24- ley de atracción.

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Y todos los demás
Ya no importan
Tú eres la única persona
a la que no puedo perder...

Joji— Like you do.

Oh querida ley de atracción, ¿dónde te escondes?

¿Por qué no respondes a mis llamados?, ¿Por qué no sirves conmigo y me dejas parecer una tonta?

Si hice todo para que la ley de atracción funcione. Si lo pensé con insistencia, lo soñé y deseé. ¿Qué estoy haciendo mal, por qué no vuelve? ¿Por qué no me llega lo que busco?

¿Por qué la tuvo que conocer a ella en ese momento, cuando nosotros nos estábamos uniendo?

Y se volvió a embobar, leí sus mensajes de cómo conoció a esa chica de la facultad. Me quería morir, porque había creído con todas mis fuerzas de que él había cambiado, de que se podría fijar en mí. Me esforcé en madurar y cambiar mi vocabulario para parecer más avanzada, me aseguré de sacarme fotos de una chica adolescente.

No importaba cuánto me esforzara. Realmente no importaba, porque él no lo notaba.

Y volví a sentir bronca, impotencia, tristeza. Mi cuerpo estaba cansado de sentir tantas emociones al mismo tiempo, se estaba ahogando de tantos sentimientos pesados que lo tiraban hacia abajo.

Y sentía que no daba a basto.Llegué a un estado en el que el tiempo pasaba pero no para mí, me quedaba tildada, pensando cómo es capaz de fijarse en alguien que no conoce antes que en mí.

Me hizo daño. Fue la gota que rebalsó el vaso, fue la acción que me desvendó los ojos. Fue el golpe que sí logró partir mi corazón.

Me dejé caer al suelo del baño, con la puerta cerrada y en silencio, mientras mi familia dormía. Últimamente se estaba convirtiendo en rutina llorar por reprimirme demasiado. Volví a ese pensamiento de devolverle el trato que me da, pero claro, ignorarlo es fácil cuando él no está.

Me convertí en su pañuelo de tela, me usa para llorar mientras habla de los mocos que se manda, y luego me pone a lavar. Me usa cuando estoy mal. Me tiene a mano siempre, y yo le permití eso.

Recuerdo la soledad que me rodeaba, no puedo creer como su ausencia podría deprimirme tanto si en persona no lo conocía. Y por mas que mis amigos me acompañaban y aguantan mis dramas, no era lo mismo.

No quería llenar de mensajes a mi mejor amigo diciéndole como me siento, quería estar en el chat de Ben y que me contara cómo le fue en la universidad. 

Quería cumplir todas las absurdas visiones románticas que mi mente había fabricado. Pero eso no iba a pasar. Porque no vivo en mi mente sino en el mundo real, y acá, todo duele. 

El chico de Twitter. ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora