BODOQUITO ÑAM, ÑAM
Lalisa sabía que había valido la pena todo lo vivido con su conejito para llegar a ese ínstate. Apretando el pomo de la puerta por la ternura acumulada allí estaban, totalmente dormidos los dos hombres de su vida.
Jungkook tenia el libro sobre su pecho mientras abrazaba protectoramente a su pequeño Jeong. Tal parece que las noches donde le leían un cuento acababan así. Y la verdad, no culpaba a su amorcito por estar más cansado de lo habitual. No era fácil tomar el control de una empresa y mucho menos tener que soportar su ahora, tan cambiante humor. Ni ella misma se comprendida, había días donde quería recibir mimitos de su hombrecito, sin despegarse un centímetro de él. Pero otros, solo quería aventarle cualquier cosa que estuviera en su camino.
Suspirando pesadamente, se acercó a Jungkook para levantarlo. – Tu papi es un flojito. – acarició su ahora abultado vientre.
Cinco meses donde todo su mundo y la rutina había cambiado. Pero agradecía el hecho de tener a un compañero de vida tan considerado como lo es su esposo. – Cariño. – le movió levemente, no quería despertar a su hijito.
Aunque pensó que sería mejor dejarlos allí, Jungkook amanecería con un tremendo dolor de cabeza por la mala posición en la que se encontraba su cuerpo. Eso, y su bebé tampoco estaría tan cómodo disfrutando de su camita para él solito. – Mi amor. – volvió a llamarle. – Chiquito, conejito. – el mencionado levemente abrió sus ojitos para ver al amor de su vida frente a él. Rápidamente trató de incorporarse, pero la pelinegra de lo impidió. Entonces recordó que su pequeño bebé quien dormía plácidamente abrazando su torso se despertaría sino era lo suficientemente cauteloso.
– Princesa. – somnoliento trató de incorporarse de la manera más lenta. – ¿Sucede algo?, ¿te sientes mal? ¿quieres que te prepare algo en especial? – su esposa le sonrió con ternura una vez que ambos estaban levantados.
Ella negó mientras arropaba a Jeong bajo la atenta mirada del azabache. – Vamos. – susurró tomando de la mano a Jungkook para salir de la habitación de su hijo.
– Lisa..- Jungkook seguía preocupado al ver que ella no le decía nada. Y es que recientemente, parece que "bodoquito" el pequeño apodo de su bebé, solia despertar a la pelinegra en medio de la madrugada para algún antojo extraño que casi siempre era calmado por Jeon
– No es nada mi cielo. – acarició su mejilla con amor. – Solo vamos a dormir. Quiero que me abraces fuerte, fuerte. – ambos se dirigieron a su habitación, asegurándose de que la lampara de carrusel de su bebé estuviera encendida.
– Realmente lo siento cariño. – aunque casi no lo mencionara y algunas veces fuera tan explosiva como una olla de presión. Estaba agradecida de que Jungkook tratara de entenderla. No era fácil cargar una grande pancita, tampoco contener los mareos y ni hablar de los ascos y los antojos del infierno.
Nunca pensó que encontraría tanto placer en los fideos con un trozo de chocolate en ellos, simplemente asqueroso. Pero por alguna razón, "bodoquito" parecía fan de esa extraña combinación, salado y dulce.
– Gracias por soportarme. – tomando el torso del cuerpo de Jungkook, ambos se detuvieron en el pasillo para sentir ese abrazo que transmitía toda la calidez de dos corazones enamorados.
– Somos dos, recuérdalo. – el alto acarició la ahora, un poco rellenita espalda de la pelinegra. Lisa era la cosa más tierna con unos kilitos de más.
Sin mencionar que sus cuervas y pechos habían aumentado. Todo seguía siendo perfecta en ella. – No me imagino lo que puedas sentir, pero quiero que pases esta etapa lo mejor posible. – las mejillas regordetas de la pálida fueron acaricias por el pulgar de su esposo. Disfrutando de la inocente caricia, ella abrió los ojos.
Había algo que la estaba carcomiendo, y es que, el embarazo es una etapa muy sensible. No sabia como tomar el comentario de las empleadas que escuchó por la mañana. Se sentía insegura y eso lo odiaba.
– Aunque esté gordita y parezca una ballena mal amarrada. – su esposo frunció el ceño. ¿ de donde venia comentario tan despectivo? . – Sé que he subido un poco de peso. – la bajita mencionó apenada.
– Y ahora no te resulte tan atractiva como antes. – todas las emociones en un cumulo. Quizás fuera esa la razón principal del porque Jungkook ya no la tocaba como antes o incluso ya no le hacia el amor.
Sí, era una embarazada calenturienta.
– ¿De qué hablas, mi cielo? – los grandes ojitos de su esposa brillaban. Él sabia que Lisa estaba a nada de llorar. – Tranquila mi amor. – escondió el rostro en su pecho sintiendo los hipitos de su boca salir. Él quería consolarla y protegerla de todo. Lisa siempre había sido una mujer fuerte, pero ahora con el embarazado parecía un conejito asustado e hiper sensible.
– Ya no me haces el amor porque te doy asco, ¿cierto?. – le reclamó.
Lalisa se había alejado de su regazo con el ceño fruncido, se había enojado y sabia que una discusión de acercaba.
– Tonto, no lo niegas. – se soltó del agarre del azabache. – ¡Por qué no dices nada!. – de una muy tierna y esponjosa esposa, había cambiado a una explosiva maquina de reclamos.
Dando un suspiro, la miró.
– Cariño, seas gordita, pachonsita, cachentosita o cualquier cosa. Te voy a seguir amando. – se acercó con precaución. No quería hacer nada que la enfureciera aun más.
– ¿Lo sientes? – Jungkook tomó la mano de su esposa para posarla en su abdomen abultadito. – Sientes lo mismo que yo, ¿no? – Lalisa asintió. – Cariño, dentro de ti, estas creando vida. Y no hay nada más magnifico que ver como día a día nuestro bebé crece dentro de ti. – él intentaba explicarle. – No debes de sentirte mal, al contrario. Ve con orgullo como tu cuerpo cambia para poder hacer posible esto. Un pedacito de ambos – bodoquito había dado una patada reconociendo de cerca la voz de su progenitor.
Ambos se vieron sorprendidos sin ocultar el asombro de sus rostros. – Creo que no soy el único que lo piensa. – Lisa miró su pancita. – No quiero que te pase nada a ti o nuestro bebé, por eso no te he tocado, cariño. – le explico la razón.
Aunque fuera tímido, Jungkook no podía dejar de excitarse al ver las caderas y los prominentes pechos de Lalisa por la lactancia. Pero él la ama tanto que no la pondría en una situación incómoda o la lastimara por simples deseos. No, Jungkook siempre cuidaría a su esposa de todo.
– Kookie. – ella estaba avergonzada de anteponer sus pensamientos inducidos por las hormonas.
– Perdón . – se disculpó con ambos. Con él y "bodoquito".
- ¿Me dirás de donde sacaste tal comentario? – asintió como si fuera una pequeña niña regañada.
Así que después de saber la verdad, Jungkook no duraría en reemplazar a las empleadas de su hogar. Nadie hacía sentir mal a su esposa. Y es verdad que del avanzado embarazo de la pelinegra Jungkook sugirió ayuda para las cosas del hogar. Nadie, nadie le tenia que faltar el respeto a la mujer de sus ojos.
– Hablaré con ellas. – dijo mientras la enrollaba en brazos. – Pero dime, cariño. ¿Por qué eres tan hermosa? – las mejillas de la contraria de inmediato se ruborizaron. Pequeños halagos de su amorcito, en esa condición la hacían perder la cabeza.
– Kookie. – ocultó su cabeza en la cuenca del cuello del alto.
– Eres preciosa, más que eso. – continuó alagando. – Eres la mujer más hermosa para mí, una mujer ejemplar y la madre más dedicada que conozco. – y sí, eso fue suficiente para que Lalisa dejara de un lado sus pensamientos. Y solo se enfocará en lo que realmente era importante. El bienestar de su familia.
– Shí, dime más. – el ego de su mujer es algo que lo hizo reír ligeramente.
– Está bien, princesa. Pero lo haré en la cama, abrazaditos. Hace frío y tú solo estás en un simple pijama. –
No pudiendo estar mas de acuerdo, la pareja caminaba hacia su recamara. Pero de inmediato ella los detuvo. – Kookie..- le llamó a su esposo.
– Antes de dormir, bodoquito quiere comer algo como Ñam, Ñam. –
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LUCKY JEON T1 | LIZKOOK
Fanfic"Afortunado Jeon" así es conocido entre sus colegas desde aquel día. **Cliché y muy soft