Miau.

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"¿Qué cómo es mi vida sin ti? Pues sin ti, sí que es vida.

Libre por fin, ya sin ti, aleluya la mía.

Yo solo hago frente a cualquier situación, sin ti todo es fácil, sin no hay tensión.

Ha vuelto el felino canalla, el terrible ciclón."


-Love of Lesbian: Miau.




* * * * *




2007.


— ¿De dónde vienes?

Jisoo me esperaba en el pasillo de casa a las 7 de la mañana, hora a la que se levantaba para ir a trabajar. La catalana había conseguido trabajo en una pizzería y aunque no fuera su trabajo soñado, al menos le estaba durando más de lo que me habían durado a mí todos mis oficios juntos.

Suspiré y me hice paso para dirigirme a la habitación, aunque ella me frenó, haciendo que me girara para clavar sus ojos en los míos.

— Estaba dando una vuelta.

— Sí, bordeando Madrid, no te jode, por eso llevas desde las 12 de la noche.

— Joder, Jisoo, si ya sabes lo que hay, ¿para qué preguntas?

— Hace un frío de morirse y tú estás en manga corta, ¿pero no te das cuenta de que estamos en febrero, gilipollas?

Mi teléfono comenzó a vibrar y lo saqué en un intento desesperado de hacer que Jisoo pasase de mí.

— ¿Y ese móvil? ¿De dónde lo has sacado?

Lancé una mirada al aparato.

— Es la nueva Blackberry que acaba de salir nuevo al mercado. Mira, al menos la pantalla es más grande que la otra.

— ¿Qué cojones? ¿Y tú de dónde has sacado la pasta si no trabajas?

— ¿Y tú qué sabes?

Rodé los ojos ignorando la llamada y saqué una pequeña cartera del bolsillo trasero de mi pantalón, lanzándosela a Jisoo, que la pilló al vuelo. Cuando la abrió, su cara expresó total sorpresa.

— ¿Pero tú de dónde has sacado esta pasta? — Repitió, sacando los billetes más grandes que ninguno de los dos había visto.

— Me he hecho camello.

— ¿Qué te has qué? — En ese momento, la catalana dejó caer la cartera y se acercó a mí. — ¿Pero eres imbécil? ¿Tú sabes la de líos que te puedes encontrar?

— ¿Y qué? Tú también lo fuiste, no creo que sea tan difícil. — Adiviné en su mirada cierto tono de decepción y tristeza al recordar aquellos tiempos y me encogí de hombros. — Además, es por ganarme una pasta, tampoco es para tanto.

— Rosé, que este mundo no es tan fácil como te piensas, la puedes liar un montón. ¿Desde cuándo?

— Hace unos meses. Pero me he sabido mover por grupitos y me he forrado, ¿quieres un poco? — Pregunté lanzando una mirada divertida a los billetes que seguían en el suelo.

1999. | Chaelisa |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora