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A Italia le gusta mucho hacer sonrojar a España. Con solo una palabra puede ponerlo nervioso, adora eso. Sentirlo temblar contra su cuerpo es su verdadera pasión. Decirle palabras obsenas contra el rostro.
Y a España también le encanta eso.
──Mm~ La Spagna~ No gimas tan fuerte, van a oirnos~──dijo contra su oído, bajando por su cuello con un rastro de besos. España pegó su cabeza contra la cerámica de la pared, intentando retener sus gemidos sin mucho éxito. Un hilo de saliva caía por sus labios.
──N-no me import- ah~!──el italiano golpeaba su próstata con mucha precisión, las estocadas eran rápidas, continuas, y profundas. Habían asistido a una fiesta en la casa de Croacia. Ahí mismo habían otros cuantos países, tanto asiáticos como europeos. Se habían decidido a ir un baño, primero fue porque España quería ir pero no solo, Italia decidió acompañarlo... Y bueno.
──I-Italia!──se aferraba a su espalda con fuerza, escondiendose en su hombro.──Mm~ La Spagna~ Me encanta tu interior, apretas mucho~──El italiano apretaba sus muslos traseros con fuerza, subió una mano hacia un glúteo, sosteniendolo ahí. Sentía su miembro entrando y saliendo con agresividad, ambos lo disfrutaban demasiado, también mantenían la adrenalina de estar en un baño en casa ajena, con varios países fuera.
──La Spagna~ Estás muy caliente dentro, amore mio~──repartió unos besos profundos en su mejilla, mordió su labio inferior, jadeó contra su rostro con desespero. Las mejillas del español estaban muy rojas, acariciaba su nuca, apretaba sus cabellos, se sentía muy bien en su interior, realmente no le importaba si los encontraban. En ese momento, al menos.──Ah~!
Oh, bueno, quizás alguien ya los estaba mirando desde fuera...
