skinship ; renmin ✓

soccer match

Se había vuelto una tradición un partido amistoso de soccer como inauguración a la semana de deportes que estaba pronta a iniciar.

El director de la institución mantenía un estilo de vida algo -muy- saludable, y por ende buscaba un poco de diversión y activación física para los estudiantes para que dejasen de ser tan holgazanes e hicieran algo bueno por su salud.

Jaemin se encontraba dentro de los vestidores después de haber dejado a Renjun en manos de Lee Donghyuck, Yang Jeongin, y extrañamente, en manos de Lee Jeno.

Nunca antes había visto a aquel chico de cerca, siempre creyó que tenía facciones no muy masculinas, estaba equivocado. El chico era guapísimo, sin embargo no entraba en su tipo de chico ideal.
Renjun era su tipo ideal, y de eso estaba seguro.

Cuando menos lo pensó una alerta en su cabeza sonaba haciéndole recordar del crush que tuvo su mejor amigo en aquel chico pelimiel de lentes y adorable eye smile un año atrás.

El pelirosa golpeó su cabeza contra el casillero metálico emitiendo un sonido ensordecedor que se escuchó en todo el vestidor.

Bien, ahora tendría que jugar lo mejor que pudiera para sorprender a su hyung.

Los ojitos de Renjun no se despegaban de la cabellera rosada que se movía de un lado a otro a lo largo de la cancha de pasto sintético.

Una pequeña sonrisa estaba plasmada en sus labios de manera casi inconsciente. Adoraba ver a Jaemin jugar, el pelirosa realmente se concentraba y se esmeraba en ser el mejor, y para Renjun esa era una faceta muy candente la cual rara vez mostraba en su presencia.

Su barbilla afilada y prominente lucía brillante debido a las finas gotas de sudor que escurrían desde sus hebras rosadas. Sus labios lucían demasiado apetecibles, aunque solo pensar en el sabor salado que estos tenían, Renjun se estremecía. Su abdomen se marcaba de manera muy llamativa debajo de su playera de equipo que llevaba marcada un número 13 en la espalda de esta.

Los minutos pasaban, el sol comenzaba a ocultarse y los tonos azules del cielo comenzaban a ser reemplazados por tonos anaranjados, amarillos y rosados. Renjun amaba en contraste de la anatomía sudorosa y brillante de Jaemin con los tonos del cielo que se asemejaban a su piel bronceada.

En un emocionante momento decisivo entre la victoria y la derrota, Hyunjin había metido un último gol dando por terminado el partido, ganando en nombre de la generación del 2000.

Jeongin gritó como si de un delfín se tratase y aplaudió orgulloso del capitán del equipo. Sucedía algo entre esos dos, pero después preguntaría por miedo a entrometerse cuando aún era muy temprano.

Jaemin volteó a ver a todos lados en busca de su pequeño hyung, sonrió en grande al verlo a pocos pasos de él.

— ¡Ven aquí, pequeño!— gritó el pelirosa cuando tuvo en brazos al chico de cabellos platinados.

No les importó el sudor.

No les importó ser el centro de atención.

Solo eran ellos dos en su burbuja feliz.

Había sido un partido que no importaba en la selección escolar, era algo más conmemorativo, pero eso no quitaba el hecho de que Renjun estaba orgulloso de todos y de cada uno de los logros de Jaemin.

— ¡Hey, Jae!— gritó el otro pelirosa de nombre Chanhee logrando que el nombrado y su acompañante se separaran.

Jaemin tomó la manita de su mejor amigo y lo jaló en dirección a la multitud.

Los integrantes del equipo de soccer hablaban sobre la fiesta que había en casa de Choi Chanhee, todos amaban las fiestas y más si eran para celebrar una victoria, y claro, había alcohol gratis.

— Vamos por tu helado y después iremos a mi casa— señaló el menor jalando la manita de su mejor amigo, mano la cual aún estaba entrelazada con la propia.

Renjun no iba a quejarse, después de todo, no quería ir a casa por ropa, y ese sería el pretexto perfecto para usar una de las sudaderas de Jaemin.