Far Beyond

Una visita nocturna

Me despierto con un dolor de cabeza insoportable, noto que estoy sudando y mi pulso acelerado empieza a relajarse. Algo no va bien. Alguien esta en peligro o lo estaba. No consigo situarme en el tiempo y al pensarlo tampoco sé dónde estoy. Miro a mi alrededor en busca de algo de luz que me ayude a identificar la estancia. Una ventana abierta, por la que se cuela un rayo de luz proveniente de la luna, llama mi atención. Con un leve impulso me levanto de la cama con dificultad y siento un dolor punzante en el estómago pero lo ignoro. Me abro paso entre bultos en el suelo con los que mis piernas chocan, hasta llegar a la ventana. Me asomo por ella y veo una calle envuelta en sombras oscuras, a lo lejos se oyen voces. Un escalofrío recorre mi cuerpo por el cambio de temperatura.

- No se debería levantar, su herida puede abrirse de nuevo. - Un susurro me hace sobresaltarme. Me giro y veo que en el marco de la puerta hay una figura que me observa. No hago ningún movimiento así que la persona entra en la habitación y se acerca a mi con calma. Con la poca luz solo puedo ver que es un jóven hombre vestido como los enfermeros en un hospital, algo que me inquieta. Su cara que esta escondida tras sombras me resulta familiar pero no consigo verle lo bastante bien como para recordar.

- ¿Dónde estoy?

- En St. James' Memorial. - Sus labios se curvan en una sonrisa dulce que me hace sentir una calidez y seguridad que no me imaginaba que pudiera sentir. El hombre se me queda mirando, su sonrisa deja paso a una mueca de tristeza y decide hablar. - A causa de... Un disparo. Es raro cuando se despertó la primera vez se acordaba de todo y...

- Y me acuerdo, estoy un poco confusa creo que he tenido una pesadilla... - Miro a la silla y me viene el recuerdo de mi padre durmiendo, pero ahora no hay nadie. Algo en mi interior despierta, un miedo del sentimiento de soledad que ahora me envuelve. Me doy cuenta de que el hombre tiene los ojos fijados en los mios así que me giro hacia él. - Me acuerdo de manera vívida de cosas que ocurrieron hace años, pero no puedo recordar la mitad de lo que paso esa noche.

- Es normal, las personas que han sufrido una experiencia traumática tienden a olvidar detalles. Su cerebro simplemente quiere borrar esa información.

- Parece que hablas de experiencia.

- Experiencia médica. - Él se ríe pero un instante después lo que parece un recuerdo, le devuelve la tristeza a los ojos. Lo único que oigo es un susurro rápido que suelta con voz amarga. - Aun no me acuerdo de lo que paso exactamente cuando perdí a mi prometida. - El comienzo de su historia me hace sentirme incómoda pero con un gesto le animo a que siga hablando y él lo hace. - Fue hace solo dos años. En un accidente de coche. Un conductor borracho apareció de repente en nuestro carril, para evitar el choque tuve que salir de la carretera pero había un árbol que no había visto y... Oscuridad. No me acuerdo de nada más. Pero nunca olvidaré sus gritos. - El hombre ha compartido demasiada información para mi gusto. No sé que hacer así que miro hacia abajo y guardo silencio durante unos instantes. Él suspira, también se ha dado cuenta de que ha dicho demasiado. Se rasca la nuca nervioso y mira a su reloj.

- Mi... um, una chica, su nombre es Eve. ¿Está bien? ¿Puedo verla?

- Las horas de visita se acabaron hace mucho, son las tres de la madrugada. Además yo debería irme ya. - El enfermero se acerca a mí, me sujeta el codo con firmeza y me conduce hasta la cama. - Descanse y mañana la vera. - Me doy cuenta de que me está sonriendo así que le respondo con lo mismo, obedezco y me meto en la cama. Cierro los ojos y oigo el ruido de la puerta al chocar con el marco. Todos mis recuerdos vuelven, pero solo durante un instante, porque en el siguiente noto que todo desaparece. Mi mente se queda en blanco hasta sumirme en un sueño profundo.

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Al despertarme la mañana siguiente puedo escuchar el sonido pausado de una respiración. Miro hacia el lugar del que proviene el ruido y veo a Eric dormido en una pose muy incómoda sobre la silla para mis visitas. No puedo evitar sonreír pero me doy cuenta de lo tonta que debo parecer así que me levanto y abro la puerta en busca del enfermero. Quiero asegurarme de que Eve está bien.