo mi mano por el espacio entre la cabina y el suelo. Una mano manchada con rímel lo recoge de la cabina de la izquierda.

- ¿Eve? - Pregunto insegura levantándome y abriendo la puerta. Llamo a la puerta de la cabina que acoge a la chica. - ¿Estás bien? - Obtengo mi respuesta cuando abre y veo a la pelirroja con el pelo despeinado y las manchas de maquillaje por toda la cara. No sé que hacer, una parte de mí quiere consolarla de alguna manera pero la otra quiere dar la vuelta y salir de ahí lo más rápido que le es posible a una persona. Hablar de los sentimientos de los demás nunca me ha gustado, normalmente conversaciónes así acaban con la otra persona haciéndome preguntas incómodas sobre mis propios sentimientos. Algo que he enterrado muy en el fondo de mi ser. Los sentimientos son los que hacen a la persona débil. Nos empujan a un comportamiento impulsivo y nada racional. Decido alejarme y dejarle un poco de espacio. Su respiración entrecortada se calma un poco pero ella no deja de llorar. Me giro hacia los lavabos y observo su reflejo en uno de los espejos. - ¿Qué te ha pasado?

- Acabo de perder a la única otra persona en todo el instituto que se comportaba bien conmigo. - Me dice entre sollozos.

- Las personas siempre se van, es lo que hacen. Te decepcionan, te hieren y se largan. Te dejan rota. Mírate. - Me giro y le digo con una indiferencia y una dureza fingidas. La chica hace una mueca de dolor y comienza a llorar más que antes.

- ¿Cómo puedes ser tan insensible? - Consigue decir después de unos instantes de silencio. Me arrepiento de haberle dicho la verdad pero me doy la vuelta, cojo mis cosas y salgo del baño con aire de superioridad, un poco molesta. Me dirijo a las escaleras pero algo me para. Un sentimiento raro me inunda así que hago lo único que se hacer en tales situaciones. Deshacerme de ese sentimiento, de cualquier manera posible. Suspiro y vuelvo a entrar en el baño. Eve ahora esta apoyada en uno de los lavabos intentando limpiar su cara con el papel higiénico. Se gira hacia mí con los ojos hinchados y rojos.

- Lo siento. - Desvío la mirada pero puedo ver como la chica hace un intento de sonreír. Ese sentimiento de culpa desaparece y me vuelvo a calmar. - ¿Qué pasó?

- Al parecer no le gusto a su novia... Aileen. - Mi corazón se para, lo primero en lo que pienso es Eric y una ira descontrolada nace en mí. Ese chico parece seguirme en todos lados. - Yo solo estaba hablando con él pero ella parece no entender ese concepto. Al poco rato de que él se fuera ella se acercó a mí. Fue para decirme que si consideraba que tenía una vida miserable no sería nada comparado con lo que ella podía hacerme. Luego me cogió del pelo y me dijo que no me acercara a Rory nunca más.

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