Cinco.

6.6K 357 9
                                    

Capítulo cinco. 

Mis manos ya estaban rojas de tanto fregar y fregar con aquel cepillo. Lo hacía con cuidado con miedo de que la tela se rompiera o desgastara. Juré nunca en lo que resta de mi vida volver a tomar jugo. O no con esa camiseta puesta.

-Intenta con esto Sam. –dijo mi tía echando un polvo blanco sobre la tela-

Y si, ella también estaba ayudando. En cuanto me vio correr por la casa buscando productos de limpieza se ofreció a ayudarme, pues sabía cuán importante era para mí esa prenda.

 Ella, además de papá, también era mi confidente, sabía todo acerca de mis gustos y me apoyaba. Era como una mamá para mí, hasta llegue a pensar que cuando nacimos nos cambiaron de madres, porque combinaba tan bien conmigo, y mis primas, a diferencia, combinaban tan bien con mi madre. Hasta tenían el mismo carácter.

Descanse mi brazo en la camiseta y con el otro limpié el sudor que provenía de mi frente, estaba agotada. La mancha amarillenta seguía ahí, un poco menos que al principio, pero todavía era visible.

-Creo que ya está, ahora dejémosla en el lavadero y quedará como nueva, si sigues fregando puede romperse.

-¿Segura? ¿no quieres que siga un poco más?

-No, está bien así, déjamelo a mí. Ahora ve a bañarte que ya es tarde y me tienes que ayudar a preparar las camas. –sonreí amarga ya que eso significaba que íbamos a quedarnos, era obvio.

Subí las escaleras secando mis brazos con mi ropa, fui hasta la habitación donde estaban los bolsos y saqué una camiseta gris con un dibujo en medio y unos shorts bastante cortos, pero cómodos, deportivo.

Cargue en mis brazos la toalla y todo lo necesario y salí de allí rumbo al baño principal.

Estaba a punto de bajar las escaleras pero alguien habló.

-¿Y? ¿Salió?

Me di vuelta viendo al chico causante de mi desgracia con la mancha, ¿seguía en la casa?

-Sí, o eso espero, la puse en el lavado automático y será mejor que salga porque o si no te cortaré los…

-¡Oye! –interrumpió-

Estaba por contestar en cuanto la puerta de la habitación se abrió, saliendo de ella el otro patán y mis primas a su lado.

-¿Haciendo amigas? –preguntó el chico que recién había salido.

-No, solo… estaba… um, nada, ¿nos vamos ya?

-¡Estas rojo! No te pongas nervioso… mira, te recomiendo otra clase de amigas si no quieres terminar como un aburrido antisocial, ¡vamos! ¿prefieres a la loca friki antes que nosotros? –dijo una de mis grandes amigas, claro.

-¡Claro que no! Obviamente solo estaba haciendo mi buena acción del día –

Ok, eso no me lo esperaba, era un idiota al igual que el otro. Me reí al pensar que era diferente, que tonta.

Sin esperar más burlas, seguí mi camino al baño y me adentre a este para ducharme. Al terminar de higienizarme y hasta afeitarme las piernas (ya que era necesario si no quería parecer una vagabunda)  me vestí con lo que había llevado. Ok, esta camiseta era unas dos o tres tallas más que la mía, hasta llegaban a tapar el short y pareciera que no lo traía. Pero era bastante cómodo y no me importaba. Enredé la toalla en mi cabeza y salí de allí.

Solté mi cabello mojado y se formaron grandes ondas en él, me peine y al terminar bajé para ayudar a mi tía con la cena.

**

A big fan » Shawn Mendes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora