jisung

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Y el chico adorable volvió.

Jaemin estuvo saliendo por varias semanas con un precioso chico llamado Park Jisung, en aquellas épocas muy apenas podía estar junto a Renjun, todo porque Jaemin sabía que el menor podía enloquecer ante la falta de atención de su primer amor.

Jisung partió a Los Ángeles por un intercambio, dando por terminada la relación que llevaba con Na Jaemin. Los dos sufrieron por planes que Park había hecho antes de conocer a lo que el creía que era el amor de su vida.

Y ahora, después de dos años había vuelto de Los Angeles. Si le llegasen a preguntar sobre su estadía en el extranjero, él sonreiria con esa bonita sonrisa que sólo él posee, hablaría por horas sobre lo increíble que fue aprender a surfear y andar en yates de sus amigos, pero a final de cuentas hablaría sobre lo mucho que extrañó a Jaemin durante todo ese tiempo. Hablaría de haber deseado tenerlo a su lado para ver el atardecer a pie de playa juntos, compartir besos inocentes bajo las estrellas y comer un montón de papas fritas y hamburguesas después de nadar todo el día.

Jisung sabía que Jaemin era el amor de su vida, por ello mismo, fue poco el tiempo que espero para buscar al chico de sus sueños que según él sabía, estaba en la misma preparatoria en la que sus padres lo habían inscrito poco antes de finalizar su intercambio y volver a lo que él conocía como casa.

Para suerte o desgracia de algunos que presenciaron la dolorosa separación de Na y Park dos años atrás, Renjun pasaría el descanso junto con el profesor de arte para hablar de planes sobre una exposición de la cual Renjun estaba a cargo, o eso creían porque al final el profesor con el cual había quedado, mandó un mensaje pidiendo disculpas por encontrarse indispuesto. Entonces Renjun cambió de dirección y caminó velozmente hacia el reencuentro con su chico favorito.

— ¡Jaeminnie!— aquella voz que no había escuchado en años logró dejar congelado al mencionado, quien no supo cómo reaccionar hasta que el -ahora más alto- Jisung corrió en su dirección y lo abrazó por todo aquel tiempo que había anhelado poder hacerlo y no había podido lograrlo.

Varias chicas veían la escena con asombro y otras con recelo, sabían que se avecinaba un caos, porque vamos, todos en aquella institución sabían sobre la trágica ruptura amorosa de Jaemin con su única pareja, y ahora nada ni nadie podría detener al chino que los veía desde una esquina sin ningún tipo de pensamiento o emoción reflejándose en su rostro.

Renjun se encontraba en blanco. Él estaba a punto de saltar a la espalda de su mejor amigo para presumirle sobre su posible participación en la exposición de arte, pero alguien le había ganado. Y no era cualquier alguien, era Park Jisung, el único chico que había enamorado a Jaemin sin remedio.

Su corazón se estrujó al observar la escena. Los dos se encontraban sonrientes ante la llegada tan inesperada. Renjun sabía que era cuestión de tiempo para que ellos volvieran juntos a ser lo que algún día fueron.

Huang se alejó con pasos lentos evitando las miradas de las personas curiosas que intuían saber sobre los sentimientos del chiquillo por si mejor amigo. Renjun se veía claramente desanimado, como si alguien hubiera pateado su peluche de moomin, y eso era motivo para ser visto con más atención de la que regularmente recibía.

Se encerró en uno de los baños dispuesto a distraerse con algo y evitar llorar hasta quedarse sin lágrimas, una vez más. Por fin comenzaba a aceptar que Jaemin no solamente le gustaba, sino que había comenzado a tener sentimientos más profundos por él, sentimientos como un enamoramiento lo era. Pero ahora tendría que reprimirlos porque nunca llegaría a ser Park Jisung, sus sentimientos nunca serían correspondidos.

El timbre sonó y Renjun salió del baño entre tropezones, rezaba a cualquier ser divino el no toparse con Jaemin o Jisung. No quería salir, pero también ya había llegado a su límite de faltas en literatura y no estaba dispuesto a repetir curso debido a ello.

¿Ya les había dicho que Renjun tiene la peor de las suertes?

— Ren, te estuve buscando y el profesor Kim me comentó que no pudo llegar a su plática porque tuvo indigestión — la anatomía de Jaemin se acercó a pasos rápidos hacia su mejor amigo que por alguna extraña razón lucía débil y más pequeño de lo normal, bueno, definitivamente no iba a bromear con respecto al tema del estómago del profesor Kim.

Renjun huyó de ahí tan rápido como sus piernas se lo permitieron.

— ¡Tengo clase de biología y no quiero quedarme afuera!— gritó cómo pudo y se alejó de los baños.

Jaemin analizó un poco mejor la situación. Renjun no tenía biología, él se sabía su horario y estaba seguro que ahora tenía literatura con la profesora que había faltado por un curso raro que tenía en otra ciudad.

Poco le importaba si él perdía su clase de física. Siguió los pasos de su mejor amigo desde la lejanía, cuando finalmente vio su pequeña espalda se acercó a él y abrazó su delgada cintura.

— Tú y yo tenemos que hablar— dijo antes de cargar a su hyung como a un saco de patatas.

— ¡Na Jaemin! Suéltame en este mismo instante o no volverás a ver la luz del sol— regañó el pelirosa pataleando y sintiéndose privado de su propia libertad.

Jaemin lo ignoró.

Renjun comenzó a llorar en reproche.

¿Y si Jaemin había vuelto con Jisung?
¿Quería romper su amistad llena de abrazos y muestras de afecto?

Sus pensamientos pararon cuando observó a dónde se adentraba Jaemin, maldijo cuando vio el salón de música frente a sus narices, de cabeza. Nunca nadie iba a ese salón después del receso, y que mejor que hablar a solas en aquel lugar.

— ¿Por qué lloras, pequeño?— preguntó con suma preocupación el más alto, bajando a su mejor amigo y ayudándolo a estabilizarse cuando sus pies tocaron el suelo.

Renjun quitó las lágrimas cómo pudo e intentó salir del salón.

— ¿Es por Jisung?

— ¿Q-Quieres romper nuestra amistad?— el débil hilo de voz del chino hizo a Jaemin sentirse la peor persona del mundo.

— Nunca lo haría— explicó acercándose para abrazar a su mejor amigo.

— ¿Aún te gusta Jisung?

Jaemin negó varias veces atrayendo la atención del pelirosa que lo veía con ojitos brillantes debido a las lágrimas que salían sin siquiera pedir permiso.

— A mi me gustas tú,— el corazón de ambos chicos latía con intensidad y furiosidad, como si de una taquicardia se tratase— tenía pensado decírtelo en año nuevo, pero esta es una manera bonita para decirte lo que siento por ti.

Jaemin pegó ambas frentes y cerró sus ojos.

— Tú también me gustas, Nana.

— Lo sé,— rió el menor acunando el rostro de su hyung— Donghyuck es un bocón y me lo contó.

— Eish, ese niño— Renjun estaba listo para pensar en cómo golpearía a su amigo pero una suave presión sobre sus labios lo distrajo.

Jaemin lo estaba besando.
Oh por Dios, ¡Jaemin lo estaba besando!

Solo fue un suave toque para relajar al mayor, pero sin duda alguna, Renjun se sentía en el paraíso por ese suave choque de labios y contraste de tamaños.

— Hablabas mucho— rió el castaño.

Renjun volvió a juntar sus labios en un beso con más movimiento, un beso como el que estuvo esperando tanto. Era un beso torpe, pero eso no quitaba el hecho de que era encantador.

Cuando ambos se separaron, volvieron a juntar sus frentes sonriendo como los tontos enamorados que eran.

— Me gustas muchísimo, Huang Renjun— exclamó Jaemin abrazando con fuerza al pequeño chino.

— Me gustas muchísimo, Na Jaemin.

skinship ; renmin ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora