RECUERDOS DE CONQUISTA III

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El alto tuvo que cerciorarse si esa chica todavía seguía atrás de él. Parece ser que Lalisa Manoban había tomado una postura de molestarlo en serio. No había lugar donde él pudiese ir sin ver su rostro. Así que después de una semana, desechó la idea de ser "simples coincidencias "varios contactos de ojos durante ese tiempo lo hacían sentirse aun más nervioso y es que la chica siempre se encontraba mirándolo o sonriéndole.

Rascó su nuca un poco con nerviosismo. Su casa estaba cerca y esa chica cada que volteaba levantaba su mano para saludarlo con mucha euforia. ¿Qué era lo que tenía que hacer? Dando un largo suspiro con una gran dosis de valor. Era mejor enfrentar las cosas, y quizás estando un poco solos sin todo el ambiente estudiantil murmurando al fin pudiera conocer. ¿Qué es lo que quería de él?

– Está bien. – miró sus manos y detuvo su caminar sintiendo como una silueta más baja se estrelló contra su espalda.

– Auch Kookie, avísame cuando te detengas. – era el colmo, entonces si lo estaba siguiendo.

– Bien Lalisa-noona – volteó dispuesto a acabar con todo el juego o cualquier cosa que ella estuviera montando.

– Sabes mi nombre. – respondió la rubia dando saltitos y con un brillito en sus grandes ojitos. Su chico sabia su nombre, su corazón se aceleró a mil por hora.

Sin embargo, para Jeon aún era más extraño ver como ella actuaba. Incluso hasta podía pensar que había cierta chispa de esperanza en esos bonitos ojos.

– Dilo otra vez. – pidió  posando sus largas y delgadas manos sobre el pectoral de Jeon. – Por favor. – con una tierna mueca alzó sus belfos y arrugó su frentecita. Es que la rubia es demasiado bonita teniéndola así de cerca, donde sus manos picaban por delinear esas delicadas facciones.

Jungkook ya no sabia si volverse loco por tener a esa chica tan cerca, por la clara confianza de la rubia o por el hecho de que ella estuviera tocándolo. – Lalisa. – la contraria brincó. Su nombre amoldaba a la perfección con su voz.

– Mi espacio. – carraspeó el chico señalando las manos de ella en su cuerpo. Sin embargo, no lo dejaría ir tan rápido. O al menos no ahora que al fin a logrado la cercanía y una conversación aparentemente normal con su soft

– ¿Que? No entiendo Kookie. – se hizo la desentendida, Jungkook era tan penoso como para decir algo y sin embargo Lalisa seguía tomándose el atrevimiento en tocarlo.

Jeon no era tan escurrido como sus grandes suéter o sudaderas lo hacían ver.

– Lisa... - trago en seco cuando las manos de la rubia se sentían moverse por todo su abdomen ¿Qué estaba haciendo? .

– Vaya Kookie, al parecer entrenas y lo mantienes oculto. – le miró con malicia.

El chico estaba más que rojo ante el comentario sin pudor de Manoban.

– Me gusta, así solo yo sabré lo que hay debajo de todo esto. – alzó su largo y pálido suéter. – Mantiene a las fisgonas lejos de lo que es mío. – doblemente ¿Qué?. Jungkook estaba escuchando bien o eso había sonado como una reclamación de su propiedad.

– Ay Kookie. – suspiro Lalisa sin perder tiempo en rodearlo entre brazos. – Hueles tan bien. – ella quería hundir su nariz en su cuello, la fragancia tan varonil que el usaba ahora sería su favorita. Más tarde se encargaría de buscarla por internet. Así que logró encorvar un poco a Jeon ya que la diferencia de estaturas era algo considerable. Lalisa es alta, pero no tanto como su chico.

– ¿Qu-que- ha-ces Lalisa? – en shook, sí. Así estaba ante el comportamiento de la rubia.

– Me gustas Kookie, ya quiéreme ¿no?. – retiró su pequeño rostro del cuello de Jeon. – Me gustas mucho que mis opciones se están acabando. – puchereó.

El corazón de Jungkook empezó a bombear tan rápido. Taquicardia, podría estar teniendo un cuadro, pero por alguna razón esa sensación no se sentía como si fueras a morir.

– No entiendo lo que dices. – aunque no quisiese hacerlo, tuvo que dar un paso atrás para mirarla y alejarse.

– No necesitas entenderlo pero me alegra enterarme de que sabes quien soy y no eres tan indiferente como aparentas.

– Todos saben quien eres. – Jeon quiso centrarse o sentiría que perdería la cabeza en cualquier momento

– Pero tú no eres todos. – dio un paso adelante .

– Estas jugando ¿cierto?, porque si es una broma, no me está dando gracia. – la contraria negó.

– No tendría por qué jugar . – obvió la rubia. – Solo pido que me des una oportunidad de salir conmigo y demostrarte que no es juego. – esto era sin duda uno de los sueños más extraños que Jeon había tenido.

Mira que ver a la chica mas bonita que ha visto pedir salir con él, declararle su amor y encima, verse tan tierna y segura si que era otra onda dentro de su mente. Ni un millón de años en el mundo real

– ¿Estoy soñando? Digo, ¿esto es un sueño? . – el corazón de la pálida se encogió de la ternura e inocencia del azabache.

– Podría serlo, pero por ahora. – Manoban se acercó al contrario  levantanse ligeramente de puntitas colocó un tierno beso en la mejilla de él

– ¡Jeon Jungkook!. – el sonido de bolsas caer al suelo hizo que los jóvenes salieran de esa clase de burbuja imaginaria donde arcoíris y corazones salían de Manoban.

Ambos voltearon a esa dirección. Jeon con los ojos bien abiertos y Lalisa con un creciente plan de contingencia.

– ¡Mamá! – dijo Jungkook tras sentir su garganta seca

– ¡Mamá! – dijo Jungkook tras sentir su garganta seca

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Aquí mi promesa. Les dejo el maratón. 

LUCKY JEON T1 | LIZKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora