Pude haber sido yo la que tiene tu corazón guardado
Pero alguien sin piedad me lo robóTINI, Morat- Consejo de amor.
Recuerdo algo en especial.Una noche me conecté para hablar con él pero no estaba, no veía mis mensajes y mucho menos los respondía. Me preocupé y temí por haberme encariñado con él.
Al otro día volvió, era de tarde, y me pidió un consejo de amor.
Confesó que sale con una chica que le gusta, tienen problemas y no sabe cómo resolverlos.
En el fondo desee que su relación no funcione, que el amor que busca lo acabe encontrando en mí, ya que siendo honesta quería dárselo. Quería ser esa chica. Quería que me quisiera de esa forma. Pero él solo recurrió a mí por un miserable consejo que milagrosamente reconstruye su relación.
Quería verlo feliz.
Aunque la felicidad no la encuentre en mí.
De cierto modo, me gustó que confiara en mí y sepa que puede buscarme cada vez que lo necesite, me alegré por eso, y él se lo tomó en serio.
Lo ayudé para que recibiera el amor que se merece. Y si de mí no lo quiere, que lo reciba de una relación sana y estable.
Estaba segurísima de que Ben me lo agradecería, de que primero podía convertirme en su amiga y luego pasar al siguiente nivel.
Pero había algo que no estaba bien.
Me sentí triste, el primer chico que me gusta en 16 años y acababa de pedirme un consejo para arreglar su relación con la chica que le gusta.
Aquellos días comenzamos hablar menos ya que estaba más ocupada. Debía preparar mis útiles escolares, era 2018 y cursaba el último año de la escuela secundaria, se terminaban mis vacaciones y comenzaba el mes de marzo.
Intenté mantenerme ocupada y no estar pendiente del celular para saber cuando se conectaba para responderme.
Fui a comprar papel con mi mamá e hice unas flores de colores para pegarlas sobre una vincha y usarlas el primer día de clase. Las hice a la noche, en ese momento me habló, me apuré por acabar y tener tiempo libre.
Me pidió una foto y respondió que me quedaron lindas. Fue un halago bastante vago, ahora me doy cuenta, pero en ese momento no se imaginan cuánto me alegró.
Me ilusionaba que me dijera cosas tiernas, que siga diciendo que soy linda a pesar de parecer mayor de lo que soy, que le hayan gustado las flores que hice en papel. Cada cosa linda que pudiera decir iba a agrandar y alimentar la pequeña ilusión que estaba creando.
Mayormente porque no me volvió a hablar de esa chica. Contó anécdotas de su hermana y dijo algo de un primo, o era un amigo, no lo sé, no lo había entendido muy bien. Sé que no la volvió a nombrar e imaginé que mi consejo para que se reconcilien había fallado, esperaba que volviera a estar solo y así podía hacer mi estratégica movida de acercarme a él, y ser algo más que amigos.
Soy consciente de que cientos de kilómetros nos separan, pero la distancia no es capaz de alejar a dos corazones que se aman.
Yo ya estaba enganchada, estaba enredada con nuevos sentimientos de los que algunos desconocía, y sólo me quedaba que él se enredara también.
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El chico de Twitter. ✔️
Ficção AdolescenteMe enamoré de él y caí ante el peor gesto de maldad. Me enamoré como una idiota, me enamoré de un idiota, y aquel chico de Twitter acabó destrozando mi vida. (20-11-2020) historia ganadora en primer lugar de @PremiosPlanetas ❤️