Demasiado Lejos

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Con el arma en la mano, me puse de frente. Él regresó, pero no estaba solo. Traía un grupo de personas bastante grande.

-¡Atrás! — nos gritó Rick.

-Rick, ven acá. Necesitamos hablar — gritó el Gobernador desde el tanque.

-No depende de mí, hay un consejo ahora. Ellos dirigen el juego — respondió Rick.

-¿Qué hay de Hershel, es parte también? — preguntó El gobernador

- Déjenlos ir, me quedaré aquí pero Déjenlos ir, mira tienes un tanque no necesitas rehenes.

El Gobernador sonrió y sacó a Hershel y Michonne de una camioneta, atados

-Las decisiones no las tomo yo ahora —gritó Rick.

Maggie y Beth lloraban. Rick estaba enojado pero con miedo, al igual que todos.

Daryl le dio la mirada para que fuera. Rick se acercó a Carl.

-Saldremos de esto — le susurró al oído.

Abrió la reja y se dirigió con ellos.

- No podemos con tantos — dijo Daryl.

-Iremos por el edificio de atrás y saldremos por el bosque —respondí. —Cómo estamos de provisiones del autobús?—pregunté sin quitar la mirada de los hombres del Gobernador.

-Si antes estábamos mal, ahora peor — respondió Sasha.

- Si pasa algo, corran al autobús — dije antes de irme con Daryl.

-Ya saben el plan. — segui a Daryl al escondite de armas — Con cuidado —me dijo.

Llevamos las armas y repartimos.

- Debería matar al Gobernador y acabar con todo esto — dijo Carl.

-No puedes, a 50 metros o más — le dije, apuntando al Gobernador.

- Soy un buen tirador —dijo Carl.

-Lo sé —dije, agarrándole la mano. —Pero puedes empezar otra guerra. Confía en Rick.

El Gobernador se rió.

- Les queda menos de una hora de sol. Les aconsejo que empiecen a empacar- Rick no respondió —  Entre más esperen, más difícil les será salir de aquí.

- Podemos vivir todos aquí. —Rick hizo una pausa — Hay suficiente espacio para todos — dijo Rick.

-Es más que suficiente —respondió el Gobernador. — Pero los míos no les gustará dormir en el mismo techo que tú.

- Viviríamos en pabellones diferentes. No nos miraríamos hasta que estemos listos. — dijo Rick intentando convencerlo.

-Puede funcionar — dijo Hershel. — Sabes que sí.

—Podria, pero no No después de Woodbury. No después de Andrea — respondió el Gobernador.

- No te digo que será Fácil, la verdad será mucho más difícil que estar disparando uno al otro, pero no creo que haya otra opción

- No nosotros.

- No nos iremos, lucharemos, como tú dijiste los disparos llamaran a más caminantes -

El Gobernador se enfureció y bajó del tanque, agarrando la katana de Michonne.

-Acabemos con esto — dijo, colocando la katana de Michonne en el cuello de Hershel.

Beth y Maggie lloraban. Sujetamos nuestras armas, listas para disparar.

-¡Tu, tú! La de pelo recogido, es lo que tú quieres —gritó Rick

-Es lo que queremos es lo que tú tienes, punto. Es hora que te vayas, idiota — dijo el hombre que estaba adentro del tanque.

-Yo luché con él antes y ahora tenemos a sus viejos amigos acá y son líderes de lo que tenemos ahora. Bajen sus armas y entren por esa puerta y serán uno de nosotros. - Las personas que venían con el gobernador bajaron las armas — Olvidemos de todo y nadie muere. Todos los que están vivos ahora, todos los que han llegado hasta aquí, todos hemos hecho cosas horribles para estar aquí, pofemos volver podemos cambiar lo se, todos  — continuó Rick

El gobernador alejo la katana del cuello de Michonne, viendola

-Mentiroso —respondió el Gobernador

-¡No! - gritó Rick.

El Gobernador mató a Hershel. Clavando la Katana en su cuello.

Las lágrimas se adueñaron de mis ojos. Rick disparó, dando al brazo al Gobernador.

Sin quedarnos atrás, empezamos la guerra.

-¡Corre al autobús! — me dijo Carl.

-No, no te dejaré — respondí.

- ¡Corre! Yo te cubriré —¡Te amo! — dijo  Carl

No respondí.

Corrí al autobús.

Entre todos los disparos, Sólo lo sentí. Un impacto sutil, como una caricia cruel.

Cayó mi cuerpo hacia adelante, pero mi instinto me hizo reaccionar.

Me levanté, tambaleándome. Mi visión se nubló por un instante.

Mi brazo ardía, pero no era grave.

Miré alrededor, desorientada.

Llegué al autobús y estaba Gleen, débil.

-Kat, llévame con Maggie — dijo Glenn débil desde las gradas del autobús.

-Sube, iré por ella —lo ayudé a subir.

Corrí a la parte de atrás de la prisión.

-¡No! ¡No! ¡No! — grité sacando el arma — ACA HIJOS DE PERRA!

Había demasiados caminantes.

Los disparos, el ataque del tanque lo que causó explosiones, las granadas llamaron a demasiados Caminantes, La pelea fue en vano, La prisión sólo eran restos de cenizas

Lo logré. Saqué el arma y acabé con ellos.

Estaban disparando y lo que quedaba de la prisión estaba en llamas.

-¡Mierda! —murmuré al ver que el autobús se había ido.

No veía a Carl, ni a Michonne. No encontraba a nadie.

Le quité a dos muertos sus armas; las iba a necesitar.

Salí de ese lugar al que llamaba hogar, y sin mi familia, otra vez sola.

𝑯𝒂𝒔𝒕𝒂 𝒆𝒍 𝑭𝒊𝒏 | ℭ𝔞𝔯𝔩 𝔊𝔯𝔦𝔪𝔢𝔰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora