"Putas ganas de seguir el show, ni de continuar fingiendo
y en un traveling algo veloz sale un "fin" en negro.
Me pregunto quién pensó el guión, debe estar bastante enfermo.
Fue el estreno de un gran director, le caerán mil premios."
-Love of Lesbian: 1999.
* * * * *
El sonido del móvil me hizo salir de la ducha rápidamente, provocando que casi me matara en el trayecto del baño a la habitación, pero me daba igual, de hecho, si hubiera pasado, no creo que hubiera algún problema.
Al leer el nombre en la pequeña pantalla casi se me salió el corazón por la boca. Habían pasado dos semanas desde aquella noche, dos semanas agonizantes en las que no había podido pegar ojo, en las que mis padres apenas pasaban tiempo en casa, absortos por el tema del divorcio y en las que Álvaro había intentado por todos los medios que me abriera aún más a él, que confiase.
- Lisa...
- Deberías pasarte a por tus cosas.
- Yo...
- Venga, Rosé, no tengo todo el día.
Los pitidos que anunciaban el fin de la llamada resonaron en mi cabeza durante los dos minutos que me mantuve con el teléfono en la oreja, sin apenas reaccionar. Había vuelto a escuchar su voz después de dos semanas en las que había tratado de recordarla cada noche, y sin embargo las únicas palabras que escuchaba eran mi nombre y que parase.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo al volver a viajar mentalmente a aquella noche y las lágrimas cubrieron mi rostro. El aire apenas pasaba a duras penas y me tuve que sentar al sentir que me estaba mareando.
- Álvaro.
Llamé, con apenas un hilo de voz. Sentía que me estaba ahogando y no sabía qué narices hacer. Era como si, a pesar de seguir respirando, mis pulmones estuvieran vacíos. Una extraña sensación de necesidad se apoderó de mí, y no fue cuando al fin tuve un cigarro sobre mis labios y absorbí que todo volvió a su normalidad.
- ¿Me llamabas? - La puerta de la habitación se abrió y Álvaro se coló dentro, abalanzándose prácticamente sobre mí. - ¿Pero qué haces, imbécil? Rosé, ¿estás llorando? Joder. - Me quitó el cigarro de los dedos, apagándolo sobre el suelo e ignorando las cenizas que cayeron en él. - ¿Qué ha pasado, Rosie? Relájate.
Sus brazos, que se habían convertido en mi mayor refugio, rodearon mi cuerpo hasta enterrar mi rostro en su pecho. Álvaro parecía no notar que estaba mojando su camiseta preferida, y si lo notó, por lo menos no dijo nada.
- He hablado con ella.
- ¿Con ella? ¿Con Lisa? - Sus manos acunaron mi rostro, clavando sus ojos azules en los míos. - ¿Qué te ha dicho?
- Tengo que ir a por las cosas que tengo en su casa.
- Voy contigo.
- No, Álvaro. - La voz me tembló y cerré los ojos, buscando así la manera de impedir que las lágrimas continuasen precipitándose. - Tengo que ir sola, yo la cagué, yo tengo que intentar arreglar algo.
Sus pulgares masajearon mis mejillas hasta lograr calmarme y depositó un pequeño beso en mi sien, dejando los labios sobre esta durante unos segundos que resultaron ser los más reconfortantes que había vivido desde febrero.
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1999. | Chaelisa |
RomanceHoy te volví a ver, Lisa, y estabas terriblemente guapa, aunque supongo que realmente nunca dejaste de estarlo. Había pasado tantos años desde que te vi por última vez. Sé que me pediste no volver a destapar esto, pero creo que 1999 fue un año demas...